Cambios y sorpresas

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Llegó el sábado y decidí que era momento de empezar a buscar un departamento.

Necesito independizarme y si sigo viviendo con mis padres no voy a poder lograrlo nunca. Además, quien no sueña con vivir solo?

Tomé una ducha rápida, y luego me cambié. Me puse una falda floreada, una blusa negra y unos pequeños tacones.

Bajé y mi mamá se encontraba desayunando.

-Mamá, qué haces acá? No tienes trabajo?

-En realidad tu padre y yo tenemos que tomar un vuelo en un rato, por eso no fuimos a la oficina.

-Y papá?

-Debe estar terminando de alistar sus maletas.

-Bueno, que les vaya bien. Yo voy a salir si?

-Dónde?

No quería decirle porque si no contrataría a alguien de Bienes Raíces que me elegiría un departamento carísimo que mis padres pagarían mensualmente y eso no era lo que quería.

-De compras- respondí. Técnicamente no era mentira.

-De acuerdo, suerte.

Nos despedimos y salí.

Me subí a mi auto y conduje hacia el centro de la ciudad, ya que vivíamos un poco alejados y yo quería algo céntrico.

Al llegar ahí, agarré el periódico que había en el buzón de mi casa y empecé a leer las opciones.

Después de buscar un rato, decidí ir a uno que quedaba a 3 cuadras de mi Universidad y era solo 300$ mensuales.

Llamé al número ofrecido ahí y me contacté con la persona que lo estaba alquilando. Se encontraba ahí por lo que quedamos en vernos inmediatamente.

Puse la dirección en el GPS y unos 10 minutos después estuve ahí.

Bajé y era un gran edificio llamado "Mountain View".

Entré y ahí me estaba esperando. Era un señor alto, con cabello gris y bien mantenido.

-Hola, soy Skylar, un gusto.

-El gusto es mío. Soy Greg. Suba conmigo le enseñaré el departamento.

Subimos por el ascensor hasta el 3er piso.

Entramos y el deparramento era más amplio de lo que yo pensé. Tenia un pequeño sala que tenía un balcón con vista a la ciudad y la cocina se encontraba unida al comedor. Luego había una puerta que dividía eso con las 2 habitaciones. Había un baño en una habitación y otro en el pasillo para visitas.

La verdad que era todo lo que necesitaba y me decidí.

-Lo quiero- le dije.

-Excelente. Tiene que firmar el contrato de alquiler y es todo suyo.

-Genial- dije mientras tomaba el lapicero y firmaba.

Estaba muy contenta. Era la prinera decisión adulta que tomaba por mi cuenta. Lo único que faltaba era conseguir un trabajo a medio tiempo, pero de eso me encargaría después.

Me entregó las llaves del departamento, le agradecí, bajamos juntos en el ascensor y luego cada uno caminó en dirección a su auto.

Cuando llegué a casa, mis padres ya se habían ido. Fuí al comedor y ví que nadie había comido, todos los platos estaban limpios.

Mi hermanos seguramente debe haber salido, así que empecé a comer. Además, tendría que acostumbrarme a comer sola.

Terminé, llevé mis platos a deje en el lavavajillas.

Subí y escuché llantos provenir del cuarto de mi hermana.

Caminé hasta el final del pasillo y toqué la puerta.

-Hannah, estás bien?

No hubo repuesta, por lo que decidí entrar.

Hannah estaba tirada llorando en su cama. Jamás la había visto así.

-Que pasó?- pregunté mientras me sentaba a su lado en la cama.

Se sentó, me miró y me abrazó. Necesito saber que le pasa.

-Vas a decirme que tienes?- insistí.

Nos separamos y me dijo:

-Estoy embarazada.


Sin vuelta atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora