Tiempo

23 4 2
                                    

-Vamos, Peter, no es tan difícil- decía Stevenson desde el techo de la biblioteca.

Ahora era hora de que el futuro guardián del tiempo aprendiera a teletransportarse, el profesor lo hacía ver fácil pero no lo era, para el chico era mucho más fácil mover objetos con la mente que hacer eso.

-Y Cedric llegó a terminar el año- murmuró con sarcasmo, Stevenson nunca entendía las referencias que él hacía pero entendía el mensaje que quería dar-. No me va a salir.

-Es el segundo día y no lo has intentado, cómo sabes que no te saldrá si no intentas.

-Claro, si romper los átomos, las moléculas y todo eso es fácil. Apuesto que tardaste años para poder teletransportarse diez centímetros.

El profesor se apareció frente al chico, éste rodó los ojos y el adulto volvió a su lugar en el techo.

-Presumido- susurró.

-Solo para que sepas, tardé un mes, y fueron más de diez centímetros.

-¡¿Un mes?! Pff, yo lo hago en una semana.

-Déjame ver entonces.

-Dije en una semana, no hoy, además ya es tarde, mañana seguimos practicando.

-A la orden, capitán- bromeó el profesor, nunca hacía eso, era raro pero agradable.

Se teletransportó y Peter giró los ojos; caminó hasta la orilla del río y se sentó en una roca, todas las noches hacía lo mismo y jamás se cansaba de apreciar a la luna en todas sus fases, aunque la luna llena siempre sería su favorita.

No sabía la hora exacta pero por la posición de la luna en el cielo supuso que eran las once de la noche aproximadamente.

Ya había pasado un rato desde que Stevenson se marchó cuando la puerta de la cabaña se abrió, él giró la cabeza en un movimiento brusco y logró ver que se acercaba Lorena.

-Pareces el exorcista- dijo mientras se sentaba a su lado abrazando sus rodillas con ambos brazos.

-¿Qué pasa?

-Nada, ¿tiene que pasar algo para que te hable?

-Nunca me hablas, me gritas, así que sí pasa algo.

La chica suspiró y tardó unos segundos antes de hablar, a Peter le pareció que escogía sus palabras con demasiada delicadeza.

-Creo que todo esto no cuadra- confesó en voz baja, antes de que el chico preguntara ella siguió-. Cuando todos desaparecieron los chicos se quedaron porque evidentemente son los últimos guerreros, tú porque eres el guardián… yo no soy nadie importante; no creo que me quedara porque sé tirar flechas.

-Bueno… no tengo una explicación lógica a eso pero estoy seguro que estás aquí por algo.

-Ese es el tema ¿por qué estoy aquí?

Ambos compartieron miradas pero Lorena la apartó después de un rato y el rubio notó que parecía nerviosa.

-No te entiendo.

-Peter, es algo simple, no soy de utilidad para ustedes ni para Stevenson.

-No, ya sé a lo que quieres llegar y créeme que estás confundida, tú nunca ayudarías a ni a Yassaría ni a Adira.

La chica susurró algo que, a pesar de la cercanía, Peter no logró comprender.

-Tienes razón, creo que el miedo y los nervios me hacen decir estupideces.

-Ehh sí. ¿Qué es lo que te pasa con Melisa?

-No lo sé, creo que necesitamos tiempo, solo de unos días, para acomodar las ideas y volver a lo de antes.

-Si tú dices- soltó elevando las cejas.

-¿Tenías novia o novio antes de esto?- la pregunta llenó de dudas el rostro del chico y al parecer era demasiado obvio, por lo tanto Lorena aclaró-. No es que me gustes ni nada, o sea, si estás lindo y todo, pero todos en la escuela sabían que estabas con muchos pero nadie estaba seguro si era algo serio.

-Bueno, primero que nada gracias; y no, no tenía novia, y los rumores vuelan en Parmons.

-No es que haya sido un secreto- soltó una risa por lo bajo.

-Nunca dije eso, pero es mentira.

-Sí claro- bufó-. Igual no es que te juzgue, cada quien disfruta de su vida sexual como quiera.

-No, en serio, solo estuve con cuatro en toda mi vida- Peter se estremeció y bajó la mirada.

-Tus gestos dicen lo contrario.

-Bueno, en realidad me gusta contar solo a cuatro- confesó encogiéndose de hombros.

-Está bien.

Ambos se quedaron un rato conversando de temas varios hasta que el frío se ponía insoportable y Sheila les dijo que entraran, bromearon un rato con que ella parecía su mamá y la pelirroja les dio un golpe suave en la nuca.

Todos ya habían cenado así que comieron recalentado y se fueron a dormir, aunque Peter tardó un poco ya que se quedó pensando en lo que Lorena había dicho sobre ser útil para las brujas.

Guerra de Elementos [#1]Where stories live. Discover now