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Estaba totalmente aterrorizado en ese punto. El lobo negro lucía amenazante, sus largos dientes podrían rasgar toda su piel en cuestión de segundos. El gruñido parecía estar resonando por las paredes y lentamente fue caminando hacia atrás queriéndose alejar de este hasta que golpeó contra la mesa. El enorme animal parecía dispuesto a atacarle en cualquier segundo.

— Ten, cálmate. Él no es una amenaza. — Escuchó la voz de Jeno desde atrás y luego el sonido de una silla siendo ligeramente arrastrada. — Hyuck ya te habló de él, es su amigo.

Vio aparecer al pelinegro en su campo de visión y como es que caminaba con total calma hacia el lobo. Le observó poner una mano en su cabeza y acariciar suavemente su pelaje como si se tratara de un maldito perro. El animal llegaba hasta su pecho en altura estando en sus malditas cuatro patas y no dejaba de mirarlo, aunque no seguía gruñendo pero eso no era algo que estuviera calmándole en lo absoluto.

— ¿Qué mierda está pasando?—  Estaba seguro de que su voz sonaba ridículamente aguda e inestable en ese punto. —

— Taemin, pensé que ibas a decirle a ellos sobre esto. — Jeno miró directamente hacia su hermano, sus cejas fruncidas. — Esto no debió de pasar así. No tuvo que haberlo visto de esta forma.

— Puede que me haya olvidado. Ups. — No iba a voltear a ver al sujeto pero por el tono de su voz podía intuir que estaba riéndose. —

— ¡¿Por qué hay un maldito animal en este lugar?! — Su voz se quebró en un instante y como respuesta el lobo frente a él le gruñó molesto. —

— No le digas así, no le gusta. — Ji Eun respondió, por un segundo se giró a verla y ella seguía concentrada en su libreta como si nada. —

Jeno seguía acariciando al lobo, rascando detrás de las orejas de este mientras que el animal parecía inclinarse ligeramente hacia su toque. Tras la puerta, y con un rostro igual de calmado que el resto, apareció el sujeto de cabello gris que le miró por tan solo un segundo antes de darle una pequeña palmada en el cuello del lobo.

— Vamos Ten, te traje algo de ropa. Si hay un problema ellos pueden defenderse por su cuenta. — El peligris jaló una de las orejas del animal suavemente, quien le respondió con un suave gruñido antes de seguirle fuera del comedor. —

Jaemin se volteó a ver al resto cuando el enorme lobo ya se había marchado. Su expresión debía de ser más que obvia, estaba a punto de perder su maldita cabeza en ese momento. Durante un segundo estaba viendo a un sujeto siendo mordido arriba y ahora había tenido un maldito animal frente a él.

— No hay forma en que podamos explicar esto sin que rompamos alguna de las reglas. — La voz de Jeno sonaba ligeramente cansada en ese punto y coronó su frase con un pequeño suspiro agotado. —

—Bueno, técnicamente no podemos decirle... pero el chico puede adivinarlo o deducirlo. No va contra nuestras leyes. — Taemin sonrió de una forma ligeramente traviesa. —

— ¿Adivinarlo? — Preguntó realmente perdido en ese punto. — Siento que estoy metido en una maldita pesadilla ¿Y quieres que adivine lo que sea que aquí este pasando?

— Vamos niño, no es tan difícil. — Taemin se acercó a él sonriendo, tomándole suavemente por los hombros para sacudirle un poco con suavidad. — Estas en una casa de vampiros. Seres que eran considerados una leyenda, un mito y acabas de ver un lobo inusualmente grande que parece entender cuando le hablan. Usa esa linda mente que tienes, no puede costarte tanto llegar a una respuesta correcta a menos que ese tinte haya arruinado tus neuronas.

Sus ojos le estaban desorbitados, como si el sujeto frente a él hubiera enloquecido por completo. Se giró a ver a Jeno, quien simplemente se encogió de hombros. En cualquier momento tendría un maldito ataque de pánico o terminaría por correr hacia una de las ventanas y saltar por ella en busca de huir de esa casa.

Bloody Drops || NominOù les histoires vivent. Découvrez maintenant