XIII

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— No lloré de esta forma ni siquiera por la muerte de mi madre. —habló Daenerys distorsionadamente contra la tela de la ropa del uniforme militar de Wooyoung.

El muchacho agachó un poco su cabeza para mirarla.

— Eso es porque tú llanto no es de tristeza... —hace una pequeña pausa, teniendo un pequeño titubeo en sus labios— Puedo sentir rabia y un sentimiento de traición inundando tu espíritu.

La joven castaña eleva su rostro lentamente, mientras las lágrimas hacen brillar su rostro bajo el velo de la luna. Ambos individuos hicieron contacto visual.

— ¿Cómo lo sabes? —sorbió de su nariz, mientras lo apreciaba con admiración.

— Puedo verlo a través de la tormenta que rompe en tu interior, lo veo por las cicatrices de tu corazón. —contestó el bicolor, estudiandola con detenimiento.

Daenerys soltó una risa un tanto amarga.

— Me gustaría que fueran más para poder decirte que mi llanto vale la pena. —resopló entredientes.

Wooyoung aún la abrazaba y Daenerys no parecía querer apartarse.

— No digas eso. Puedes atraer lo que desees. —le advirtió el joven neutralmente.

— No me sorprendería, Woo... —su voz va perdiendo volumen y se separa lentamente de él, desviando su mirada hacia el piso y dándole la espalda. — Sé que algo malo va a ocurrir, tengo una corazonada. Como si la muerte de mi madre fuese el detonante de algo...

— Daenerys. —la llamó el militar— Todo está bien, no deberías preocuparte por cosas así. —intento de calmarla.

— Basta... No intentes persuadirme. ¿Creen que no lo he notado? —voltea a verlo desde por encima de su hombro— Madre nunca necesitó del cuidado de militares de la alta élite... ¿Por qué yo si? ¿Estoy en peligro?

— No. Por supuesto que no. No está demás reforzar tu cuidado después de lo que pasó con Calestine. —respondió el joven con firmeza.

— Supongo que tienes razón. —suspiró— La pelea con mi hermano me ha dejado un tanto mal... Terrible.

«¿Pelea con su hermano? Así que fue eso...»

—Con Mi Lord... —las facciones del joven se endurecen y este obliga en un movimiento cuidadoso a que Daenerys se voltease a verlo— ¿Él te ha agredido?

Ella se congeló al escuchar la pregunta de Woo, no sabía que replicar. Estaba ensimismada. Sehun no la había agredido en esta ocasión... Pero con anterioridad.

Los rosados labios de la castaña se entreabren y un poco de vapor es expulsado por ellos, debido a las bajas temporadas que se encontraban descendiendo cada que pasaban más tiempo en el jardín.

— Bu-Bueno...—nuevamente sus grisáceos ojos vuelven a humedecerse— Esta vez no fue así... —su voz se entrecorta— Pero a pesar de que haya pasado varias ocasiones atrás... Me asentó mal reprocharselo y lo peor de todo es que, ¡sé que se lo merece! —hizo una breve pausa, tomando un poco de aire— ¡Pero mi conciencia no me perdona haberle deseado la muerte a mi hermano verbalmente! ¡¿Que clase de ser soy?! —indagó completamente rota y dolida. Afectada por todo lo que estaba ocurriendo.

Los ojos de Wooyoung la estudiaron con atención, este permaneció serio.

— Uno muy puro, Daenerys. ¿Crees que la conducta de Mi Señor amerite una sanción? —sus falanges cubiertas por un guante de cuero negro se encargaron de limpiar las lágrimas que recién habían sido expulsadas por los lagrimles de Daenerys. La mirada del militar se oscurece a medida que su diálogo se formula dentro de su cabeza.— Tú tienes la facultad de castigar a tu hermano y cualquier individuo que sea prepotente y exceda su conducta contigo. Daenerys, yo puedo encargarme de eso. Mi deber es cuidarte de quien esté dispuesto a lastimarte, solo comándamelo.

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