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Era claro que había demasiados problemas alrededor de Aldana, a los que ella era completamente ajena. Como el que Valerio había sido echado de casa, Lucrecia dejando de ser apoyada por su padre, la madre de Rebeka en la cárcel y ahora ella estaba sin ningún euro encima, Carla siendo emparejada con alguien que ni siquiera le atrae para mejorar su estabilidad económica y los problemas de salud de Ander que llevaba ocultando meses atrás. Vaya, que la vida de los alumnos en las Encinas no era sencillas como muchos quisieran creer, pero como podrían deslindarse de aquellos problemas si la mayoría de estos habían sido provocados por ellos mismos, y en esos momentos no había nadie que pudiera salvarlos.

Aldana humedeció sus labios mientras se adentraba a las instalaciones del instituto. Globos rojos y corazones pegados por doquier era lo que les daba la señal a todos los alumnos de que la fecha donde se celebraba el amor y la amistad se celebraba hoy.

Desvió la mirada de todas las parejas que caminaban juntos por los pasillos, mientras que otras no dudaban demostrar su amor a los presentes con muestras de afecto, como lo eran Samuel y Rebeka, o Polo y Cayetana, que desde hace meses eran como uña y mugre, cosa que a ninguno de su grupo social les agradaba.

Mucho había pasado a partir de varios meses hasta ahora, no solo ella había comenzado una adición que comenzaba a consumirla pero también sentía el sentimiento de soledad.

No solo Valerio había comenzado a alejarse de ella para comenzar a un grupo con Polo y Cayetana, quienes habían traicionado su confianza, siendo el primero un gran golpe al corazón cuando ella descubrió la verdad a quien ella consideraba como su primer amor.

Guzmán que a pesar de que su historia había terminado trágicamente, habían logrado mantener una gran amistad, que se fue deteriorando con las acciones de Polo, cuando Aldana se puso de espaldas ante el rubio buscando proteger a Polo, cosa de la cual comenzaba a dudar si había sido su acción más inteligente.

Ander, un chico muy frío y reservado desde que la muerte de Marina los golpeó a todos. Solían ser mejores amigos desde que habían entrado al colegio. Pero los eventos de los años pasados lo habían afectado, como a todos. Pero al empezar su relación con Omar comenzaba a verse feliz, pero ahora simplemente parecía una alma en pena divagando por los pasillos, asistiendo a clase más por obligación a que por gusto, sin contar que Omar era el que la sufría más, los malos tratos de parte de Ander comenzaban a ser constantes.

No eran los mismos, eso estaba claro.

Cada uno vivía sus propias batallas como podía. Unos de refugiaban en las drogas, otros mentían para mantener una vida perfecta y muchos otros simplemente sobrevivían a la vida que ellos mismos habían escogido.

.....

Las clases habían comenzando desde hace minutos atrás. Aldana trabaja en su computadora al momento que Azucena llamó desde la puerta a Rebeka. Las dos salieron del aula y conversaron en el pasillo a insistencia de la alumna.

— La asociación de padres me lo ha puesto difícil. Los cargos contra tú madre son muy graves y el prestigio del colegio está en tela de juicio.

— y que a la puta calle, ¿no?.

— Te damos la oportunidad de dejar el curso voluntariamente. Así tú expedienté no quedará manchado.

— Hostia, que detallazo.

Aldana mantuvo la mirada clavada en Rebeka a través del cristal.

— Solo tienes que firmar este documento.

Abrió la carpeta y leyó unos segundos el contendió.

— No, me echan. Que se entere todo el puto colegio.

— ¿como dices?.

— que se enteren en la China que cuando al padre de un niño pijo lo encarcelaron no le dieron la patada.

Aldana rápidamente se levantó de su asiento y salió del aula. — ¿Que pasa?— Pregunto colocándose en la puerta.

— Vuelve a clase.

— Que se entere todo el puto dios que me echan a la puta calle, pero que si tus mamis pagan una beca no te echan aunque seas un puto asesino.

— No la pueden echar.— Aldana salto en defensa de Rebeka.

— No la echamos. Se va voluntariamente.— Azucena le respondió.

— ¿Donde hay que firmar por qué me voy yo tambié?— Aldana se colocó junto a ella.

— ¿que dices?— Pregunto exaltada.

— si se va, me voy yo.

— Yo también.— Guzman respondió detrás de ella.

— y yo.— Ander y Nadia respondieron.

— Yo también, ¿eh?— Valerio salió corriendo del salón a unirse con sus compañeros..— ¿de que están hablando?— Pregunto por lo bajo a Rebeka ajeno a la situación.

Los alumnos comenzaron a salir de sus aulas demostrando el apoyo a su compañera y amiga.

— Intentaré hablar con el comité de dirección, ¿de acuerdo?.— Azucena le pregunto a Aldana. Ella asintió con la cabeza.— Ahora volved a clase, por favor.

Poco a poco todos regresaron al aula.

Aldana limpio las lágrimas de las mejillas de Rebeka para después adentrarse a la clase.

𝐑𝐄𝐍𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎𝐒 || ELITE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora