38 (Final)

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Dejó advertencia (porque sino luego recibo quejas por no avisar) de que tiene contenido violento. BYE.

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No podía entenderlo o puede que no quisiera hacerlo en realidad. La sangre manchaba a quien había considerado todo ese tiempo su amigo. Las gotas carmesí en su rostro le daban un aspecto macabro y el cigarrillo en sus labios solamente demostraba que tan poco le afectaba acabar con dos vidas que eran inocentes. Quiso golpearse, despertar de esa pesadilla. Saber que nada era real, sólo un juego de su mente atormentada.

Ren Jun pareció casi divertido con verle tan anonadado. Comenzó a caminar con calma, acercándose a la cama y apagando el cigarrillo sobre la frente de su padre como si no fuera nada.

— ¡No lo toques!

El gritó desgarró su garganta. Se levantó casi corriendo para ir en su dirección, queriendo apartarlo. Ren Jun ni se inmutó, esperándole a qué se acercara lo suficiente. Jaemin nunca vio venir la patada, solo sintió el golpe en su rostro que le empujó al suelo y el gusto a cobre en su boca.

Escupió sangre en el suelo, escuchando un pitido en su oído. Se sintió desorbitado por un segundo hasta que fue jalado por su cabello para obligarle a levantar sus ojos. Ren Jun le miraba desde arriba, el filo de un puñal apoyándose en su cuello.

— Cierra la maldita boca. Aún quedan unos minutos hasta donde sé. No quiero tener que apresurar las cosas.

Le empujó nuevamente al suelo, caminando en la habitación para sentarse en el borde de la cama. El puñal brillante fue dejado a un lado de él, notando el mango grabado a detalle con distintos símbolos de estrellas. El chino encendió un nuevo cigarrillo, dándole una profunda calada. Sonrió mientras dejaba ir el humo por sus labios unos segundos después.

Trataba de recordar cada cosa que había hecho con el otro y no podía entenderlo. Sus recuerdos se sobreponían unos con otros. No tenía idea de lo que sucedía. Ninguno de los Lee conocía al chico de antes.

— ¿Por qué? — Preguntó llorando, necesitaba una respuesta. — ¡Mis padres nunca te hicieron nada! ¡Yo nunca te he hecho nada! ¡¿Por qué haces esto?!

— ¿Por qué? — Ren Jun le miró antes de observar los cadáveres, como si buscara una respuesta en ellos. — Son quienes le dieron la vida al humano tan estúpido y molesto que eres, el imbécil que se entrometió en medio. Y tú... tú eres la maldita perra de él. — Este se rio, negando con su cabeza. — Que tus padres murieran es tu culpa, Jaemin. Les hubiera dejado tranquilos... pero tuviste que jugar a ser un héroe. Tan imbécil. Todos tus amigos lo son, por eso se llevan tan bien unos con otros. — Quiso levantarse pero el chino se movió más rápido, tomando el puñal y dirigiéndolo hacia el cuerpo de su madre. — Muévete y le realizaré un aborto casero... oh perdón, lamento arruinar la sorpresa. — Una sonrisa burlista se posó en sus labios. — Aunque es mejor de esta manera. Nadie quiere un hijo a una edad tan avanzada.

Eso sólo terminó por hacer que se desmoronara aún más, pegando su frente al suelo y llorando a gritos. Golpeó una y otra vez la madera con su mano. No tenía sentido, nada de eso lo tenía.

Su madre había tratado al chino con toda su amabilidad. Habían conversado juntos y pasado momentos agradables. Los vio en muchas ocasiones junto a su padre ¿Cómo podía hacerles algo así? Nunca le hicieron un daño a nadie en ese mundo. Eran las mejores personas que pudieron haber existido.

— ¡Estás loco! ¡Enfermo! ¡Solo una persona demente haría algo así!

Este volvió a reírse con sorna de él. Parecía estar disfrutándolo. Mierda, en verdad gozaba de haber hecho algo como eso.

Bloody Drops || NominOn viuen les histories. Descobreix ara