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- ¡Pasa la maldita pelota Jeon! -Escuchó el grito enfadado de su entrenador desde un costado de la cancha, pero Jungkook lo ignoró por completo y siguió corriendo a través de la cancha, esquivaba a los del equipo oponente mientras hacía su camino hasta la cesta contraria con la idea de lanzar desde una posición más segura y así poder marcar puntos. Se detuvo frente unos cuantos pasos del aro, creía que estaba a la distancia perfecta y nadie parecía estar cerca para detenerlo, rápidamente se posicionó para lanzar, y sin pensarlo demasiado tiró la pelota en dirección a la cesta, había sido en lanzamiento perfecto. Una sonrisa se asomó en su cara celebrando desde ya la tan ansiada victoria, orgulloso de su propia jugada, pero antes de que sus pies tocaran el suelo vio como uno de sus rivales saltaba con extra fuerza, llegando tan alto como para impedir que el balón cayera en la cesta. El sonido del balón rebotando en el suelo hizo eco en sus oídos, lo siguiente que escuchó fue el silbato que anunciaba el fin del partido, seguido por gritos de celebración por parte de sus oponentes. Habían perdido por un punto de diferencia, el punto que él no pudo marcar.

Mantuvo su cabeza agachada mientras todo su equipo se dirigía de regreso a los camarines, simplemente no podía soportar las miradas de resentimiento que estaba seguro que sus compañeros le dirigían. Ya una vez dentro de los camerinos Jungkook se dejó caer pesadamente en una banca vacía, cerca del rincón de aquel espacio. De lejos podía oír como su entrenador daba palabras de aliento, remarcando sus puntos fuertes dentro del partido, pero la mente de Jungkook simplemente no estaba ahí. Su cabeza se mantenía gacha, con una toalla cubriéndolo, sabía que había sido su culpa que su equipo haya sido derrotado, si no hubiera sido tan obstinado y orgulloso, quizás habrían obtenido la victoria.

Al cabo de unos cuarenta minutos ya todos se habían marchado de los camarines, pero el pelinegro seguía ahí, frustrado y molesto consigo mismo, agradecía internamente que el partido haya sido en su escuela, pues podía permanecer ahí un tiempo más sin preocuparse de que alguien llegara a sacarlo. Pero su castigo solitario pronto se vio interrumpido, pudo sentir el sonido de unos pasos adentrarse al lugar, la persona recién llegada se plantó frente a él, podía imaginar de quien se trataba aún si tenía los ojos cerrados mientras mantenía su cabeza reposando sobre la pared.

– Sabes Jungkook, el baloncesto es un juego en equipos. –la voz de su mejor amigo se hizo presente en el lugar, el pelinegro había supuesto correctamente.

– Déjame en paz Jimin. –las palabras salieron de su boca en tono agrio, apreciaba la preocupación, pero en estos momentos solo quería estar solo.

– Deberías escuchar las palabras del entrenador, quizás este era un partido de práctica. –dijo mientras se acercaba unos pasos al cuerpo del contrario.– Pero si sigues así podrían sacarte del equipo.

En ese momento Jungkook abrió los ojos, impactado ante tales palabras, su cuerpo se tensó en cosa de segundos. – No pueden hacer eso, soy de los mejores jugadores.

Jimin simplemente se encogió de hombros.– Sabes que eso no es todo, se trata de trabajo en equipo Jeon, debes entender eso. –tras sus palabras depositó unas suaves palmaditas en el hombro del pelinegro, marcando sus pasos de regreso por donde había llegado.

Las palabras de su amigo retumbaban en su cabeza sin parar, sabía que la había jodido, claro que lo sabía, pero nunca llegó a considerar la opción de que quizá podrían sacarlo del equipo, el simplemente no podía permitir eso. Aun con el enojo corriendo en sus venas se levanto de la banca en la cual había permanecido al menos una hora, se dirigió hasta su casillero para cambiar su camiseta y tomar sus pertenencias del interior, cuando ya tuvo todo lo que necesitaba al interior de su bolso se dispuso a cerrar la puerta del casillero, sin quererlo arrojó esta con más fuerza de lo esperado, haciendo que rebotara y regresara para golpearlo de lleno en la frente. - ¡Mierda! -Se quejó Jungkook al sentir el frío metal contra cabeza, frotando la zona recién impactada con su mano. Con un fuerte suspiro de frustración saliendo de su boca cerró la puerta, esta vez con más delicadeza por obvias razones; ya con su mochila puesta sobre uno de sus hombros se dispuso a irse a casa, dejando atrás los camarines hizo el camino que lo llevaría a la entrada de la escuela, con un paso lento y pesado, había tenido demasiadas emociones en un solo día. En el camino a la entrada un par de chicas detuvieron su andar, para felicitarlo por el partido de hoy, Jungkook simplemente quería marcharse, pero se veía incapaz de dejar aquellas muchachas que tan alegremente se habían acercado a él.

Play with me | TaekookTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon