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Había momentos en los cuales amaba completamente ser el centro de la atención. Era como una sensación adictiva saber que las personas estaban mirando en tu dirección. Disfrutó muchas veces en el pasado de ello. Solía hacerle sonreír en grande y que su propio ego se viera aumentado.

Pero justo en ese momento, lo estaba odiando.

Su parte menos racional, que tenía una enorme tendencia a creer en situaciones poco probables, había decidido tomar la oportunidad que Taemin les ofreció en la azotea. Y, tras discutirlo con calma con Jeno, habían llegado a una especie de acuerdo.

Sabía que quizás estaba jugando con las ilusiones y esperanzas del pelinegro porque no podía asegurar que no se arrepintiera de ello en unas semanas. Claro que fue bastante honesto en dejarle saber que aquello solamente era un vago intento por saber si es que entre ellos podría o no llegar a funcionar una relación. Ni siquiera era una promesa de pensar en ser convertido por esa familia. Se lo dijo con palabras honestas y sin rodeos, incluso si creía que ellos podrían funcionar como pareja, eso no aseguraba que él terminaría por aceptar el cambio.

Así que ahora estaban allí en medio de la sala junto al resto de la familia, tras hacer que las pocas mujeres del servicio se marcharan. Consideraba que, a aquel punto, era mejor que las trabajadoras ni siquiera estuvieran en el lugar pero eso era otro asunto.

Muchos de los rostros de los miembros de aquel excéntrico clan estaban mostrando su desacuerdo. Jaemin tuvo que apartar su mirada, enfocándola en Yang Yang quien, si bien no podía decir nada, estaba allí para apoyarle. Apretó con más fuerza la mano de Jeno, este le devolvió el apretón y le sonrió. Ambos sentados en uno de los sofás y el mayor de los Lee parado detrás de ellos como si de su guardián se tratara.

— Está vez te has superado a ti mismo, Taemin. — Ji Eun era, en definitiva, la más molesta con la situación. Sus brazos cruzados sobre su pecho y golpeaba levemente el suelo con su zapato plateado de tacón. — No es de extrañar que hagas estupideces y te pongas en riesgo simplemente por probar los límites del consejo. Si quieres ser un potencial suicida es tu asunto pero no debiste de meter a Jeno en tus torpes tonterías ¿Acaso tomarás la responsabilidad si mata al humano? ¿Qué piensas hacer si eso sucede?

— Cavar un hoyo en el bosque, enterrarlo y decir que vi como los cazadores se lo llevaron. — Jaemin se estremeció ante la respuesta porque, por más que hubiera sido dicha en un tono de broma, era un verdadero plan de contingencia por si todo salía terriblemente mal. —

Los ojos de Ji Eun brillaron en aquel amenazador tono carmesí. Estaba enojada, demasiado. Seguramente pensando en que su mellizo había convencido a Jeno de hacer aquello. Furiosa, se acercó a paso firme hacia ellos pero el gruñido de Taemin a sus espaldas la detuvo unos pasos antes. Ella mostró sus colmillos hacia él como una amenaza de que no hiciera aquello antes de fijar sus ojos en su hermano menor.

— Eres más inteligente que esto, Jeno. Por más que creas amar o lo que sea a este humano, sabes que no podrás manejarlo. Te estás condenando a ti mismo. — Su voz no estaba únicamente enojada, sino muy preocupada. — Han sido poco más de cuatro años desde que sucedió y aún no puedes manejarlo ¡Durante un año entero Ten tuvo que dejar su olor sobre Jaehyun después de que pudiste salir de tu encierro tras el despertar! Entrabas en pánico si llegabas a sentir su olor ¿Y crees poder hacer esto? — Ella se rió, molesta y angustiada a partes iguales. Observó sus manos unidas y negó con su cabeza en nuestra de decepción.— Cuando Donghyuck comenzó a rogarte para aceptar que fueras a esa maldita universidad... te horrorizaba la idea de encontrarte con humanos ¿Y ahora piensas que puedes controlarlo?

— Ji Eun, basta ya. — Taemin detrás de ellos trató de interferir usando un tono mucho más serio que de costumbre. Ella apenas le vio unos segundos. —

Bloody Drops || NominWhere stories live. Discover now