El libro

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La amiga de la guerrera tenía dudas sobre todo eso, pero entendía lo que el profesor quería hacer.

-Y ahora tienes que buscar a los demás- afirmó la chica.

-Sí, pero te equivocas- dijo el profesor-. Tenemos que buscar a los demás.

-¿Perdón?- preguntó Peter-. Que yo sepa tú eres el mago aquí.

-Escúchame, mocoso, yo no soy un mago, soy el que cuida los mundos y más- se quejó Stevenson- así que o me respetas o tranquilamente te llevo a tu casa y te las arreglas solo.

-No soy un mocoso; y no me das miedo- dijo Peter retando al profesor, Stevenson avanzó hasta quedar frente al muchacho, ambos se miraban con enojo y parecía que en cualquier momento uno lanzaría un golpe.

-Parecen unos niños pelando por un dulce- les dijo Lorena ya bastante enojada- usted profesor parecía ser un poco más maduro, pero actúa igual que el estúpido de ahí.

Stevenson y Peter se alejaron, el chico fue con Lorena y Melisa, mientras que el profesor volvía a elevar sus manos en el aire creando una luz azul brillante para después bajarlas con fuerza. Esa luz azul cubrió todo el Territorio de Fuego en cuestión de segundos, pero esta vez aparecieron en una biblioteca vieja llena de polvo y telarañas por todos lados.

-¿Dónde estamos?- quiso saber la ojiazul.

-Esto es mi oficina niña- contestó Stevenson dirigiéndose a un pequeño escritorio lleno de polvo con una pila de libros viejos-, aquí podremos encontrar a los demás guerreros.

-¿En los libros?- preguntó Melisa con sarcasmo- ya en serio, ¿cómo los vamos a encontrar?

-Sus nombres tienen que estar por aquí en alguna parte- contestó Stevenson mirando todos los libros de su oficina-. Necesito que busquen un libro grande que en la portada tiene los cuatro elementos.

-¿ Y porqué no los busca usted?- preguntó Peter- yo no soy su empleado.

-Yo estoy buscando otra cosa- respondió el profesor tomando en sus manos un pequeño libro negro con perlas en los bordes- vayan a buscar el libro ¡y tengan cuidado!- les gritó mientras se alejaban.

Los chicos fueron a la estantería que se encontraba hasta al fondo porque estaba más lejos y más llena.

-¿Cómo se supone que era el libro?- interrogó Lorena que tenía un libro pequeño en las manos.

-Es grande y con los cuatro elementos en la portada- contestó Peter que seguía buscando.

-Supongo que el título es “cuatro elementos”- comentó la pelinegra.

Los tres estaban buscando un libro con esas características cuando de repente notaron que una brisa de aire salía de entre los estantes y una pequeña luz se hacía notar. Peter se acercó y tomó un libro grande con los cuatro elementos en la portada.

-Literalmente tiene los cuatro elementos- dijo Melisa tomando el libro con ambas manos-, nunca antes había visto esto, es hermoso.

Aquel ejemplar parecía mágico, tenía un pequeño tornado del lado izquierdo de la "X" al frente se ubicaba el elemento fuego con unas llamas color naranja profundo y una enrredaderas se colaban en ambos elementos ya que en la parte superior estaba el elemento tierra; y por último el elemento agua se hacía notar dejando ver un mar pequeño, era sorprendente porque al voltear el ejemplar todos los elementos seguían tal cual.

-Sí, concuerdo contigo- dijo Peter pasando sus manos por el libro-. ¿Son de verdad?

-¿Qué cosa?- preguntó Lorena.

-Los elementos- dijo el rubio acercando su mano precariamente vendada a la parte superior del libro para tocar el agua- sí, efectivamente son de verdad.

-¡Tu mano! ya me había olvidado- exclamó Lorena- tenemos que curarte o se te va a infectar.

-Peter, tiene razón hay que curarte- afirmó Melisa- bueno, vamos a llevarle su libro a Stevenson.

Los jóvenes avanzaron pero algo los detuvo, el libro, que ahora estaba en manos de Lorena empezó a teñirse de negro, así que rápidamente le dio el libro a Melisa, y éste volvió a la normalidad.

-¿Qué fue eso?- preguntó Peter.

-No tengo idea- respondió Lorena- bueno vamos que en cualquier momento aparece una rata.

Los chicos siguieron su camino hasta el escritorio del profesor, y lo vieron quemando un libro negro con perlas.

-¿Qué hace?- cuestionó Melisa exaltada- ¿por qué lo esta quemando?

-Este libro no puede caer en las manos equivocadas- contestó Stevenson- ¡lo encontraron!- exclamó con alegría al ver el libro con los cuatro elementos en la portada.

Melisa le entregó el ejemplar al profesor, el cual lo tomó y abrió sin decir nada.

-En el cajón de allí- dijo Stevenson señalando un mueble que estaba detrás de su escritorio- hay un botiquín con lo necesario para esa mano.

Lorena fue de inmediato y tomó el pequeño botiquín, le dio la orden a Peter de que se sentara para poder curarlo y éste le hizo caso.

-Cuidado- advirtió Peter sacándose el trapo lleno de sangre que tenía en la mano-, no quiero perder mi mano.

-No seas exagerado- dijo Lorena tomando su mano y retirando unos trozos de cristal que tenía incrustado en la mano- esto te arderá solo un poco.

-Espera un segundo- dijo Peter detenido a Lorena para que no le pusiera alcohol en la mano- ya, ahora sí.

La ojiazul le puso alcohol y limpio la herida con unas gasas, luego le colocó una venda con cuidado para no lastimarlo más de lo que estaba.

-Gracias- dijo Peter mirando los ojos azules de la chica.

-Por nada- contestó fríamente y dando un pequeño golpe en la mano lastimada de Peter-. Ay, perdón- continuó con sarcasmo.

-¡Los encontré!- gritó Stevenson con entusiasmo-, encontré a los demás guerreros.

-¿Y quiénes son?- preguntó intrigada Melisa que se acercaba al escritorio de prisa-, los demás guerreros, ¿dónde están?

-El libro solo dice los nombres, no te dice la dirección- contestó Stevenson un tanto obvio, cerró el libro y colocó su mano mano sobre éste y sorprendente los elementos no le hicieron nada-, es muy peligroso si cae en las manos equivocadas- acercó su cara al libro y al separarla este se convirtió en polvo.

-¡¿Qué hizo?!- preguntó Lorena al ver un libro tan importante hecho polvo- y si se olvida de los nombres ya no hay vuelta atrás.

-Ya lo dije. Este libro es el pase V.I.P para encontrar a los demás y matarlos- contestó Stevenson a Lorena- todo lo que pueda ayudar a Ad... Belladona debe ser destruido.

Guerra de Elementos [#1]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora