Día libre

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-En siete días es tu cumpleaños- dijo William dando pequeños saltitos a la par de Lorena.

-Sí, sigue siendo el treinta y uno, no creo que cambie este año.

-¿No vas a hacer nada?- la chica simplemente negó con la cabeza y siguieron caminando-. Okey.

Aún era de mañana cuando ambos salieron a cazar algo por ahí, William le insistió que no era necesario así que llegaron al acuerdo de que solo casaría pájaros para los animales carroñeros del bosque.

La idea de matar por gusto a William no le gustaba pero era la manera que tenía Lorena de entrenar y aunque le rogara no dejara de hacerlo no lo haría, así que no gastó su saliva en una discusión que sabía que no iba a ganar.

Cuando llegaron a un claro se encontraron con el bello amanecer que ahora podían apreciar con más claridad.

En cambio, en la cabaña nadie estaba despierto, excepto Peter que mucho antes de que Lorena saliera con William ya estaba despierto, practicaba la teletransportación atrás de la cabaña; puso en práctica todos los conocimientos y consejos que le dio Stevenson pero no lograba nada.

-No logras nada porque no quieres- dijo una voz desde la ventana que estaba al final del pasillo.

Peter se volteó y vio al profesor apoyado sobre sus brazos en el marco de la ventana abierta.

-Ya te he dicho que lo tienes que querer, si tienes ese pensamiento negativo de que no te va a salir simplemente no te saldrá, es sencillo.

-Pero no me va a salir- el adulto rodó los ojos ante el comentario y soltó un suspiro.

-Yo ya te dije que tienes que hacer, te dejo el día libre, has lo que quieras, si quieres practicar hazlo.

Peter asintió y se dio media vuelta dándole la espalda a Stevenson.

-Casi lo olvido, Connor está en tu habitación.

El rubio se dio la vuelta con brusquedad y caminó hacia la puerta dando zancadas, cuando trató de abrir la puerta ésta estaba cerrada con seguro, trató de abrirla a la fuerza pero dejó de intentar cuando escuchó que alguien se acercaba.

-La puerta está cerrada y nadie te va a abrir, si quieres entrar ya sabes que debes hacer- dijo Stevenson a través de la puerta.

-Dijiste que tenía el día libre- se quejó.

-Sí, eres libre de decidir si quedarte afuera o entrar.

Antes de que Peter pudiera protestar el profesor apareció en la puerta de su casa saludando con la mano y con una gran sonrisa en su rostro.

-¡Te odio!

-¡Yo también te quiero!- gritó en respuesta y entró a su casa, Peter sin otra opción se fue al lado izquierdo de la cabaña y comenzó a tirar piedras pequeñas a la ventana de su habitación.

Connor se asomó por la ventana y Peter se enojó porque él estaba en su cuarto pero sintió alivio porque le abriría la puerta.

-Ay, todavía no llegamos a la parte en la que nos escapamos juntos- bromeó guiñando un ojo.

-Abre la puerta- ordenó ignorando su comentario-, por favor.

-Nop, Stevenson lo dejó muy claro, tienes que aprender.

-Me voy a subir por la ventana sino me abres.

-Quiero ver que lo intentes- se burló.

-Sal de mi cuarto.

-Ya te dije que tu cama es más cómoda, pero no el lo mismo sin ti.

Las mejillas de Peter ardían así que desvió la mirada a un lado ocultándose del guerrero, aunque fue un acto innecesario porque ya lo había notado y no le molestó ocultar su sonrisa triunfante.

Guerra de Elementos [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora