Seguir adelante

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La puerta de la habitación se abre y Max y Hannah hacen su entrada a esta. Cierran la puerta detrás de ellos y luego me miran. Ambos tienen un semblante cansado y triste en el rostro. Observo a Hannah, quien tiene los ojos rojos e hinchados. Mi vista pasa a Max, quien al parecer también había llorado, algo raro en el.

-Hola chicos- les digo tratando de fingir una sonrisa, pero ni siquiera eso me es posible.

-Hola Sky, como te sientes?- dice mi hermana mientras camina hacia mi.

- Bien, supongo. La verdad es que no se exactamente como me siento, es algo raro.- digo levantando los hombros. Ella y Max toman asiento en los sofás al frente de mi camilla. 

Por un buen rato nadie dice nada, y el silencio que inunda la habitación lentamente se convierte en  un silencio incomodo, pero enseguida es roto por mi hermano, quien comienza a hablar.

-En serio, sentimos mucho lo que paso Skylar. Es algo muy triste, pero sabes que estamos aquí para apoyarte. - dice y extiende su mano para luego tomar la mía.

-Gracias, chicos. En serio. Gracias por estar aquí, los quiero mucho.- digo y siento una lágrima caer por mi mejilla. 

En ese momento, la puerta de la habitación vuelve a abrirse, pero esta vez los que aparecen son mis padres. Aunque ya sabia que venían, verlos me sorprende, ya que eso significa que dejaron todo lo que tenían que hacer y vinieron lo mas rápido que pudieron a estar conmigo, y la verdad es que eso me hace sentir muy bien.

No me da tiempo de saludarlos, ya que mama corre hacia mi y me toma entre sus brazos en un muy fuerte abrazo. Papa no se queda atrás y se suma a este, y minutos después mis hermanos igual. 

Al estar rodeada de mi familia, las personas que amo, mi tristeza queda en segundo plano y un sentimiento cálido invade todo mi interior. Sonrío para mis adentros y lágrimas caen nuevamente. Nos quedamos así por un momento, hasta que luego nos separamos. Ellos se quedan alrededor de la camilla y yo les sonrío. Mi primera sonrisa real desde lo ocurrido.

-Gracias- les digo nuevamente.

-No hay de que mi amor- dice mama acomodando mi cabello.- Quieres hablar sobre lo que paso? 

-En realidad, no...- digo evitando su mirada. Ella asiente con la cabeza, entendiéndome y sin querer forzarme a que hable.

Pasan las horas y todos seguimos en el cuarto del hospital, charlando. William también se encontraba ahí, había vuelto a entrar luego de darme un momento con mi familia, el cual le agradecía mucho. 

Nuevamente, la puerta se abre, dejando aparecer a la doctora Hayes. Luego de que saludo a todos los presentes, me hizo unas cuantas preguntas sobre como me encontraba y luego empezó a revisar las diferentes máquinas a las que me encontraba conectada y a hacer apuntes en las hojas que tenia dentro de una carpeta.

-Bueno señorita Bennett, al parecer ya se encuentra estable y no ha habido ningún cambio desde los últimos exámenes que le realice, así que le daremos el alta, ya puede irse a casa. 

-En serio? Gracias- le digo. No esperaba irme de la clínica tan rápido.

-No se preocupe. Nuevamente siento lo ocurrido, si necesita algo no dude en pedírmelo. Hasta luego- dice y sale de la habitación.

Miro a mi familia y ellos se ven realmente felices con que ya pueda salir de acá, aunque yo no lo este realmente. Obviamente quiero ir a casa, a quien le gustan los hospitales? El problema es que me voy sin mi hijo,y temo que sentiré un vacío todo el tiempo y que todo me recordara a el, y la verdad es que no quiero eso.

Sin vuelta atrásOù les histoires vivent. Découvrez maintenant