Sin vuelta atrás

Pequeñas marcas en mi corazón

Camino a través de los pasillos de la universidad mientras leo un poco de los apuntes que había tomado la anterior clase, y los comparo con el libro de texto de la materia.

Los exámenes están muy cerca y la verdad es que honestamente no quiero aplazarme y tener que repetir y tomar de nuevo una materia. Perder tiempo en la universidad no es algo que quiera que pase, ya que mientras más tarde me gradúe, más tarde voy a poder empezar a trabajar y a hacerme cargo de mi vida profesional.

Cuando llego a la puerta del auditorio, guardo mis libros en mi bolso para tener las manos libres y poder abrir la puerta de este.  Al pasar, saludo al profesor y camino hasta mi asiento. Cuando llego a este, me encuentro con un sobre, sobre el cual hay una pequeña cajita blanca envuelta con una cinta roja.

Dejo mi bolso en el respaldar de la silla y me siento para abrir el sobre, en el cual se lee: ''Día 2''. La diferencia entre ayer y hoy es que ayer fué una sorpresa y no sabía quien era el remitente, pero hoy ya lo sé y no me sorprende... además que ahora ya no estoy soltera.

Saco la carta del sobre y comienzo a leer que es lo que había escrito William esta vez:

''Skylar: Este es un pequeño regalo pero que simboliza mucho para ambos. Espero que te guste. William''.

Doblo la carta y vuelvo a meterla en el sobre,  el cual guardo dentro de mi bolso. Tomo la cajita y antes de abrirla, pienso que es lo que William me podría haber comprado esta vez.  Desato con cuidado el delicado moño y luego abro la cajita. Al hacerlo, veo que  en el interior hay una pequeña cadena de plata.

La tomo con delicadeza y cuando veo lo que cuelga de esta, siento como mi corazón da un pequeño vuelco. Es un corazón plateado, en el que adentro se encuentran las marcas de dos pequeñas manitos, una al lado de la otra. 

El nudo en mi garganta comienza a formarse rápidamente, y siento como las lágrimas amenazan con salir. Jamás me hubiera imaginado que su regalo sería este, y tengo que admitir que tenía razón, significa mucho para mí. 

Esas dos manitos dentro del corazón representan a nuestro bebé, y aunque nunca llegamos a conocerlo, lo amamos y siempre quedará en nuestros recuerdos y, como en el collar, en el corazón. El pensar que William se tomó el tiempo en pensar y planear sobre como sería el collar y su significado me enternece. A veces olvido que no solo yo perdí a un hijo, sino también él.

Suspiro y cierro los ojos para evitar llorar. La clase acaba de empezar y no puedo estar llorando todo el día. Tardo un poco en calmarme y luego abro los ojos nuevamente. Al parecer nadie se percató de mi estado y eso me tranquiliza. Miro nuevamente el collar y decido que lo mejor va a ser guardarlo y ya cuando acaben las clases iré a buscar a William para agradecerle y hablar con él. 

Meto el collar en la cajita y esta la guardo en mi bolso. Saco el material necesario para la clase y aunque sé que me va a ser imposible concentrarme, pongo mi atención a lo que el profesor dice.

Como había predicho, no estuve concentrada en ningún momento durante la mañana. Por eso, cuando finalmente la última materia del día acaba, estoy agradecida porque finalmente me puedo ir a casa, pero no sin antes hablar con William.

Comencé a caminar en dirección hacia el edificio dónde se encontraban los auditorios en donde se impartían las clases para Ingeniería Civil. Tuve que cruzar un pequeño patio para poder finalmente ingresar a el edificio.

 Luego, continué caminando mientras le preguntaba a algunos chicos si conocían a William y si sabían cual era su aula, hasta que finalmente una linda japonesa me dijo que era su compañera y que si sabía cual era su clase, pero que justamente ya habían terminado y lo había visto irse hacia la salida.