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Jungkook despertó esa mañana sintiéndose extraño, un poco más cansado de lo normal, pero razonó que quizás se debía al entrenamiento del día anterior. Mientras se vestía escalofríos recorrieron su cuerpo durante el proceso, motivo por el cual terminó usando más capas de ropa de lo que usaría en su día a día, pero culpó al tiempo que cada vez se tornaba más helado. Cuando bajó a desayunar su madre lo saludó con un beso en la mejilla como de costumbre, pero pronto la mujer mostró una mueca preocupada, pero Jungkook no le prestó atención, en su lugar trato de comer el desayuno frente a él, pero tan solo logro dar un par de mordidas a su tostada antes de sentirse nauseabundo, su madre le dijo que quizás sería mejor que se quedara en casa, el pelinegro se negó argumentando que ese día tenía clases importantes a las cuales asistir.

Las primeras dos horas de clases fueron insufribles, sentía frío en todo su cuerpo, aun con toda la ropa que traía puesta, no dejaba de tiritar, pero de seguro con una taza caliente de té se le pasaría. Durante el receso consiguió el té que tanto quería, pero nuevamente logro dar solo unos cuantos sorbos antes de sentirse asqueado, pero se obligó a si mismo a terminar el brebaje pues sabía que lo haría sentir mejor, o al menos eso creía.

Cuando la clase de matemáticas comenzó, Jimin le preguntó si se encontraba bien y señalo que se encontraba sudando, pero Jungkook solo hizo un gesto con la mano diciendo que no se preocupara, pronto se le pasaría. Unos quince minutos más tarde el pelinegro apoyo su cabeza contra el escritorio, se sentía cansado, solo necesitaba un poco de descanso, así que dejó que sus parpados cayeran cerrados, pero su cabeza comenzó a dar vueltas y la sensación de mareo volvió, sin embargo mantuvo sus ojos cerrados, porque tenía que sentirse mejor pronto, tenían entrenamiento por la tarde y las clasificatorias estaban cerca, no había forma de que pudiera saltarse las practicas. Trató de enfocarse en controlar su respiración, mientras contaba en su cabeza para mantenerse despierto, pero no alcanzó a llegar al numero veinte antes de caer en la inconsciencia.

Al abrir los ojos el lugar en que se encontraba tenía mayor iluminación que la sala de clases, lo que lo hizo sentirse desorientado, pestañeo varias veces con lentitud tratando de acostumbrarse al lugar que parecía ser tan resplandeciente, tras unos minutos se dio cuenta que se encontraba en la enfermería de la escuela. Con cuidado se sentó sobre la camilla que se encontraba, lo primero que hizo fue llevar su mano a su frente al sentir una frescura desconocida, se encontró un paño húmedo que pronto tomó cerrando su palma en un puño que dejó descansar sobre su pierna, fue entonces que se percató de que solo traía su camisa y pantalones, la chaqueta y sweater que había usado se encontraban desaparecidos.

- Oh, despertaste. -dijo el señor Byun tras mover una de las cortinas que separaba ese espacio del resto de la enfermería, el hombre se acercó hasta quedar junto a él.- ¿Cómo te sientes?

- Mareado. -el enfermero levantó el brazo para alcanzar a tocar su frente.

- Parece que la fiebre bajó, pero será mejor asegurarse. -el contrario entonces rebusco en los cajones de la mesilla que se encontraba a un lado de la camilla, cuando encontró un termómetro movió el brazo del menor para posicionar el aparato y tomar su temperatura.

- ¿Cómo llegue aquí? -decidió preguntar mientras esperaba.

- Te desmayaste a mitad de tu clase, unos de tus compañeros te trajeron hasta acá. -el sonido del termómetro avisando que el tiempo había pasado se hizo escuchar, el enfermero fue rápido en retirarlo debajo de su brazo y chequear los números que este marcaba.- Sí, ya no tienes fiebre, ¿Te duele algo?

- Solo un poco la cabeza.

- Con medicina y un poco de descanso deberías estar mejor.

