30

3.4K 463 589
                                    

La semana estaba siendo demasiada ocupada a pesar de que apenas estaban regresando a las clases. Ya tenía al menos tres proyectos en camino y dos fechas de examen para los cuales tener que estudiar. El dolor de cabeza estaba amenazando con hacerse un amigo frecuente y muy poco agradable.

Sin contar que su madre regresó a su casa. Lo cual por un lado era bueno pero por el otro le seguía poniendo nervioso. Los cazadores sabían donde vivían y, aunque ella no fuera realmente su objetivo, no le gustaba saber que estaba tan expuesta. Aún le tenía nervioso ese aspecto.

No ayudaban las constantes llamadas de Jisung y Ren Jun para verse, quienes no parecían en lo mínimo estresados por la universidad. Les envidiaba profundamente. A eso y su capacidad enorme de ignorar a la perfección que tan sólo unos días unos locos trataron de matarlos.

Deseaba poder tener la misma desconexión de sus miedos y pensamientos.

Ahora estaba allí, pensando en como es que siquiera estaba metido en esa situación. Porque mierda, el imbécil de Chenle se había salido con la suya a su manera.

Haechan, tras haberles ignorado por días, decidió que era buena idea aparecer en el almuerzo. Jeno pareció un poco esperanzado por aquello y no dudó en acompañarle aunque su hermano no le dirigiera verdaderamente la palabra.

Mark, por su lado, estaba visiblemente incómodo. Pero agradecía que al menos hiciera un esfuerzo, y se notaba que era gigantesco, en no ser un total idiota. Bien, no era la imagen de la simpatía pero al menos estaba guardando cualquier comentario mordaz en su mente.

Pasos de bebé, se repitió en su cabeza Jaemin.

Pero Chenle... el maldito idiota supo jugar bien sus cartas el jueves. Sonriendo, tratando de lucir tan encantador como pudo, comenzó a hablar del dichoso juego. Eso captó la atención inmediatamente de Haechan, quien escuchó atento todos los detalles y se mostró en verdad interesado. Se sintió un poco estúpido porque la culpa y pena le invadieron al pensar que este estaba cayendo directamente en el juego del chino... pero tampoco quiso detenerlo al aún estar enojado con él.

Se sentía frustrado y como un idiota pero se dijo a si mismo que al menos trataría de hablar con él una vez que estuvieran en su casa. O al menos con Jeno para que este pudiera explicarle la situación. Mierda, sabía que el pelinegro no iba a estar feliz con ello y eso solamente aumentaría el odio que le tenía a su par de amigos.

Pero fue aún más doloroso notar que, cuando Chenle insinuó que podrían ir a la maldita casa Lee a probar el juego, Haechan miró por unos segundos a su hermano. Una silenciosa petición de permiso y busca de aprobación. Eso fue tan desagradable pero Jeno simplemente mostró una pequeña sonrisa aceptando la idea.

Mierda, era claro que este no les quería en su casa y que, ahora más que nunca, su presencia resultaba un inconveniente. Pero, como era habitual entre los hermanos, Jeno terminó cediendo ante lo que el menor deseara. No sabía si por costumbre o en busca de aminorar la tensión entre ellos. De todas formas, no consideraba que fuera el pelinegro quien estuviera en falta como para ser quien trabajara por regresar a su estado normal.

Debido a eso, el viernes tras terminar con sus clases, Mark y Chenle estaban siguiéndoles en la conocida carretera. Haechan iba a tardar un par de minutos más tras tener que ir a buscar al lobo, quién estaba más que encantado en tener lo que llamaba un "chofer personal" del cual alardear con sus propios compañeros.

— Te ves nervioso. — La voz de Jeno le trajo nuevamente al momento. —

Jaemin suspiró y se removió con algo de incomodidad en su asiento. La mano de Jeno que sujetaba la suya le resultaba reconfortante pero de todas maneras su mente no dejaba de darle vueltas al asunto.

Bloody Drops || NominWhere stories live. Discover now