Capítulo 20: ¡Sigámoslo!

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Katy se encontraba arriba de un árbol, descansando junto a Dizum, recostados ambos en una rama diferente recibiendo el agradable calor del sol.

—Tenemos que festejar haber ganado la Quinta Prueba –comentó Dizum, mientras se lamía su patita para darse un baño.

—Excelente idea –le respondió Katy—, ¿qué te gustaría hacer para festejar?

—¿Qué tal volver a robar un poco de leche de la cocina? –Las pupilas de Dizum se agrandaron con solo pensar en ese manjar.

Katy se rió, y estaba a punto de aceptar cuando vieron a Frost caminar a paso apresurado por debajo de ellos.

—¡Ey, Frost! –le gritó Katy desde arriba, su amigo se frenó en seco y elevó la mirada—. ¿Qué tal? ¡Es un lindo día! ¿Quieres ir a tomar un helado para festejar que pasamos a la última prueba?

Dizum la miró con mala cara, ¡ese no era el plan original!

Katy no esperaba una sonrisa por parte de Frost, pero al menos que aceptara su oferta, por el contrario recibió un:

—Ahora no puedo.

—¿Qué? –Katy se sentó en la rama, tomando una actitud más interesada por lo que le ocurría a su compañero—. ¿Qué pasa?

—Me preocupa Toxia, un sujeto extraño nos embosco en el bosque y ahora ella está desaparecida, hace tiempo que no la veo —. Y eso fue todo lo que Frost le dijo, porque después continuó caminando sin volverse a darle más explicaciones.

—Oh –comentó Katy—, ¿qué le pasa?

—Eso que dijo, que está preocupado –Dizum no se encogió de hombros, pero por la indiferencia con la que dijo esas palabras, podría haberlo hecho—, y se le huele a kilómetros el olor a hormonas, creo que siente atracción por Toxia.

—¡¿Qué dices?!

—¡Ey, Katy! –una voz gritó desde abajo, se trataba de Flux—, creo que Frost tiene a alguien más importante, ¿qué se siente?

—Siempre eres tan imbécil, Flux, vete al demonio.

Flux se retiró riéndose, al fin sentía que le había devuelto una a Katy por todas las veces que ella había hablado mal de Kiara. Increíble, Frost sí estaba hechizado por Toxia, un congeladito enamorado no se ve todos los días, pensó mientras continuaba siguiendo a Frost de cerca.

 Increíble, Frost sí estaba hechizado por Toxia, un congeladito enamorado no se ve todos los días, pensó mientras continuaba siguiendo a Frost de cerca

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Zed había rastreado el aroma de Amanda, hasta encontrarla en una de las plazas de la escuela, sentada en un banco. Sentía todavía los efectos del LIS en su cuerpo, se sentía un poco mareado y débil, pero agitó la cabeza, no podía pensar en eso, tenía cosas más importantes que resolver.

—Amanda –la llamó—, necesito hablar contigo.

—¡Oh! Zed –Amanda se puso de pie—, ¿por fin entendiste que perteneces a mí lado? Uy, no te ves muy bien, estás pálido, ¿ya perdiste las becas?

Escuela de Villanos [3]: Año de descubrimientosWhere stories live. Discover now