Cambios

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Cuando Stevenson le entregó los libros a Peter esperó que tardara al menos dos semanas leyendo ambos ejemplares, de ese modo le daría más tiempo a él para preparar, repasar y estudiar todo lo que le debía enseñar, pero evidentemente se equivocó porque al cuarto día Peter ya había terminado de leer los dos libros.

La excusa que puso fue que no eran largos, quizás tenía razón pero las ansias que tenía por aprender delataban que leía durante todo el día.

Lo primero que le enseñó fue la telequinesis, algo tan necesario e importante que se merecía el primer puesto, como Peter tenía un buen control de su mente solo tardó dos semanas en aprender, dejando de lado que por herencia todos los guardianes aprenden rápido, es como si ese fuera otro poder, pero les daba igual ya que perder tiempo no es un lujo que podían darse.

Los demás guerreros nunca pararon con su entrenamiento, Lorena era un arquera excepcional, no controlaba ningún elemento pero derrotaba a cualquiera si de pelear cuerpo a cuerpo se trataba.

A pesar de todos los entrenamientos pesados y de los días sin descanso, todas las noches compartían un momento juntos, se la pasaban hablando de cualquier cosa, tenían demasiadas experiencias que contar sobre sus vidas antes de la llegada se Stevenson.

Sheila les dijo que era estudiante de psicología pero lo dejó para dedicarse al modelaje; los chicos hicieron demasiadas preguntas, entre ellas el por qué hacían dibujar a los pacientes, ella se negó a responder esa pregunta y antes de que cambiaran de tema preguntaron por qué había elegido esa carrera, para ella era una pregunta simple y la respondió con toda tranquilidad "Hay muchas personas que se encargan del bienestar físico de otras, yo apuesto a su bienestar emocional y mental, yo quiero ayudar a todo aquel que me deje ayudarlo"

Luego preguntaron por qué abandonó la carrera y dijo que ser modelo siempre fue su sueño, y cuando se presentó la oportunidad no la dejó pasar.

Si de carreras se trata William dijo que desde pequeño quería ayudar a los animales, esa es la razón por lo que a su corta edad era socio de un refugio de animales y estaba decidido a estudiar veterinaria.

En cambio, a Melisa le interesaba la carrera de diseño industrial, pero no sabía si quería estudiar eso.

Lorena iba a estudiar abogacía, era algo que siempre le interesó, incluso de pequeña, y tener la oportunidad de realizar su sueño era algo que la emociona demasiado.

Peter aclaró que no tenía idea qué iba a estudiar, que aún lo estaba pensando.

Connor, en cambio, iba a ser maestro jardinero, eso era uno de sus sueños, todos le dijeron que no tenía paciencia para trabajar con niños pero él aclaró: "No tengo paciencia con ustedes que son grandes e insoportables, pero en el orfanato yo era el niñero, así que paciencia con los niños pequeños es lo único que tengo. Además me encanta convivir con pequeñitos"

Los entrenamientos de Peter, al igual que el de los guerreros, nunca pararon, era estar día y noche practicando sus habilidades, todas sus habilidades, incluso Melisa se ofreció para que Peter pudiera practicar meterse a su mente, lo cual fue un fracaso rotundo, él sostenía que bloquear los pensamientos era algo muy distinto a meterse a la mente de alguien y en realidad tenía toda la razón.

-¿Entonces sí hago eso?- preguntaba el rubio mientras elevaba unas cuantas rocas a la altura de su cabeza mientras agitaba levemente sus manos rodeadas con un aura azul, dándole movimiento a las rocas.

-Sí, pero con fuerza, se supone que tienes que noquear a las brujas- bromeó William.

Ya era media noche y los jóvenes estaban sentados en el porche de afuera de la cabaña, no tenían focos o linternas así que mantuvieron la puerta y ventanas abiertas para no estar en total oscuridad ya que la luz de adentro alumbraba un poco.

Peter tras agitar ambas manos las rocas salieron disparadas a gran velocidad y se estamparon contra el tronco de un árbol.

-Creo que estoy mejorando- confesó cuando se sentó a un lado de la pelinegra, estaban los seis juntos mirando la bella luna de octubre, la noche era fría pero parecía no importarles-, ¿estoy mejorando?- le dio un codazo suave a Melisa y ésta chasqueo la lengua.

-Sí, Pet- afirmó mirándolo con una sonrisa en su rostro.

-Cuando era pequeño odiaba a la luna- confesó de repente William.

-¿Y eso por qué?- quiso saber la ojiazul.

-Oh, bueno, porque siempre que hacía una travesura con mis primas y mi tía se enteraba me decía "La luna me dijo que..."- dejó salir aire y continuó-, siempre se enteraba de todo culpa de la luna- el chico soltó una risa tímida ante el recuerdo y los demás hicieron lo mismo.

-En mi caso era un pajarito- dijo Melisa-, en verdad lo odiaba con todas mis fuerzas.

-Todos odiamos al pajarito- confirmó Sheila.

-Me gusta estar con ustedes- dijo William en voz baja, aunque aún así todos los escucharon y se voltearon a verlo-. Quizás suene egoísta pero me encantaría quedarme aquí para siempre, con ustedes.

Hubo un silencio por un momento.

-En otras circunstancias esto sería perfecto- continúo con su tono de voz normal.

-En otras circunstancias nunca nos hubiéramos conocido- soltó Connor.

Nadie negó o afirmó en voz alta lo que William había dicho, pero no necesitaban hacerlo, él ya conocía la respuesta y le provocaba un calor en el pecho.

[...]

Ya estaban a mediados de octubre, las hojas eran rojas y naranja fuerte; las cosas empezaron a cambiar.

Las mejores amigas se peleaban más a menudo, no eran simples peleas de amigas, no, eran más que eso, Sheila tenía que interferir para que ellas mismas no arruinaran su amistad; nadie se atrevía a preguntar cuál era el motivo de esas discusiones, pero más de una vez Melisa le dijo a Peter que su amiga ya no era la misma, lo notó desde que pisaron la biblioteca por primera vez pero lo dejó pasar, pero ahora ya no podía hacerse la ciega.

Lorena salía todas las noches a matar animales del bosque, mayormente eran cuervos y ponía como excusa que lo hacía por el bien de todos ellos, decía que podía ser Yassi entonces solo los mataba; su amiga la conocía demasiado bien, por eso no le tomó mucho tiempo ver que sus ojos ya no eran los mismos, lucían apagados o cansados. Cansados, se convenció y entendió que ella estaba cansada, todo era demasiado y quizás solo estaba cansada, todos lo estaban.

-La voy a dejar en paz- confesó a Sheila-, necesita su espacio y yo la presiono a hablar, eso no está bien; además, solo está cansada de todo esto... la verdad la entiendo perfectamente.

Las cosas entre Connor y Peter se pusieron demasiado raras después de aquella noche en la que el rubio deseaba con todo su ser besar al guerrero, no pasó nada y por un lado estaba agradecido; ambos se coqueteaban cada que tenían oportunidad de hacerlo aunque todo era un juego para ellos, o eso creían.

Holis, interrumpo su lectura un momento :)

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Holis, interrumpo su lectura un momento :)

Gracias personitas que leen esta historia, me hacen muy feliz en verdad.

Sólo era decirles eso. Los quiero tanto como mis mundos <3

Guerra de Elementos [#1]Where stories live. Discover now