XXI

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— Estoy exhausto. —soltó Sehun, masajeando sus sienes, sin ver a los militares que se encontraban reunidos con él.

San y Felix miraron con detenimiento el lugar, era en las profundidades del palacio, un lugar recóndito, frío, con poca iluminación y lleno de húmedad. Había sangre, mucha, perteneciente de los individuos que habían saboteando y arruinado el banquete de Lady Girvel. Estos aún con vida. Sehun estaba esperando a que regeneraran un poco de energía para continuar con su tortura e interrogatorio.

— Por eso mismo, más vale que me hablen con la verdad o terminarán como ellos. —apuntó a los esposados, quienes eran vigilados pos varios guardias.

Sehun dirigió su mirada hacia los dos militares que estaban esperando a por él. Arquea una de sus cejas y después ladea su cabeza.

— No voy a repetirlo dos veces. ¿Cómo se volvieron usuarios de la energía espiritual?

Hubo un pequeño silencio por parte de sus subordinados. San sin pensarlo más entreabrió su boca para hablar, pero la voz de alguien más intervino.

— ¡Ella también venía con ellos, Mi Señor! Mencionó que también es un usuario, ¿la asesinamos? —Sehun arquea una de sus cejas cuando llevó su vista hacia el guardia que recién había ingresado con una pequeña niña esposada y siendo obligada a caminar, también tenía un mordaza y gritoneaba contra ella, mientras peleaba por ser liberada.

Felix al notar a Amonio abre sus ojos como trasto con culpa y preocupación. ¿Asesinarla? El pecoso alarmado buscó con su visión a su superior.

— ¿Te crees que tengo cara de ser un hijo de puta? —escupió Sehun hacia su sirviente, quien permaneció en silencio y estoíco— Yo no arrebato la vida de inocentes, como la de esa niña. Líberala y sacala de aquí. No es un lugar donde un infante deba de estar. La reunirás conmigo más tarde, ¿entendido?

— ¡Sí, mi Líder! —hizo una reverencia y cuidadosamente se llevó a la menor que estaba completamente asustada y al borde de romper en llanto.

Una vez se fue el militar y Giovanna este Sehun regresó su atención a los dos militares.

— A diferencia de ustedes que tienen la necesidad de empotrar a una fémina como animales... —ladeó su cabeza y dejó ir un suspiro— Por supuesto que yo tampoco soy inocente, además de que he matado con mis propias manos a algunos de mis soldados como ustedes por traición o porque simplemente no me convencen... ¿Van a contestar mi pregunta?

Una gota de sudor escurrió por la patilla de Felix. Él verdaderamente no recordaba como se había vuelto un usuario.

— Supremo Líder... —habló San —siendo completamente honesto. No hay un momento el que recuerde con exactitud como fue que concebí la energía espiritual. Solo recuerdo haber enfermado gravemente, casi al borde de la muerte... Después de ese suceso, yo ya era capaz de poder manifestarla.

Sehun asiente con su cabeza repetidamente. Realizando que San había dado la misma explicación que la de su mejor amigo, Jong In. Podía creerle.

— ¿Y tú, Felix? —ahora el más alto perforaba con su mirada al más joven.

— Yo-Yo... Lord Sehun... No puedo recordarlo... —la mandíbula del mencionado se tensa notoriamente, pero Felix permanece mirándolo firmemente— Recibí un golpe en la cabeza, Mi Señor. El cual me hizo perder la mayoría de mis recuerdos. Yo... Hasta hace unas horas no sabía que era usuario de la energía espiritual...

Sehun deja ir una risita, dejando en claro lo poco convencido que estaba de esa respuesta.

— ¿Y como es que insinúas que yo vaya a creer algo así, huh? —se acerca el azabache de forma peligrosa a Felix, sacándole una cabeza y media de estatura.— ¿Planeas algo en contra de mi hermana? —gruñó entredientes, restregando su respiración contra el rostro del rubio.

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