VII

40 12 2
                                    

—Lorelei... —pronunció ella y entrecerró sus ojos, luciendo pensativa, mientras que Jaebeom algo inquieto se removió en su lugar.

Sus dedos se enterraron en la fina tela de su vestido y un gruñido escapó por sus rosados labios.

— No, no recuerdo haber escuchado de ella. —volvió a hablar Daenerys después de hacer una profunda búsqueda dentro de sus recuerdos.

El Ángel se sintió aliviado, tanto que su cuerpo se relajó en aquel sillón donde se encontraba reposando.

— Ha pasado tiempo desde que ella murió. —reconoció con aires tristes el pelirrojo.

— ¿Fue difícil, Jaebeom? —preguntó la castaña clara con interés, pero al parecer el mencionado no captó lo que ella se refería — Estuviste en sus últimos minutos con vida y la viste morir, ¿fue difícil? —clarificó.

Jaebeom se quedó mirando aquellas orbes grises.

¿Cómo es que se le ocurrían tantas preguntas?

—No lo fue. —contestó una vez desvío su vista de ella — Prometí dejarla con su amado y velar por su seguridad hasta sus últimos días con vida para encontrarnos en otra vida y... —pausó haciendo memoria de aquel momento, recordando los llorosos ojos de la castaña, mientras esta le pedía que no la dejara, que ella realmente lo amaba.

Daenerys pudo percibir el dolor reflejado en el rostro de Jaebeom. Consideró que era momento de dejar esas preguntas que no hacían más que agobiar al pobre Ángel.

— Lo siento. —irrumpió la apenada voz de Daenerys —... Creo que me he visto algo atrevida. Dejemos esta conversación para otro día.

Jaebeom regresó su atención a la joven.

¿Ella pretendía volver a verlo?

— Bien, respetaré su decisión y procederé a retirarme después de otra taza de café  —le dedicó una sonrisa de lado, escondiendo su profundo vacío que yacía en su interior.

— Con gusto. —accedió la castaña gentilmente.

***

La ojigris miró con desinterés a su Consejero.

— Vamos a ver sin entendí. —habló ella con amargura —Aún no me he convertido en Lartësi y tú quieres que contraiga matrimonio con alguien.

Kibum ajustó sus gafas sobre el puente de su nariz.

— Algo así...

— ¡Eso es imposible! —intervino en un grito Daenerys cuando se levantó de su asiento, dentro del despacho— El único ser que estaba destinado a mi está muerto, Seonghwa murió por mi culpa —le recordó.

El Consejero le vió como si ella no tuviera remedio alguno.

— La invito a que vuelva a tomar asiento, por favor, Mi Lady. —le pidió el albino cuando le extendió su mano, señalando aquella silla.

Con la respiración acelerada y al borde de la histeria, sin más, en un sentón siguió la petición de su subordinado. Kibum entrelazó sus manos debajo de su barbilla y poco después reposó su mentón sobre estas.

— Verá, le contaré lo que alguna vez llegó a ocurrirle a una Lartësi llamada Lorelei. —las finas cejas de Daenerys se alzaron al escuchar nuevamente ese nombre — Cerca de un milenio atrás por azares del destino está joven perdió su vínculo con el ser al que estaba destinada, su hilo rojo era inexistente, por lo tanto el mismo destino la vínculó con alguien más. —los labios de la joven se entreabrieron— Eso es lo único que necesitas saber... Lo demás ya es historia. —miró hacia un costado el Consejero algo inseguro.

legacy; kpopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora