Y nuestra amistad?

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Abrí mis ojos y lo primero que ví fué el rostro de William, durmiendo tranquilamente al lado mío.

Tenía los labios levemente abiertos, su cabello caía suavemente sobre su frente y se veía totalmente relajado.

Recordé lo que había pasado la noche anterior y una sonrisa invadió mi rostro. Había aceptado ser su novia. Había logrado que los fantasmas de mi pasado se alejaran y me había dado una oportunidad de ser feliz junto a este chico tan maravilloso.

Aunque no había querido admitirlo, estaba enamorada de William, y ahora no había razón para ocultarlo. Su forma de ser, la manera cómo me trataba y cómo me hacía sentir había sido suficiente para enamorarme.

Me levanté con cuidado para no despertarlo y caminé hacia mi baño. Cerré la puerta y me dí una ducha.

Cuando salí envuelta en una toalla, William ya había despertado.

-Buen día hermosa- me dijo mientras sonreía. Estaba apoyado en el respaldar de la cama, con la sábana cubriéndolo hasta la cintura, dejando su trabajado torso al descubierto.

-Buen día- respondí con otra sonrisa.-Cómo dormiste?

-Mejor que bien, y tú?

-No podría haber dormido mejor- dije. Caminé hacia la cama, me senté a su lado y le dí un beso.

Me separé pero el volvió a jalarme hacia él. Volvimos a darnos un largo beso y luego nos separamos.

-Voy a cambiarme sí? Tú puedes darte una ducha si quieres- le dije.

-Quédate aquí conmigo- me dijo haciendo puchero.

-Will, quisiera, pero recuerda que hoy es viernes y tenemos que ir a la Universidad. No quiero llegar tarde.

-Pero podemos faltar- dijo levantando las cejas.

-No, no podemos. Así que levántate y ve a la ducha.

Rió y aceptó.

Entró a la ducha y yo fuí a mi vestidor a ver que ponerme.

Me puse una manga larga rosada bebé, un jean y botines blancos. Me cepillé el cabello, me maquillé y estuve lista.

En eso, William salió envuelta en una toalla y la verdad que la.vista era espectacular. No sé cuánto tiempo pasará en el gimnasio, pero los resultados son notorios.

-Te gusta lo que ves?- me preguntó con una sonrisa pícara.

Me reí y sacudí mi cabeza.

-Tienes que vestirte- le dije.

-Cierto, no tengo mi ropa aquí, tengo que ir a mi departamento. Nos vemos más tarde?

-Nos vemos- le dije y le dí un suave beso en sus labios.

Lo acompañe hasta la puerta y el se detuvo en la sala.

-Todavía no tienes muebles?- me preguntó incrédulo.

-No, todavía no. Lo que pasa es que quiero ganar mi propio dinero y comprárlos con eso, no quiero que mis padres me regalen nada.

-Bueno, me parece muy bien. Ahora sí me voy, adiós.

Me dió un beso y caminó en toalla hasta su departamento. Era algo.muy gracioso de ver.

Tome mi bolso y mi celular y salí del departamento para partir a la Universidad.

La clase de hoy estuvo bastante interesante. Amaba mi carrera.

En la hora de almuerzo, William y yo nos juntamos y comimos juntos. Charlámos un rato y planeamos lo que haríamos ese día.

Sin vuelta atrásWhere stories live. Discover now