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III

Narrador Omnisciente

— Su hermano ha llegado, Mi Lady. —anunció un sirviente cuando se asomó por la puerta la sala. El clima estaba completamente templado, no había dejado de llover desde la madrugada de aquel día.

Daenerys ni siquiera prestó atención a lo que aquel personal había mencionado. Su mirada continuó perdida en aquel ventanal, mirando las gotas de lluvia descender desde el cielo.

— ¿Mi Lady? —insistió el sirviente.

La mencionada dejó ir un suspiro para llevar con desinterés su atención hasta él.

— Está bien, que pase. —indicó ella con la voz rasposa.

Desconoció cuántos minutos pasaron para escuchar las fuertes pisadas de su hermano acercarse hasta donde ella se encontraba.

Nuevamente la puerta fue abierta.

— ¿Tienes algo que decir al respecto? —fue lo primero que escucho provenir de su hermano mayor.

La castaña clara llevó su vista hacia él, quien la fulminaba con su mirada y le veía con culpa.

— ¿Qué puedo decir? Mamá murió. —señaló ella con la voz temblorosa.

— ¿Y donde estabas tú mientras todo esto estaba pasando? —escupió él en busca de más explicaciones.

— Estaba descansado, ¿te crees que me la paso de maravilla escribiendo todo el puñetero día? —entrecerró sus ojos, viéndole con algo de indignación.

— Tú no escribes más que puras incoherencias. Nada escrito por ti podría tener sentido, siquiera ser una realidad, Daenerys. Eres una pérdida de tiempo, si tan solamente mamá no se hubiera inclinado por ti, nada de esto hubiera ocurrido.

Daenerys parpadeó un par de veces.

— ¿A caso estas culpandome de la muerte de nuestra madre, Sehun? —río con ironía— ¡Un demente le arrancó sus ojos y después la asesinó! —elevó su tono de voz — ¿¡Tú qué estabas haciendo!? ¡Eh! —gritó con rabia — Seguramente en quien sabe donde, tirandote a una chica, como de costumbre. Dime entre tú y yo quien es la puta mierda.

El mencionado tensó su mandíbula y después peinó su cabellera hacia atrás.

— ¿¡Cuándo planeas madurar!? ¡Si no estaba en el palacio es porque tengo que arreglar los conflictos de nuestro padre en otras tierras! —refutó él molesto.

— ¡Cállate! ¿Cómo puedes simplemente llegar y querer culparme por la muerte de nuestra madre? ¿Tú estás bien de la cabeza? —cuestionó Daeny en un hilo de voz.

Su hermano iba a replicar algo ante ello, pero una voz los interrumpió.

— Ya, ha sido suficiente. —intervino la voz de lo que solía ser el consejero de Calestine, Kibum.

Ambos hermanos dejaron de verse y robóticamente llevaron su atención hasta aquel sujeto.

— ¿Tienes algo importante que decir para interrumpirnos? —preguntó Sehun de mala gana, mirando despectivamente al castaño.

— De hecho, si, Mi Señor. —apuntó Kibum seriamente, manteniéndose al margen.

— Habla. —indicó el hermano de Daenerys mientas este le miraba de reojo.