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Cuando Jungkook cerró la puerta de la enfermería Taehyung se encontraba de pie justo afuera esperando por él, sabía que pronto sería atacado con preguntas sobre su charla con el enfermero de la escuela, pero debía mantener su promesa y no decir nada al respecto, no aún. Pronto su novio estuvo a su lado enganchando su brazo con el de él.

- ¿De qué hablaron? ¿Fue muy malo contigo? ¿Te dijo algo sobre mi?

- Nada de eso Tae. -el pelinegro fue rápido en tranquilizar a su novio, dando suaves caricias sobre su cabello.- No fue tan terrible como creía.

- ¿Seguro? ¿Qué te dijo?

- Nada malo, tranquilo. -el menor le regaló una sonrisa.- Todo está bien, pero será mejor que nos apresuremos o Jimin nos golpeara por hacerlo esperar tanto.

Con esto el menor entrelazó su mano con la de su novio, dirigiéndose a la entrada de la escuela donde Jimin se encontraba esperando por ellos. Tras un pequeño reclamo por parte del pelirrojo por la demora, los tres emprendieron camino a la casa del pelinegro. Al llegar, su madre los esperaba con chocolate caliente y algunas galletas que había comprado durante la mañana; cada uno tomó una taza con el humeante liquido y terminaron sentados en la sala mientras alguna serie sobre remodelación sonaba de fondo.

- Es agradable tenerlo aquí chicos, la casa se siente más acogedora. -dijo la madre de Jungkook entrando a la sala, tomando el único asiento libre en el sillón individual.- Y eso te incluye a ti Taehyung.

El nombrado abrió los ojos ligeramente, su boca se abrió y cerró un par de veces antes de murmurar un simple gracias. Jungkook pudo notar como el castaño se removía a su lado, quizás se sentía un tanto apenado por el comentario de su madre, probablemente porque no estaba acostumbrado a esa hospitalidad y esa forma tan acogedora de ser, así que para asegurarse que el mayor se encontraba bien dio un suave apretón a su mano para lograr que este lo mirara, cuando sus ojos se encontraron Taehyung sonrió suavemente y supo que todo estaba bien.

Jungkook estaba agradecido de su madre, era una mujer comprensiva y cariñosa, además de ser inteligente, trabadora y solidaria. Ella siempre había estado para ayudarlo y guiarlo en los momentos difícil, a pesar de que por su trabajo a veces no podía verla por días enteros, pero él sabía que ante cualquier emergencia ella llegaría corriendo a su lado. Nunca había ocultado el cariño que tenía por su madre, a veces eso le hizo ganar unas cuantas burlas por parte de sus compañeros, un niñito de mamá lo llamaban, pero no le importaba en lo absoluto, estaba orgulloso de su madre y no tenía porque ocultarlo.

El menor se había perdido en sus pensamientos, pero Taehyung sacudiendo suavemente su hombro lo hizo regresar a la realidad, solo para notar que en algún momento Jimin y su madre se habían retirado y ahora estaba a solas con el mayor.

- ¿Uh? ¿Dónde esta el resto?

- Tu madre dijo que se iría a preparar para su turno en el hospital y Jimin dijo que quería tomar una siesta, aunque la forma en que me miró era más bien como que no quería estar con nosotros.

- ¿Por qué no querría estar con nosotros?

- Por la misma razón que tu no quieres estar a solas con él y Yoongi.

- Oh. -fue todo lo que pudo soltar el menor, ganándose una risa por parte del contrario.- ¡Pero nosotros no nos estamos besándonos a cada segundo como ese par!

- Tristemente.

- ¿Qué?

- ¿Qué? -preguntó de vuelta el castaño desviando la mirada.

Si Taehyung quería pretender que no había dicho nada estaba muy equivocado, porque Jungkook lo había escuchado perfectamente, por esa misma razón ahora su rostro estaba ardiendo, el rojo llegando a cubrir sus orejas.

Play with me | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora