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—¿Por que discutieron?—
— Por que formuló un plan en donde me hundía a mi y a mi familia. Todo para salvar a su asquerosa familia.
— Pero aún así estabas en el baile con Guzmán, acabas de decir que te estabas liando con el en los baños.—
— Guzmán es punto y aparte en esto.—
— ¿Llegaste a odiar a Marina?
— Si.
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— Marina— Aldana saludó a su amiga.— ¿Que haces aquí?.—
— Pues, pensé que podríamos pasar un tiempo juntas— Respondió con una sonrisa— Te vendría bien un poco de compañía.
Aldana asintió frenéticamente. Aquella visita hacía que Aldana olvidara sus problemas de aquellos momentos.— Pasa.
Las dos chicas caminaron hasta la habitación de la morena.— ¿Quieres algo de beber?.—
— Una botella de agua.— Aldana asintió y salió de su habitación en busca de la bebida de su amiga.
Marina espero unos momentos antes para bajar detrás de ella. Busco por toda la sala de estar las llaves de la casa de Aldana. Camino hasta el recibidor y las encontró colgadas en uno de los pecheros especiales para las llaves. Marina las tomo y las guardo una de las cuantas llaves en su chaqueta.
— ¿Marina?— Ella giró rápidamente encontrándose a Aldana con dos botellas de agua en sus manos.
— Perdona, es que quise salir al baño, pero hace varios años que no vengo y todo esta muy cambiado.—
— No te preocupes, te mostraré donde queda— Aldana sonrió. Se encontraba feliz de que al fin alguien se preocupara por ella.
Toda la tarde la pasaron entre risas. Las dos chicas se la pasaron contando anécdotas sobre su infancia. Incluso Aldana le confesó en amorío que en aquellos momentos tenía con Polo, cosa que Marina de sorprendió, pero al final ella lo aceptó.
Aldana en aquellos momentos se sentía feliz. Tener a su amiga devuelta le llenaba de felicidad.
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— Hola — Aldana saludó a Marina con un beso en la mejilla y un abrazo— muchas gracias por lo de ayer, en verdad lo necesitaba.
