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— ¿Estás segura? No logró percibir nada. —informa Sehun, concentrando y agudizando sus sentidos hacia lo que Daenerys había dicho, pero verdaderamente no había nadie.

La castaña se muestra confundía, realmente se había sentido observada por alguien más.

— Creo que... debo ir a dormir, seguro lo habré imaginado. —Ella sabía que eso no era así y Sehun también lo sospechaba.

— Bien. Te acompaño.

Ambos hermanos se encaminaron hacia la habitación de Daenerys, la cual se encontraba en dirección opuesta del rumbo de la de Amonio y Sehun. En cuanto llegaron, se encontraron con San, parado firmemente frente a la puerta de la recámara de la ojigris. El bicolor hace una reverencia en cuanto los ve.

— Si vuelves a sentirlo házmelo saber, Daenerys. —le pelinegro ve fijamente a su hermana y después a San— Por esta ocasión Felix estará haciendo guardia contigo. Pasaré el comunicado para que él esté lo más pronto posible aquí.

San arquea una ceja.

— ¿Ocurre algo, Mi Señor? —cuestiona el militar de alto rango con completa disposición.

— Daenerys se ha sentido perseguida. Quiero que estén alerta desde los cuatro puntos de las dimensiones de su habitación. –explica Sehun brevemente.

— Así será. —asiente San con su cabeza.

— Ve a dormir, Daenerys. —los ojos oscuros del más alto se encuentran con los grisáceos de la mencionada.

— Buenas noches. —dice ella en voz baja e ingresa a su habitación de manera cabizbaja.

—Hazme saber cualquier atípica actitud en Daenerys, San. No importa que tan mínima sea. ¿Has notado algo en ella? —el superior ve a su subordinado de forma profunda, como si pudiera ver a través de él.

— No. No puedo destacar algún punto de interés porque los últimos días ha pasado mucho tiempo con usted. No hay forma de que pueda hacerle una observación detallada y certera. Pero fuera de estos dos últimos días, Su Majestad ha estado más enérgica de lo habitual. —explica San, manteniendo una semblante neutral.

Sehun asiente con su cabeza y no dice algo más. Tan solo mira a San y después le da la espalda con disposición de marcharse. La mirada del militar permanece clavada en él hasta que el más alto desaparece de su campo visual.

***

— Veo que después de un tiempo tú y Daenerys se han vuelto más cercanos. —comenta Kibum tomando asiento frente a Sehun. Se encontraban en la sala del hermano de Daenerys, con una chimenea alumbrándolos desde su costado.

— Mi... actitud de ese entonces era injustificada. Ella no se merecía nada de eso. —contesta Sehun sin mirar a los ojos a su también, consejero.

— Nadie se merecía ese trato tan grosero e ignorante. Me alegra que algo haya cambiado en ti. ¿Qué te hizo cambiar de parecer? Murió tu padre y en automático fuiste el Sehun que conocíamos hasta hace poco. Eras obstinado y frío. Cumpliste con los deberes pendientes de tu padre, incluso llegamos a pensar que abandonarías el palacio porque poco lo frecuentabas, hasta que volviste por la muerte de Calestine... tú madre. —le mira fijamente, viendo como Sehun se muestra pensativo, llevando una mano a su mentón.

— Creía que volviéndome de esa forma sería más fuerte. Que la muerte de mi padre o los problemas que había no me afectarían como a Daenerys o mi madre. Pensaba que eran débiles, incapaces de hacer un buen papel en su trabajo. Aunque no me gustaba admitirlo, yo realmente era más débil que ellas dos juntas, nunca lo quise reconocer. —Sehun ve a Kibum— Mi padre y mi madre siempre voltearon a ver a Daenerys más que a mi, incluso desde antes que naciera y cuando ella llegó... ellos se olvidaron de mí y fui completamente preparado para protegerla, como si esa fuese mi destino. Cuando el Líder Supremo murió, lo último que quería saber era de mi madre y... mi hermana, por eso quería estar apartado. Encontrarme a mí mismo y olvidar que Daenerys fue lo único que mis padres amaron realmente. —el rostro de Sehun denota tensión y un poco de conflicto— Dentro de esa familia yo no tengo nada de especial, aprendí a darme mi propio lugar... a que los sirvientes me respetaran. Ellos mismos se burlaban de mí... y cuando ingresé al cuerpo militar sabía que la historia se repetiría. Era un niño y mis padres nunca me protegieron de todas esas agresiones verbales y físicas. Finalmente, yo tuve que hacerlo sin importar qué. —Su voz es expulsada con verdadera calma— No me arrepiento de nada. —admite— Solo... Daenerys. Estoy intentando de remediar mis errores.

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