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El viaje de regreso a casa fue tranquilo en su mayoría, solamente la voz de Jeno diciendo que los problemas les seguían llenaba el auto. Hubiera estado de acuerdo con ello si no fuera porque Haechan estaba más que empeñado en que solamente habían sido unas muy malas casualidades.

Agradeció a ambos cuando le dejaron frente a la puerta de su casa y subió en tanto silencio como pudo. Una vez en su cama, se desplomó contra ella y suspiró de gusto. Ni siquiera se cambió, estaba tan cansado que se durmió con la misma ropa que llevaba puesta.

El domingo apenas salió de su casa, únicamente para hacer un par de compras junto con sus padres y luego pasó la mayor parte del tiempo en su habitación mientras estudiaba. Estaba, genuinamente, estresado a ese punto y ni siquiera se encontraba cerca de la época más terrible del año.

Cuando el lunes llegó, supo que haber aceptado aquella primera salida a solas con Haechan fue un grave error. Durante las siguientes semanas se vio arrastrado a una gran cantidad de salidas con el chico. Aunque, al menos para su suerte, no eran en su mayoría nocturnas. El castaño estaba más que dispuesto a demostrarle a su familia que podía manejarse por su propia cuenta en cualquier situación posible.

Por eso no estaba en lo absoluto sorprendido cuando el vampiro se encontraba contándole sobre su nuevo plan de fin de semana mientras que su hermano estaba arreglando algo sobre un proyecto con uno de sus profesores. Honestamente, en ese punto estaría en una total bancarrota si no fuera porque su amigo insistía en pagar la mayoría de las cosas cuando salieran aunque le incomodara. En este caso, había pagado por las entradas a una fiesta que se organizaba en las afueras de la ciudad cada mes.

La conocía al menos por boca de otros. Jisung había asistido un par de veces, Yang Yang decía que quería ir pero que estaba demasiado lejos como para llegar sin un auto propio porque la tarifa del taxi iba a salirle una pequeña fortuna.

Jaemin estaba haciendo su camino hacia la salida en silencio y sin realmente escuchar todas las palabras que Haechan soltaba por su boca. Estaba emocionado, no solo por la maldita fiesta sino porque era el mismo día de su cumpleaños así que era una buena forma de celebrarlo según él.

— Jaemin ¿Podemos hablar? — La voz de Mark le tomó desprevenido, haciendo que se volteara un poco consternado. —

El canadiense lucía ligeramente incomodo, mirando de forma rápida hacia Haechan para luego poder posar sus ojos sobre Jaemin de nuevo. Chenle a su lado se veía como si estuviera realmente cansado en ese punto.

El rubio asintió ligeramente, aparentándose ligeramente de su amigo para que pudiera hablar con los otros dos de manera un poco más privada.

— ¿Qué sucede? — Preguntó un poco tosco mientras se apoyaba contra la pared. Puede que no fuera alguien que guardara rencores pero eso no significaba que estuviera feliz con las semanas en que estos simplemente no se atrevieron a hablar con él. —

— Queremos disculparnos. Fuimos unos idiotas, tienes razón con ello. Actuamos como unos amigos de mierda. — Mark fue quien empezó, no estaba mirándole a los ojos pero creía que era porque realmente le costaba hablar sobre ello. — No debimos decir lo que dijimos, sobre todo yo. Me cegué por lo que una familia como la de ellos puede llegar a significar. He conocido familias puras antes y decir que son sanguinarios es poco. Solamente pude considerar que los Lee eran iguales.

— ¿Otra vez hablando de los míos, Mark? — Jeno parecía molesto, acercándose a ellos y haciendo que la gente comenzara a prestar mayor atención a la escena. —

— Jeno, espera— Trató de detenerle pero este parecía más que decidido en ese momento. —

— Es curioso que tengas el valor de hablar de mi familia cuando compartimos un mismo apellido. Podríamos ser primos bastante lejanos ¿No crees? — La sonrisa en los labios del pelinegro estaba creciendo y algo le decía que aquello no era precisamente bueno.- Pero es más sorpréndete que lo hagas considerando tu propio historial.  — Los ojos de Jaemin se posaron sobre el canadiense viendo lo anonadado que este parecía en ese momento.— Debo admitir que tus padres lo escondieron bastante bien, debió de ser una gran cantidad de dinero. Tuviste tres accidentes de auto antes de los veinte, por suerte no hubo realmente ningún herido más que las cuentas bancarias de mamá y papá. Lástima que no fue igual en el cuarto que tuviste. Atropellaste a un hombre y su hijo de ocho años. Lograron sobrevivir y tú ibas a ir a la cárcel. Suerte que para ti pudieron enterrarlo todo con algo más de dinero y mandándote al otro lado del mundo para que no siguieras poniéndoles en vergüenza.

Bloody Drops || NominWhere stories live. Discover now