Bloody Drops || Nomin

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Incluso si hubiera querido decirle algo, darle alguna respuesta, no podía formular alguna. El mayor le vio con una pequeña sonrisa antes de negar con su cabeza y seguir mirando por la ventana hacia toda la muchedumbre. Eran demasiadas personas reunidas para un acto tan cruel.

Le hubiera gustado poder decir que era una característica única de los vampiros pero sabía bien que los humanos podían ser iguales o peores. Sólo necesitaban del motivo adecuado y ese solía ser uno demasiado sencillo en la mayoría de las ocasiones.

Era ridícula la superioridad moral que ambas especies creían tener por encima de la otra. Eran tan parecidos. Tan hipócritas y cínicos. Cada lado se creía el dueño de la verdad y de decidir que era justo o no. Qué estaba bien y lo que era malo. Sólo eran seres queriendo engrandecer sus egos que se alimentaban de la debilidad de otros.

— No te voy a juzgar si no quieres hacerlo, Jaemin. No voy a obligarte a ello tampoco. Se de primera mano lo terrible que es ser forzado a hacer algo que no quieres. — Una sonrisa triste se posó sobre los labios ajenos antes de dejar caer la ceniza del cigarro al suelo. — Si te niegas, yo mismo puedo sacarte de este lugar sin que nadie te vea. He hablado con unos amigos, podrán esconderte a ti y tu familia hasta que se le pase el berrinche a mi madre.

— ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Por qué te arriesgas así? Incluso poniendo tu vida en juego.

Taemin no respondió al instante, parecía más concentrado en ver a todas esas personas debajo de ellos. Sus ojos vagando entre la multitud, pareciendo analizar a cada uno de los asistentes. Jaemin se detuvo a mirarlo con atención. Era extraño. Estaba acostumbrado a una imagen diferente suya. Duro y risueño, que adoraba molestar al resto. Sin filtro al hablar y cuyo cerebro no parecía estar en conexión con lo que salía de su boca. Ahora veía a alguien diferente. Parecía extrañamente frágil.

— Hace años que deje de temerle a la muerte e incluso he llegado a anhelarla en algunos momentos de mi vida... pero nunca tuve el valor para hacer algo al respecto. Ofrecérsela a alguien más es similar a un alivio. — La facilidad con la que dijo algo como aquello le estremeció.— Pero eso no es el verdadero motivo en realidad. No es que sea un bastardo suicida. Encontrar el amor para nuestra familia es casi un milagro. Nadie a nuestro alrededor nos quiere verdaderamente. Siendo honesto, siempre creí que Taeyong sería el único de nosotros que en verdad lograría tener a alguien sincero en su vida... y luego los vi a ustedes. — Le miró apagar el cigarrillo en el marco de madera del ventanal. — Jeno me recordó a mí mismo cuando me enamoré como un maldito idiota... y en la forma en la que tú lo veías era la forma en la que me hubiera gustado que me miraran. Supongo que quise darle la oportunidad que yo no tuve por meterme con las personas equivocadas. — Taemin suspiró y se recargó contra el cristal. — Pero sabía que no habían muchas formas. Esto pasaría tarde o temprano. O incluso si no era el Consejo quien les descubría, iba a ser nuestra madre antes. Tuve que pensar en la forma en la cual le serías útil a esa mujer. Era eso o ella misma te mataría por poner en riesgo su posición. Y créeme que si ella te matara o mandara a alguien a hacerlo, nadie sabría nunca que fue por su mano... HyoRi nunca va a aceptarte pero te volverás intocable si le sirves. Justo como Ten. Lo aborrece pero finge quererlo como a otro de sus hijos porque le conviene a su propósito.

— Eso es... — No sé atrevió a decirlo. —

— Una mierda, adelante. Tenemos una familia del asco... pero no siempre fue así. Mi madre enloqueció desde el día que se propuso ser la líder del clan. Antes era genuina y mucho más amorosa. Extraño esos días. — Taemin relamió sus labios de forma nerviosa. — Ahora, cuando recuerda que en verdad somos sus hijos y no piezas en un tablero de ajedrez, trata de actuar como en un pasado pero no es igual. Ella ya no es nuestra madre aunque finja serlo.