Bloody Drops || Nomin

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Había una enorme lista de cosas que Jaemin podría decir que nunca hubiera imaginado que pudieran suceder en la vida real. Y aunque no lo consideró antes, ser besado por Lee Je No estaba definitivamente encabezando la lista.

Fue como si una parte de su cerebro se desconectara y ni siquiera le permitiera pensar en algo o considerar aquello como algo real. Estaba totalmente en blanco, a tal punto que ni siquiera pudo moverse por un instante. Estaba casi congelado en su sitio. Y aunque algo en su cabeza le dijo que no debía de hacer aquello, su siguiente acción fue terminar por corresponder el beso de Jeno.

Aquello que comenzó como algo bastante inocente o tierno, rápidamente cambió. La intensidad subió de forma exponencial y Jaemin se encontró a si mismo siendo acorralado contra la pared pero ni siquiera le interesaba que su espalda fuera casi golpeada contra la dura superficie. Todo su cerebro se encontraba enfocado en tratar de poder seguirle el ritmo al pelinegro, quien le besaba de una manera casi asfixiante, como si le robara el aliento en un segundo.

Estaba seguro de que aquel debía de ser el beso más abrumador y exigente que le habían dado en toda su vida. La boca de Jeno contra la suya se sentía como si tratara de descargar su furia en él e imponerse pero las manos sujetando su rostro seguían tocándole de la misma forma delicada que antes. Le hacía sentir como si fuera sumamente pequeño y totalmente frágil bajo la merced de este. Y joder, no era un sentimiento que acostumbrara a sentir cuando alguien le besaba pero no podría decir que no estuviera gustándole.

Sus propias manos se aferraron al saco de este, arrugando la fina tela bajo sus dedos mientras trataba de sujetarse de alguna forma de lo que estuviera a su alcance. Sus piernas volvían a sentirse débiles y, si no hubiera estado aprisionado tan fuerte contra la pared, podría haber caído sobre sus rodillas en ese mismo instante.

Quizás debió de haberse asustado cuando algo similar a un gruñido pareció provenir de Jeno, haciendo que pecho casi vibrara, y más aún tuvo que aterrarse cuando sintió las puntas de sus colmillos arañando ligeramente su labio inferior. El tenue sabor de su propia sangre debió horrorizarle pero únicamente causó que un pequeño jadeo brotara de él como respuesta. Cualquier rastro de lógica abandonando su cerebro en ese momento.

Sin embargo, Jeno realmente pareció verse afectado por eso último y se separó de forma brusca.

Jaemin estaba jadeando, apoyado contra el muro. Ni siquiera había notado que estaba quedándose sin aire. Su mente estaba en completo caos, preguntándose qué carajos había sido aquello. Jeno frente a él no parecía tener las respuestas que él quería tampoco. Se veía realmente asustado de alguna forma, con su pecho subiendo y bajando, los labios entreabiertos y los ojos brillando en la oscuridad de la noche.

Estaba queriendo hacer tantas preguntas, quería hablar, gritar o reaccionar de alguna forma pero no parecía siquiera poder poner sus palabras en orden. Hablar estaba totalmente fuera de su liga en ese instante. Probablemente no podría hilar una sola frase que fuera lo suficiente coherente. Sólo podía pensar en que no entendía como sucedió aquello y en el ligero ardor que sentía en su labio inferior.

Jeno reaccionó mucho antes de que él pudiera hacerlo, viéndose realmente angustiado de un momento a otro. Escuchó como este comenzaba a maldecir y observó en silencio la forma en la que pasaba sus manos temblorosas por su cabello pero sin volver a mirarlo en ninguno momento. Estaba nervioso, evitando sus ojos e incluso alejándose de él dándole la espalda antes de regresar.

Parecía a punto de entrar en una crisis y la forma en la que miraba hacia cualquier rincón del lugar, como si buscara algo, le pareció casi maniaca.

Cuando su aparente búsqueda finalizó, pareció volver a caminar decidido hacia él. Lucía furioso mientras le miraba, haciéndole sentir como si fuera un maldito niño a punto de ser regañado por romper algo.