XXIV

29 5 6
                                    

— ¿Cuánto tiempo más? —Sehun arquea ambas de sus cejas mientras ve expectante al doctor.

— ¿A qué se refiere, Mi Señor? —le pregunta de vuelta con confusión el individuo a cargo de los militares.

— Quiero decir que, ¿cuánto tiempo falta para que mueran los militares? —reitera el azabache sin ninguna emoción en su rostro. Amonio lo escuchó desde su distancia, fingía estar concentrada, mirando el mecer de sus pies de adelante hacia atrás. Se encontraba sentada en una silla del pasillo.

El doctor acomoda sus gafas y le dedica una mirada llena de aturdimiento a su superior.

— No lo sé con certeza... No creo que vayan a morir pronto. Si eso llegara a pasar el corazón de mi futura Lartësi se rompería—

— Apresure su muerte. —lo interrumpe Sehun— De nada nos sirven cuerpos vegetales. Yo me encargaré de que mi hermana se encuentre bien.

La boca del doctor se entreabre.

— Y-Yo... no puedo hacer eso... —niega con su cabeza a lo que Sehun alza ambas de sus cejas y después ladea su cabeza.

— ¿Ah, no? —le pregunta incrédulo.

— No puedo hacer algo a lo que Daenerys se opondría, Se-Señor...

La mirada de Sehun se afila y peligrosamente se acerca al doctor.

— Si no lo haces me encargaré de arruinarte. Empezaré con tu familia, primero con tu mujer y después con tus descendientes. Los enviaré a las mazmorras y ya sabrás que les ocurrirá después. —una pequeña sonrisa surca por los labios de Sehun, provocando que el pobre doctor se estremeciera en su lugar.

Amonio inevitablemente vio con temor esa escena. ¿Sehun era malo? ¿El hombre que la había rescatado planeaba destrozarle la vida a un ser completamente inocente por un capricho suyo? De verdad no podía entenderlo. ¿Por qué haría algo tan atroz y desalmado?

— ¡N-No! —gritó desgarradoramente y con horror el doctor— ¡Piedad! ¡Haré lo que usted me pida, Mi Señor! ¡Mancharé mis manos de sangre invisible por usted, pero por favor...! ¡No toque a mi familia!

Sehun sonríe con satisfacción.

— Sabía que podía contar con usted, doctor. —el más alto deja de invadir el espacio personal del doctor y amigablemente le da repetidamente unos golpecitos sobre su hombro— Espero las lamentables noticias en unas horas. Buenas noches.

Lo mira por última vez antes de pasar por él e iniciar a caminar por el extenso corredor. El doctor rendido, cae de rodillas al suelo frente la puerta número ocho de la habitación de los militares.

Sehun llega hasta donde se encontraba Amonio, quien miraba sus zapatos.

— Vamos. —la voz de Sehun hace que la niña eleve su rostro. Frente a ella tenía a un demonio disfrazado de angel, sin embargo, aunque quisiera oponerse ante él, no podía. Se sentía como un esclava atada a su dueño, literalmente.

Sin titubear Giovanna se levanta de su asiento y comienza a caminar a un lado del más alto. La rubia no habló hasta que salieron de la sección médica y tomaron rumbo hacia la zona de Sehun.

Los ojos verdes de la menor no podían mirarlo, se centraba en mirar sus manos, como si lo más interesante del mundo se encontraba en ellas.

— ¿Por qué..? ¿Por qué no quieres que sigan con vida? —su boca se abrió por sí sola y las palabras fueron expulsados por impulso. Amonio abre sus ojos ampliamente y se tensa, siendo consciente que, Sehun había dejado de caminar.

legacy; kpopWhere stories live. Discover now