El extraño

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La puerta de la sala se abrió de repente provocado un estruendo muy fuerte, era Peter, que entró muy agitado y veloz a la casa; tropezando con una pequeña mesa a su paso, lo que provocó que el jarrón callera al piso y se rompiera en pedazos.

Peter también cayó, trató de apoyarse con su mano pero una de ellas se clavó algunos vidrios, provocando cortes poco profundos.

-Cuidado- advirtió Lorena, lo que no fue de mucha ayuda porque el jarrón ya estaba roto y Peter sangraba. 

El muchacho se paró rápidamente del suelo y cubrió su mano lastimada con un pequeño trapo que encontró en el suelo.

 -¡Vengan ahora mismo!- gritó Peter y se retiró tan rápido como pudo. Las chicas se miraron muy confundidas y salieron al patio delantero tras el chico.
    
-¿Qué es esto?- preguntó Lorena impactada al ver el cielo estrellado pero en tonos rojos y azul; las cosas estaban tan extrañas y escalofriantes que llenaban de miedo a los jóvenes.                                                                                                             
-No lo sé- contestó Peter- todo estaba normal dentro de todo y después el cielo cambió a esto. 

Un rayo cayó frente a ellos, empujándolos hacia atrás. Seguido a eso, apareció hombre alto con ropa blanca y sucia con manchas de sangre, tenía el cabello corto y un poco de barba; ese hombre desaliñado se puso de pie y quiso dirigir la palabra pero antes de poder abrir la boca Lorena tomó una piedra del suelo y se la arrojó al extraño. 
          
El mismo detuvo la piedra con solo una  mirada de sus ojos avellana, lo que provocó temor en los chicos, los tres comenzaron a correr sin mirar atrás. El extraño se apareció frente a ellos, esta vez Peter arrojó un golpe pero como la primera vez ni siquiera lo tocó.                                                                                                                       
-Melisa Godoy- habló el extraño-, necesito que tú y tus amigos vengan conmigo.

-¿Cómo sabe mi nombre?- preguntó confundida-. y ¿quién eres, o qué eres?

Los chicos no sabían si escaparse o quedarse, no sabían quién era ese hombre o qué quería; en un momento estaban completamente solos y en un abrir y cerrar de ojos ocurre lo del cielo y esta persona.

Se miraron entre los tres por un momento, el extraño los miró fijamente por unos segundos para contestar su pregunta, juntó sus manos en el pecho y una luz azul apareció entre las mismas, el cielo volvió a su estado normal, ya no estaba rojo ni azul; bajó sus manos y dirigió su mirada otra vez a los chicos que estaban más asustados y desorientados que antes.

-¿Eso resuelve sus dudas?- preguntó el hombre dirigiéndose a los chicos.

-No, pero diría que eres un mago haces magia y esas cosas- dijo Peter mirándolo de pies a cabeza, éste dirigió una mirada intimidante al chico-. No me mires así que parece que me vas a matar.

-No, soy el profesor Thomas Stevenson,  encargado de mantener la paz en los tiempos y resguardar los mundos.

-¿Qué mundos?- susurró Lorena-. todo esto es una pesadilla, tiene que ser una pesadilla.

-Vengan conmigo y tendrán las respuestas que necesitan y deban saber- informó el profesor extendiendo la mano hacia a los chicos.

-¡No!- protestó Peter-, no iremos a ningún lugar con un “profesor” que cae del cielo y hace magia.

-Sí iremos- dijo Melisa con la mirada puesta en el hombre.

-¿Qué? ¡Estás loca!

-Peter, si quieres te quedas…pero yo no me voy a quedar para desaparecer, porque no sabemos lo que pasó o qué lo causó- Melisa estaba segura de lo que decía, y no se percató de que su amiga estaba quieta, como si le hubieran convertido en estatua-, yo me voy a ir con este hombre porque necesito saber qué le pasó a el resto de la personas.

-Ay por favor- exclamó el rubio-. Pasan todas estas cosas y lo primero que piensas es en irte con el primer loco que aparece y se sabe tu nombre.

La chica lo ignoró y el profesor extendió su mano nuevamente, ella acercó su mano para tocar la del hombre, pero antes hacerlo miró hacia atrás y vio que Lorena se acercaba junto con Peter.

-Tienes razón- su amiga le dio la razón y tomó la mano de Melisa-, también necesito respuestas y no te voy a dejar sola... no te vamos a dejar sola, ¿no es así, Peter?

-Sí- respondió cortante mientras tomaba la mano de Lorena-, pero nos dirás lo que está pasando o te arrepentirás, Thomas.

El adulto no dijo nada y elevó sus manos a mas no poder para que una luz azul apareciera entre estas, bajó sus brazos bruscamente y esa luz cubrió todo a su alrededor.

Guerra de Elementos [#1]Where stories live. Discover now