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Aldana tomaba la clase de matemáticas con regularidad, a ella siempre le habían gustado los números, por lo que esa materia era demasiado fácil para ella.
Carla que estaba dos pupitres dos pupitres más adelante de ella giró la cabeza y observado el asiento vacío detrás de ella, el lugar de Christian. Aldana la miró con curiosidad, desde que todos habían vuelto de vacaciones el no era el mimo, y eso preocupaba q Aldana.
La clase fue interrumpida por Azucena— perdonad un momento.— se acercó a su profesora y comenzó a susurras en su oído.
— ¿Te gusto la fiesta?— el susurro de Valerio la desconcentro de su libro. El estaba sobre su mesa junto a la oreja de Aldana.
Ella sonrió antes de girar su cuerpo— Si, fue algo diferente.
Fue lo único que pudo decir ya que Azucena llamó la atención de todos.
— Eh... vuestro compañero Christian sufrió un accidente con su moto.— informó la directora haciendo que Aldana girara la cabeza y a Valerio regresar a su asiento.
— ¿Como que un accidente?— preguntó Aldana.
— Al parecer había bebido y choco contra otro vehículo.— informó.— un coche que se dio a la fuga.
— ¿Te han dicho cómo está?— ahora le pregunto Ander a su madre.
— Solo que está muy grave. Lleva toda la noche en quirófano.
...
Aldana caminaba por los pasillos de las Encinas. La noticia que había recibido momentos antes no la ponía nada comenta, al contrario. Después de la interrupción de Azucena no había podido hablar en todo el día, se sentía demasiado mal. También la reacción de Carla, es como si ella también estuviera involucrada, pero todo eso fue descartado cuando ella salió antes de clases para poder irlo a visitar.
Ella se acercó a su casillero y lo abrió con la llave que colgaba de su llavero. Algún faltaban algunas horas para que ella pudiera salir del colegio e ir a visitar a Christian, por lo que decidió distraer su mente y avanzar un poco a su tarea de matemáticas.
Tomó sus libros y vació su mochila. Iba de camino a la sala de estudio cuando en medio del pasillo Polo cayó al suelo mientras de Guzmán trataba de ayudarlo.
Ella corrió hasta el y tiro los libros a su lado. Se inclinó y tomó su rostro entre sus manos.
— Polo. Coño. ¿Polo?— lo llamaba Guzmán pero el no respondía. Su respiración era pesada y su piel comenzaba a empaparse de sudor.
