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— Yo nunca haría algo así— Aldana respondió mientras las lágrimas caían por sus mejillas.— Yo le quería.
— Nadie te esta culpando.
Aldana bajo la mirada hasta sus manos y las observó unos segundos. Aún tenían algunas manchas de sangre que el agua no había podido quitar.
— Si quiere que le cuente mi versión— Ella observó a sus amigos que la veían desde unos asientos lejos de ellas.— Empezaría por aquí.
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Aldana camino junto con Valerio a la barra donde Omar se encontraba atendiendo.
— !Mozo!— Lo llamó.
— ¿Me hablas a mi?— Omar pregunto mientras se acercaba a él.
— Necesito una dosis del mejor brebaje que tengas— Pidió Valerio mientras le extendía su tarjeta de crédito. — Champán, el de siempre.
— Pero bueno, ¿que celebra aquí, mister chile y miss España?— Pregunto Rebeka mientras se acercaba.
— Que estás aquí— Aldana sonrió mientras pasaba un mechon de su cabello detrás de su oreja. — Tengo que ir al baño, ahora regreso.
— Que estás más solo que la una, ¿no?— Rebeka rio— buena compañía que tienes con Aldana pero no parece serte suficiente.
— ¿Te parece que una persona con una botella de champán a su lado pude estar sola?. En un segundo me aparecen un montón de amigos. Ya veras.
— Denegada— Omar le informó haciendo reír a Rebeka.
— Bueno, esto tiene solución— Valerio se quito un anillo y se lo extendió— Esto vale por siete botellas, tú decides.
— Tu has visto muchas películas, chaval.— Omar le regresó el anillo y se llevó la botella.
— Repito. Vamos, que estás más solo que la una, ¿no?.
— ¿No te vas a pedir nada o que?— Valerio pregunto— ¿Como va la cosa?.
— Yo es que soy más de follar.
...
Aldana entrecerraba los ojos tratando de encontrar pero parecía no estar más en la discoteca. Aldana soltó un gruñido cuando la luz del movil pegó contra sus ojos. Trato de buscar el chat de Valerio pero su búsqueda fue detenida por unos mensajes de Polo que pedía poder verse.
Ella dio una última mirada a su alrededor en busca de Valerio pero fue en vano ya que el no aparecía. Aldana respondió el mensaje esperando a que el la recogiera fuera de la discoteca, ¿que era lo peor que podía pasar? Que la mátese, si, eso podría ser. Pero, aquello no podía pasar, Pool era inocente hasta que se demostrara lo contrario.
Salió fuera del lugar y se sentó en unas de las bancas fuera de la discoteca. Ella le informó a Valerio que tendría que irse, claro, sin mencionar a Polo.
Minutos bastaron para que el auto de Polo se estacionará frente a ella. Ella se levantó de su asiento y se subió al coche. Mantuvo la vista en el cofre del coche. Aldana y Polo llegaron hasta la casa del moreno.
— Mis madres no están, no te preocupes.— Polo hablo apagando el coche.
Aldana no respondió y bajo del auto dirigiéndose en el interior de la casa. Los dos se adentraron y ella se sentó en la gran sala.
— ¿Que estabas pensando?— Aldana pregunto sin mirarlo a los ojos.
Polo miro al suelo unos segundos antes de regresar su vista a ella— Hice lo que pensé que sería mejor para ti y pata Carla. No quería que las dos sufrieran.
— Me mentiste.— Aldana pasó sus manos por su frente— Mataste a Marina.
— Aldana yo... Lo hice por ti.
— Perdona por haber tenido problemas entonces— gritó con sarcasmo— Y tú... tú fingías ser un buen amigo— Ella se levantó de su asiento— Por dios, solo me mentiste— tomó uno de los cojines y se lo lanzó— y sigues mintiéndome como si nada hubiera pasado.
Polo se cubrió de los golpes— te mentí y lo siento— el se acercó a ella lentamente— Quise decírtelo tantas veces, pero yo... tenía miedo... tenía miedo que no me perdonaras.
El la tomó por los hombros, Aldana mantenía la mirada en el suelo.— No quiero escuchar esto. !Nada de lo que digas cambiará nada!— grito nuevamente mientras quitaba las manos de Polo sobre ella.— Ya ni siquiera se quien eres— Aldana lloro con más intensidad. Polo se acercó a ella y la abrazo con miedo de que ella se separara una vez más.
— Necesito que me ayudes, Ana.— hablo en su oído.— Por favor.
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Aldana observó a nerviosa a Guzmán y a Samuel que la observaban desde el final del pasillo mientras ella se encontraba en su casillero.
— Si convencemos a Ander y Aldana no le quedara de otra— Samuel le sugirió a Guzmán.
— Ander podría ser una opción— Guzmán no quitaba la mirada de Aldana haciendo que ella se pusiera cada vez más nerviosa a medida que pasaban los segundos— Aldana ama a Polo, no creo que ella pudiera hacer algo así. No sabemos si el ya habló con ella.
— Tienes que convencerla.
— ¿Yo?
— Si el careo de esta tarde sale mal cierran el caso y a tomar por culo.
— Va a salir bien, tu te la habrás follado pero no conoces a Carla como yo.
— habla con Aldana, ya.
Por otro lado Valerio dormía en una de las sillas de la cafetería. Lucrecia y Rebeka se acercaron a él, una más enojada que otra.
— En el coche, !Really!— Lucrecia gritó en su oído.
— ¿que?.
— Coño contigo, Valerio.
— ¿no querías que aprendiera ahorra?— Pregunto el— vivir en el coche me sale más rentable que pagar un hotel básicamente
— Ya. Por eso vendes las joyas. ¿Y el anillo?— Lucrecia tomó su mano— bueno, mínimo.
— A ti no se te quedó ningún detalle por contarle, por lo que veo.— Valerio la encaro.
— Lo del gatillazo— Rebeka trono los labios.— !Ahi va! Necesitas ayuda, huevon.
— ¿con ella?— Lucrecia preguntó incrédula— ¿y Aldana?.— Los dos desviaron la vista cuando Lucrecia los intentó ver a los ojos— tú no pierdes el tiempo y cada vez estás peor. Sin ofender.
