Escuela de Villanos [3]: Año de descubrimientos

Capítulo 16: La máquina analizadora

Quedaban solo tres minutos para terminar con la penúltima prueba. Dos asistentes esperaban en la torre central del bosque para recibir a los grupos ganadores.

Katy y Tad fueron los primeros en llegar.

—¿Y dónde está el tercer miembro de su equipo?

—Flux está congelado en algún lugar del bosque –le respondió Katy agitada—, pero nosotros hemos llegado a tiempo. No escuché ninguna regla que dijera que los tres miembros del equipo debían estar presentes.

No había terminado de decir esas palabras, que Stacey y Rain entraron por la puerta.

—¿También perdieron un compañero en el camino? –se burló la asistente.

—No lo perdimos –le respondió Rain—, sabemos perfectamente dónde está Zed, pero no pudo asistir porque está... bueno, desmayado.

Stacey suspiró, era su culpa, estaba muy preocupada por Zed y por los chicos del equipo de Kiara que habían quedado inconscientes después de que ella utilizara su energía negativa contra todos.

—¿Pueden ya evaluarnos así podemos ir a buscar a Zed y a otros chicos? –preguntó Stacey, nerviosa—. Pueden estar gravemente heridos.

—Tenemos órdenes claras, apenas se acabe el tiempo evaluaremos a los grupos que hayan llegado –le respondió el asistente. Stacey cerró los ojos y suspiró, intentando calmarse.

—¿Ven? –intervino Katy—. No fuimos los únicos en llegar solo dos, yo digo que es válido.

—Claro que es válido –Rain se rió—, eso es obvio, el director siempre es muy específico con sus reglas.

El reloj que estaba en cuenta regresiva sobre la pared, marcaba tres segundos para terminar la Quinta Prueba, cuando Toxia, Frost y Dafs entraron agitados por la puerta.

—Muy bien, se acabó el tiempo –dijo Ashling, la asistente, que parecía muy satisfecha al cerrar la puerta con llave para que ningún otro grupo pudiera entrar—. Ahora vamos a ver si ustedes pasan a la última prueba, tendremos que examinar sus esferas. No tienen que tener el más mínimo rasguño.

—Oh no –comentó en voz alta Dafs, y Toxia y Frost ahogaron un suspiro—. ¿Dónde está Wany? –preguntó, y sus compañeros se relajaron, si Dafs los delataba con su tremenda bocota estaban perdidos—. No puede ser, tiene que haber un error, ¿dónde está ella? Wany se teletransporta, tendría que haber ganado esta prueba, ¿qué le pasó? No lo puedo creer, no quiero ganar si Wany no gana, tengo que decir que...

Frost le congeló la boca, no era buena idea arriesgarse a dejarlo hablar.

—Mira, chiquito, todavía no sabemos si tú has ganado –le respondió Ashling. Dafs murmuró algo que pareció una queja, miró enojado a Frost y comenzó a señalar la puerta. Frost levantó una ceja y se decidió por congelarlo por completo. Así se ahorraba más problemas.

—Así me gusta, menos alboroto –comentó Ashling—, vayan sacando sus esferas. Las pondremos en esta máquina –quitó una tela y una máquina extraña fue descubierta.

—El director invirtió en maquinaria y tecnología –explicó el otro asistente—. Esta es una máquina analizadora. No solo podremos usarla en las pruebas para las becas, sino para cualquier otro tipo de experimento. Simplemente colocamos el objeto o la sustancia y la máquina nos dirá qué composición contiene, con qué porcentaje y en qué estado se encuentra, que es lo más importante aquí. Que sus esferas no superen el 5% de daño.

Frost miró a Dafs congelado. Rayos, el enano sería útil en esta situación. Pero descongelarlo era un peligro.

—Wow. –Toxia no pudo ocultar su admiración por el artefacto y lo miró con la boca abierta y las pupilas dilatadas. Estaba fascinada. Con la ayuda de esa máquina sus investigaciones sobre las marcas de Smoke podrían avanzar muchísimo más rápido—. ¿Y cómo funciona? ¿Tiene un patrón de cada material o sustancia para determinar correctamente qué material o sustancia es la muestra? ¿Tendremos una de estas en el laboratorio de la escuela? ¿Puedo pedirla prestada?