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advertencia: este capitulo contiene violencia y lenguaje fuerte.



Ya había pasado una semana desde que ganaron el campeonato de baloncesto, y aun había estudiantes que felicitaban a Jungkook cuando lo veían por los pasillos. Debía confesar que se sentía orgulloso de su esfuerzo y de todo el equipo, ahora si se sentía como toda una superestrella dentro de la escuela. Así que no se sorprendió cuando iba camino a la tienda para conseguir algún bocadillo que un par de chicas lo detuvieran para felicitarlo y alagarlo, lo que si lo tomó desprevenido fue ver a Taehyung unos cuantos pasos más allá, no pudo evitar pensar que el castaño nuevamente huiría de su presencia, pero el mayor le regalo una suave sonrisa mientras agitaba su mano suavemente.

Jungkook interpretó esto como una señal positiva, de que finalmente podría hablar con el mayor, así que se apresuró a despedirse de las chicas para correr al encuentro con el contrario.

- ¡Taehyung! -chilló el pelinegro casi como un niño pequeño el cual acababa de encontrar su juguete favorito después de haberlo perdido por mucho tiempo.

- Hola Jungkook. -era una respuesta sencilla, nada fuera de lo común, pero con tan solo oír la voz del mayor el corazón de Jungkook dio un salto de alegría.- ¿Ahora me crees que eres toda una celebridad dentro de la escuela?

El menor no pudo evitar soltar una risita recordando su primer encuentro en la enfermería cuando el castaño había dicho algo similar, y no pudo evitar sentirse un tanto avergonzado por lo que rascó ligeramente su propia nuca.- Es solo porque ganamos el campeonato, no es que antes alguien me reconociera. Excepto tu Tae, creo que fuiste mi fan desde el principio.

Taehyung no respondió, en su lugar sonrió y extendió su brazo hasta poder suaves caricias a la cabeza del menor, quien se sintió feliz de volver a sentir esa calidez después de tanto tiempo.

- Tae... ¿Puedo saber porque desapareciste ese día después del partido?

Decir que la pregunta no lo pillo de sorpresa sería mentir, el castaño no esperaba que el menor le cuestionara aquello, o más bien deseaba que no lo hiciera, porque se sentía como un tonto por haber huido, pero no podía pretender que no había ocurrido.

- Yo... es solo que te vi ocupado ese día Jungkook, no quería ser una molestia, así que creí que lo mejor sería irme antes de que fueras a perder el tiempo conmigo.

- Taehyung. -con seguridad Jungkook se acercó unos cuantos centímetros más al mayor, con sus palmas acunando el rostro ajeno por las mejillas, logrando así que ambos mantuvieran la mirada en los ojos del otro.- Escúchame bien Tae, jamás podrías ser una molestia y cada segundo que paso contigo es muy preciado para mí.

Ante tan dulces palabras las mejillas del mayor ardieron, tiñéndose de un suave color rojizo que se extendía hasta la punta de sus orejas. Aun con sus miradas entrelazadas, Taehyung comenzó a mover sus brazos, con la intención de atrapar al menor en un abrazo, pero antes de que siquiera hiciera contacto con anatomía ajena el timbre retumbó en el pasillo indicando el fin del receso. Así que el castaño en vez de abrazar a Jungkook tomó sus manos para alejarlas de su propio rostro, aunque no las soltó una vez que estas estuvieron abajo.

- ¿Podemos hablar a la salida Jungkook? Creo que necesitamos más que los pocos minutos de libertad que la escuela nos da. -el menor asintió completamente de acuerdo.- Entonces nos encontramos en la puerta principal.

Tras esto Taehyung cortó todo contacto entre ellos para despedirse y luego desaparecer por los pasillos. Jungkook no podía evitar sentirse esperanzado, el mayor no lo había rechazado, ni se había alejado cuando tomó su rostro, todo parecía ser una buena señal, pero parte de si aun se encontraba dudosa. Ahora solo deseaba que las horas volaran para poder encontrarse nuevamente con Taehyung.

Play with me | TaekookWhere stories live. Discover now