William Lafebvre

34 8 0
                                    

-No- negó Stevenson- tú iras conmigo, el que se queda es Peter- el rubio lo miró con asombro.

-Ahora soy Peter- mofó blanqueando los ojos. El profesor le dio una mirada amenazante y el joven asintió-. Está bien, me quedo, pero Lorena tiene razón.

-Gracias, coincidimos en algo, Peterson-. Peter asintió.

-No, sigues siendo un mocoso- dijo el profesor mientras volvía a aparecer una luz azul y desaparecían entre la misma.

Esta vez aparecieron en una le las bibliotecas más populares de París, Labrouste, era hermosa, estaba llena de libros, la luz del día entraba por las ventanas. A lo lejos se escuchaba la voz de un joven que reía suavemente con felicidad.

-Te voy a llevar a ti y a ti- decía aquella voz entre risas- ¡Siempre te quise en mi biblioteca!

Los tres caminaron hacia el pasillo para encontrarse con otro joven que tenía un carrito de supermercado lleno de libros de toda clase.

-¿Para qué quieres tantos libros?- el joven de cabello cenizo claro se espantó ante la pregunta de Lorena.

-Veo que no desaparecieron- habló en media voz para si mismo-. Para leer obviamente,- contestó la pregunta- me los voy a llevar a mi casa, es más cómoda.

Stevenson y las chicas quedaron atónitos ante la actitud de aquel joven, todos se habían asustado, pero él no, eso era raro pero bueno a la vez.

-Veo que te gusta leer, William- dijo Stevenson acercándose al muchacho de ojos celeste hielo-. Ahora tienes qu-

-Ahora tengo que ir con ustedes- interrumpió William- ya sé, lo deduje cuando aparecieron después que todos los habitantes del mundo se hicieron humo.

-¡Este chico es brillante!- exclamó el adulto-. Perfecto, entonces ya nos podemos ir así les explico porqué las personas se "hicieron humo".

-No literalmente- susurró Lorena-. ¿Para qué nos trajo?

-Porque me dio la gana y punto- respondió cortante el profesor que repetía el movimiento de manos creando una luz azul brillante que los cubría por completo.

-Le voy a poner la “la luz transportadora”- fue lo último que se escuchó de la dulce voz de Melisa antes de desaparecer y dejar la biblioteca vacía.

Guerra de Elementos [#1]Where stories live. Discover now