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XXXVI

"Sangre de mi sangre."

— Mi Lady... es tiempo de que salga del agua. Lleva bastante tiempo ahí y podría conseguir un resfriado. —una de sus sirvientas aparece dentro del lugar a espaldas de Daenerys, quien limpia sus lágrimas y de forma un tanto temblorosa se pone de pie, revelando toda su desnudez.

— Voy a quedarme en mi habitación lo que resta del día. No voy a salir y tampoco quiero ver a nadie. —se gira a encarar a la mucama.

— Está bien, Mi Lady. Solo recuerde que el boticario irá a revisar su estado después de lo ocurrido. —la subordinada arropa el cuerpo de Daenerys con una bata y después se agacha para comenzar a secarla una ves fue ayudada para que saliera del agua termal.

— Me encuentro bien, perfecta diría yo. —irónicamente habla en un tono cansado— Dije que no quiero ver a nadie, Scara.

— Entendido, Mi Lady...

***

—Ella dijo que no abandonaría su habitación y que no le permitiría acceso para aquel que quimera verla. Ni siquiera al doctor, Mi Señor.—le informa Scara a Sehun quien se encontraba mirando unos papel en su escrito, pero al escuchar aquello masajea sus sienes con algo de estrés

—Está bien... Déjenla, Daenerys necesita tiempo a solas. No la molesten. —indicó, dirigiéndole una mirada llena de autoridad a la sirvienta quien asiente con su cabeza y después hace una reverencia para marcharse. Sehun deja ir un suspiro, mientras pasa una mano por su cabeza, despeinando su cabellera.

— ¿Daenerys está bien? —pregunta curiosamente esta Amonio, parándose de puntitas para intentar de ver los escritos sobre la mesa que Sehun leía concentradamente.— Iba a buscarla para ir al jardín a jugar con renacuajos, pero la observé caminando hacia su cuarto y ella estaba llorando. —Sehun ve atento a la rubia — ¿Es por eso que me han dicho? ¿Ustedes dos pelearon? ¿Ya no se llevan bien? —sus ojitos verdes ven expectante a Sehun, quien relame sus labios y recuerda lo de una mina atrás, el contacto íntimo con Daenerys.

— No, no es así... —deja ir una bocanada de aire— Daenerys y yo nos amamos... nos queremos, mucho y a veces hay situaciones en las que no pensamos igual aunque lo intentemos.

— Pero...  ¿por qué estaba llorando? —pregunta con un puchero.

— Al parecer se ha puesto triste porque probablemente vaya a casarme por eso mismo voy a irme a otro sitio donde vivir y Daenerys me va a extrañar. —concluyó con una nueva, realizando que esa era la reacción de la mencionada.

Amonio pestañea un par de veces y al poco tiempo se mira preocupada.

— ¿Cómo..? Tú... ¿Vas a irte? —le interroga con un fruncimiento involuntario en su labio inferior.— ¿Vas a dejarme? —sus ojos brillan porque se llenan de lágrimas y Sehun lo nota.

— Escucha, Amonio. —coloca una mano sobre la coronilla de la niña —Pase lo que pase no voy a dejarte, tú siempre serás mí... niña. —le sonríe cálidamente de lado, causando que los labios de la rubia titubearan y al poco tiempo, sin pensarlo, Amonio se esconde en el pecho de Sehun, enterrando su rostro en el y abrazándolo.

— No lo hagas... Después de tanto tiempo los encontré. —murmuro distorsionadamente por la ropa de Sehun y su llanto. El pelinegro se tensa un poco al escuchar las palabras de Amonio y lentamente la envuelve entre sus brazos.

—Lo lamento, estoy haciendo lo mejor para todos, pequeña. —habla en voz baja con la mirada perdida.

***