-Linda, despierta- dice una voz que reconozco al instante. Mamá.
Me remuevo en la cama y lentamente abro los ojos. Parados frente a mi cama se encuentran mis padres, ambos vestidos con ropa elegante de oficina. Me doy la vuelta completamente para verlos y ambos me miran con una leve sonrisa en el rostro.
-Hola- digo con la voz aún adormilada. Estaba realmente cómoda y en lo mejor parte de mi sueño. Porque tuvieron que despertarme?
-Venimos a despedirnos- dice papá después de un momento.
-Despedirse?- pregunto mientras me siento y paso las manos por mi rostro, a modo de tratar de despertarme mejor.
-Así es- dice mamá- Tenemos que viajar a Los Ángeles a una conferencia, lo siento, no queríamos dejarte, pero ya es lunes y no podemos faltar.
-Ohh... - digo, dando a entender que los comprendía.- Está bien, yo entiendo. No se preocupen, estaré bien- digo y pongo una falsa sonrisa. La verdad es que no sé como estaré.
-Gracias por entender cariño- dice papá.- Nos llamas cualquier cosa si?
-Así es.- acota mamá- Y no te preocupes, llamamos a la Universidad y estás excusada, puedes tomarte el tiempo que quieras.
-Gracias- digo aliviada. No tenía ganas de salir de la cama, menos aún de la casa.
-Bueno, ahora nos vamos.- dicen ambos y me atraen en un abrazo.- Adiós querida, te amamos!
-Yo también los amo- digo y luego nos soltamos y ellos salen de mi habitación, cerrando la puerta detrás de ellos.
Me vuelvo a recostar en la cama y me quedo mirando el techo de la habitación. Hoy no tenía ganas de hacer nada, así que solo me quedaría en casa viendo películas. o simplemente recostada, sola con mis pensamientos.
Estiro mi mano hacia la mesita de noche y tomo mi celular para fijarme la hora. Son las siete y media de la mañana, hora en que normalmente ya estoy en camino hacia la Universidad. Hoy podría haber aprovechado para dormir, pero ya que me despertaron no voy a poder volver a hacerlo, jamás puedo una vez que me levanto.
Estoy por volver a recostarme en la cama y quedarme acurrucada ahí viendo un poco de televisión, cuando mi estómago ruge por hambre. Necesito comida ahora. Me levanto y busco el cargador de mi celular en mi bolso y lo enchufo a la pared, para luego conectar mi celular a este y dejarlo cargando.
Tengo varias notificaciones de diferentes redes sociales, pero decido ignorarlas e ir en busca de algo de comer. Ya tendré tiempo para verlas luego. Salgo de la habitación y toda la casa se encuentra en silencio. Mis padres no están y mis hermanos ya deben deben haber salido a la escuela.
Empiezo a caminar por el pasillo hacia la cocina, cuando escucho música proveniente de esta. Mientras más me acerco, logro reconocer el idioma en el que el cantante esta cantando: español. Me invade la curiosidad, así que para cuando entro a esta me encuentro a Linda bailando al ritmo de esta mientras limpiaba el lugar.
Se me escapa una pequeña risita, causando que ella me vea y se sorprenda un poco. Le baja un poco el volumen a la música, avergonzada, y luego se dirige a mi:
-Hola señorita Skylar, lo siento, pensé que no había nada en casa- dice mirando al suelo.
-No te preocupes Linda, está bien- digo sonriendo.- Y ya te dije que no es necesario que me digas señorita, solamente Skylar.
-De acuerdo- dice sonriendo.- Quiere que le prepare el desayuno?
-Me encantaría- respondo y ella asiente y se pone manos a la obra.
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Sin vuelta atrás
Teen FictionSkylar Bennett es una adolescente de 19 años que recién empezará con la universidad. De las dos relaciones que ha tenido, ambas le rompieron el corazón, lo que la hizo volverse cerrada e insegura. Llegará a volver a enamorarse sin miedo a fracasar? ...