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Jaemin suspiró en el momento que volvió a pisar el campus de la universidad. Durante las vacaciones se había olvidado lo que era sentirse como un pordiosero en medio de un desfile de modas. Realmente no entendía como es que sus compañeros parecían levantarse horas antes solo por el hecho de querer arreglarse para estar sentados escuchando a un profesor por horas. El rubio se consideraba afortunado si es que lograba encontrar una sudadera que no estuviera demasiado arrugada antes de salir corriendo de su casa para llegar a tiempo a sus clases.

Sabía que el mito de que los vampiros no dormían era solamente eso, un simple mito pero si no hubiera tenido una confirmación negativa de aquello en el pasado seguramente hubiera creído que todos ellos se veían así de bien porque comenzaban a prepararse desde la madrugada. Él, por su parte, apenas se levantaba con tiempo de cepillar sus dientes.

Era ya su segundo año en la universidad y realmente creía que ninguno de los sujetos de la universidad era realmente siquiera de clase media o similar. O, al menos si lo eran, se empeñaban en no demostrarlo. Chenle solía decir que se debía a que los vampiros eran bastante superficiales y se medían constantemente entre ellos. Eso radicaba en que constantemente estaban tratando de lucir lo mejor que se podía y alardear de ello frente al resto. Por supuesto que todo terminaba involucrando cosas como ropa y accesorios de diseñador, el último modelo de celular y todo lo que fuera costoso o brillante.

Se sentía agradecido de no ser tan vanidoso consigo mismo porque incluso ya tenía grandes ojeras, no quería imaginarse como sería si se levantara aún antes para arreglarse. También porque su economía no iba a soportar más que comprar una o dos prendas en una tienda común al mes, y eso era si tenía suerte.

Admitía que, en un comienzo, durante sus primeras semanas el año anterior, había sentido el impulso de ceder ante aquello pero terminó desistiendo de lo mismo.

También sucedió porque no tenía mucho sentido vestirse bien cuando solía ser el objeto de burla de algunos de sus compañeros durante el primer semestre. No importaba que tan refinados, educados o bien se vieran, siempre se encontraban un par de imbéciles por algunos lados. Humanos y vampiros eran iguales en ese aspecto.

Su primer día de universidad le demostró la razón por la cual fue tan sencillamente aceptado. Eran solo él y otros siete chicos en la oficina del rector de la universidad, quien les explicaba algunas cosas básicas. Solo ocho humanos en el primer año entre cientos de vampiros. Era sencillamente abrumador.

Fueron un objetivo fácil.

Y no es que culpara realmente a los vampiros de aquello. Imbéciles existían en todo el mundo y de todas las razas. La mayoría de sus compañeros simplemente pasaban de los humanos, no les prestaban una gran atención y solo hablaban con ellos de ser necesario, en estas pocas interacciones solían ser bastante amables además de educados. Podía definirlos, en rasgos generales, como personas agradables... si es que realmente podía referirse a ellos como personas.

Jaemin creyó que en algún momento los idiotas que les molestaban iban a aburrirse pero parecían demasiado entretenidos con ellos. Su salvación llegó en la forma de un chico gritón que salió en su defensa cuando quisieron golpearlo y otro sujeto que simplemente parecía estar allí por obligación o porque quizás no tenía nada mejor que hacer en aquel instante. Chenle aún asegura que ese día él le adoptó como a un cachorrito y no se despegó de él. Mark, el otro sujeto, se unió porque no tenía otro amigo en la universidad más allá del chino. Aunque pareció un poco reacio al comienzo, el canadiense tardó realmente poco en abrirse por completo, volviéndose un amigo cercano en corto tiempo.

Ahora el rubio no solo tenía a dos chicos que le cubrían la espalda, sino que también eran dos vampiros. No se lo diría nunca a Chenle, pero había estado un poco asustado en el comienzo de que uno de ellos le pusiera esa especial atención amistosa sobre su persona y durante mucho tiempo estuvo considerando que en cualquier momento iba a pedirle su sangre como compensación de su protección.

Bloody Drops || NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora