XII

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— Entonces, Christine y Raoul huyeron juntos bajo la liberación de Erik... Dejándolo completamente solo, hundido en su tristeza y sin el amor de Christine. —recitaron los labios de Daenerys en un tono triste y dramático.

La joven se encontraba sentada cómodamente en un sofá, en flor de loto y entre sus piernas sostenía el libro de Gaston Leroux, mientras que, Felix y Hyunjin estaban sentados en el suelo, escuchando atentamente la voz de Daenerys.

— ¿Eso fue todo? —cuestionó el Hwang confundido— ¿Realmente el fantasma la dejó ir con otro sujeto? Entonces... Realmente no la amaba. —se quejó este, cruzandose de brazos.

— No... —intervino la voz de Felix y esta Daenerys los ve expectante —En realidad, él se dio cuenta que ella amaba al otro individuo. Por eso la dejó ir... —reflexionó el pecoso, apagando su tono de voz.

— ¡Patrañas! —negó con su cabeza —se rindió después de todo. Patético. —rodó sus ojos, causándole una risita a la castaña.

— Lo dices porque nunca te has enamorado. —habló Daenerys con una sonrisita— Quiero decir... Yo tampoco... —se encoge de hombros—Pero debe ser extremadamente doloroso realizar qué el ser que amas no está destinado a estar a tu lado. —parpadea repetidamente, sintiéndose algo triste.

Que terrible realidad.

— Con todo respeto, Mi Lady, pero un sentimiento como ese no debería de existir. —dice el militar más adulto, poniéndose de pie— Te hace débil.

La boca de Felix se entreabre... Que razón tenía Hyunjin.

— ¿Eso crees? —las finas cejas de la muchacha se alzan y el de cabellera larga asiente con su cabeza. — Puede ser... Pero también creo que es algo mágico y lindo, como las flores de cerezos al florecer. —sonríe dulcemente.

— Yo también pienso lo mismo. —comenta Felix para él mismo, pero en voz alta.

— ¿Tú... Qué? —interroga Hyunjin sin poder creer las palabras de su compañero.

El rubio pestañea un par de veces, rasca su nuca con vigor y carraspea su garganta. No podía creer que había pensado en voz alta.

— Yo... —miró un tanto avergonzado el piso.

— ¡Excelente, Felix! —le festejó Daenerys, reconociendo lo incómodo que el pecoso se encontraba. No quería que éste se sintiera mal, de hecho, ahora el que no comprendía la situación era Hyunjin, ¿por qué ella alababa a un sujeto tan por debajo de su categoría?

El rostro del más alto denotó conflicto puro.

El mencionado elevó su mirada hasta la castaña y una pequeña sonrisa surca sus labios.

— Siempre había estada rodeada de seres con pensamientos completamente opuestos a los míos y... —hace una breve pausa— Es lindo saber que alguien piensa igual que yo.

« Eso era...»

Pensó Hyunjin, en silencio, estudiando la interacción entre ellos dos. Daenerys se sentía identificada con Felix, ¿cierto? o quizás... No, no iba a sacar extrañas conclusiones como las de Christopher. Él no era así, además Daenerys no sería capaz en fijarse en alguien como... Ellos.

— Sehun esta cerca. —anuncia Daenerys interrumpiendo ella misma su charla. Su rostro se vuelve tieso y serio, mientras que los dos cadetes se preparan velozmente a retomar su papel frente al Líder Supremo.

Y sí, su hermano estaba tan cerca, que al poco tiempo estuvo dentro de la biblioteca, en la misma sección donde Daenerys.

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