XI

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Daenerys miró a los dos chicos que caminaban a un lado suyo a una distancia prudentemente apartada de ella. Se sentía intimidada a pesar de que Wooyoung fuera uno de esos muchachos.

Se encogió en su lugar, mirando hacia el frente. Ellos repartían una vibra extraña, diferente a la de los demás militares. Frío, que podía sentir quemar su corazón.

— No debieron haber interrumpido mi trayecto con Felix. —habló después de un rato tras reflexionar lo innecesario que fue aquella acción. El pecoso sin problemas había podido llevarla hasta su habitación, además de que era su zona de patrullaje.

— Un militar como él no debe estar tan cerca suyo, Mi Lady. —le informó San sin mirarla, causando que ella se girará a verlo con la boca entreabierta.

— No debería, pero si yo lo permito y quiero va a estar conmigo. Es mi amigo. —le informó Daenerys elevando un poco tono de voz.

— ¿Amigo..? —escuchó la voz de Wooyoung preguntar casi al aire.

La castaña parpadeó un par de veces.

— Sí... Bueno, no tengo porque estar dando explicaciones. —soltó y fulminó con su mirada a sus dos escoltas— Solo no vuelvan a tomarme por sorpresa, es extraño... Me hace sentir nerviosa.

— No volverá a ocurrir. —le aseguró San de manera neutral.

¿Siempre tan serio... También Woo? Dirigió su mirada a él en busca de comprobarlo y evidentemente se encontró con él mismo rostro en gris. ¿No podía ver una sonrisa, como la de Felix?

***

Se miraba tierna por esa posición en la que se encontraba recargada. Sus nidullos se escondían debajo de la piel de su mejilla y su codo era la base de todo su peso. No muy animada, miró la invitación que se encontraba tendida sobre su escritorio y con un suspiro se animó a curiosearla.

— ¿Una reunión... De chicas? —su ceja se arquea y mira el reverso de la carta— Suena interesante, quizás distracción me venga bien. Hace tiempo que no veo a esas... Arpías. —se encoge de hombros— ¡San y Woo... Young! —exclamó ella, sin dudar en que los dos jóvenes la escucharían y al poco tiempo ellos ya se encontraban parados justamente en la entrada de su despacho— Cualquiera de los dos, informenle a Kibum que asistiré al banquete de Lady Girvel. —la castaña les tiende la invitación, invitándolos a que se acercaran a ella. San con determinación dio una larga zancada hasta ella y sujetó entre sus dedos la carta.

— Estaré de vuelta a la brevedad, Mi Lady. —le informa San dando una reverencia y después da media vuelta, dispuesto a entregarle la notificación de Deanerys a Kibum.

Sus orbes grisáceas se clavan en las oscuras de Wooyoung.

— Voy a dar una vuelta, me siento abrumada. —avisa y se pone de pie, claramente no esperaba una réplica por parte del chico, aún así sabía que la acompañaría.

Salió de la pieza como si tuviera prisa y en busca de oxígeno.

— ¡Mi lady! —escuchó la voz de Wooyoung a sus espadas, estaba casi corriendo.

— ¡No me llames de esa forma! —le pidió cansada, exasperada y con la respiración agitada. Había dejado de caminar para dirigirse al muchacho de cabello bicolor— E-Escucha bien... —masajeó sus sienes, quizás era una estúpidez lo que estaba por decir— Hay dos Wooyoung dentro del palacio. —explicó con inocencia—... Y tú eres uno de ellos. Anda, dime, ¿dónde está Woo?

El rostro del mencionado mostró confusión y algo de conflicto. Volteó por todos lados para asegurarse de que se encontrarán solamente ellos dos en aquel corredor.

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