El menor asintió en silencio y observó al enfermero escribir algo sobre una hoja, probablemente se trataba de las indicaciones para la medicina que le dejaría. Cuando hubo terminado desapareció tras la cortina, regresando segundos después con el resto de su ropa, la cual dejó a su lado sobre la camilla.

- Ya puedes vestirte.

Nuevamente el hombre desapareció tras la cortina, podía oír el sonido de cajones y puertas ser abiertas; Jungkook se bajó de la camilla poniéndose su chaqueta, decidiendo que usar el suéter sería demasiada ropa y quizás haría que su fiebre volviera. Una vez que había terminado de arreglar su uniforme, con zapatos incluidos, salió del pequeño espacio, el enfermero se encontraba sentado en su escritorio.

- Tengo algo que preguntar antes de que te vayas.

- ¿Sí?

- ¿Eres amigo de Taehyung?

La pregunta lo confundió, no entendía porque el enfermero le interesaría su relación con Taehyung, pero entonces recordó la actitud tan extraña que el hombre había tenido un par de días atrás cuando se encontraron en el pasillo, lo único que pudo hacer fue fruncir su ceño.

- Sí, somos amigos. -era una respuesta clara y sencilla, pero el hombre no parecía conforme pues pronto volvió a cuestionar.

- ¿Qué tipo de amigos?

- ¿Cómo cualquier amigo? Somos cercanos y ya.

Contestó de forma tajante, no quería continuar teniendo esta conversación y podía comenzar a sentir un dolor punzante en su cabeza nuevamente, quería largarse pronto de ahí. El señor Byun se levantó de su silla para acercarse unos cuantos pasos, pero manteniendo una considerable distancia entre ellos.

- Escucha bien Jeon, no sé que planeas hacer con Taehyung, pero quiero que te alejes de él, no dejaré que le hagas daño.

El hombre siguió caminado hasta pasarlo, dejando claro que no esperaba una respuesta de su parte, las manos de Jungkook se volvieron puños, pero rápidamente trato de tranquilizarse, no tenía sentido iniciar una discusión, menos en su estado.

- La medicina está sobre el escritorio, tu madre te está esperando en la oficina del director.

Dijo el enfermero desde su espalda, con un suspiro caminó hasta quedar frente al escritorio, sobre este se encontraba una bolsa de papel con su nombre, pero lo que llamó su atención al instante fue la bufanda azul que se encontraba cuidadosamente doblada a un costado.

- Esto es... -murmuró tomando la prenda entre sus manos, confirmando que se trataba de la bufanda que le había prestado a Taehyung.- ¿Cómo llegó esto aquí?

Preguntó esta vez en voz alta, se giró para poder ver al hombre, pero este se encontraba dándole la espalda mientras parecía revisar los cajones de una de las estanterías.

- Taehyung la trajo, dijo que te pertenecía.

- ¿Cómo supo que estaba aquí?

- No lo sé.

Jungkook sabía que no obtendría más respuestas de su parte, así que solo se volteó para tomar la bolsa con su nombre, caminando hasta la entrada de la enfermería donde su mochila se encontraba descansando sobre una de las sillas. Ya con todas sus pertenencias en sus manos abrió la puerta para dejar la enfermería atrás y dirigirse a la oficina principal, al llegar encontró a su madre con una expresión entre preocupada y molesta, la mujer lo regañó por no obedecerla y haberse quedado en la casa, pero le aseguró que ya se sentía mejor y que solo necesitaba descansar, su progenitora solo negó con la cabeza mientras llenaba el papeleo para que pudiera retirarse antes de la escuela. Minutos después ambos se encontraban en el auto en dirección a su hogar, Jungkook buscó entre su mochila su teléfono, tenía un mensaje de Jimin pidiendo que le avisara cuando se encontrara en casa, pero él esperaba encontrar un mensaje de otra persona, aunque el chat con Taehyung se mantenía igual que hace un par de días, no había ninguna palabra nueva. Con un tinte de decepción volvió a guardar su celular en la mochila, dejando su cabeza descansar contra la puerta del auto se dejó ir hasta el mundo de los sueños.


30/04/22

Play with me | TaekookWhere stories live. Discover now