Escuela de Villanos [3]: Año de descubrimientos

Capítulo 21: Un trato civilizado

Flux caminaba por la escuela con las manos en los bolsillos. Estaba un poco aburrido, su mejor amigo Tad no hacía otra cosa que estar con Stacey en la enfermería, y lo entendía, ella estaba muy estresada y Tad la acompañaba. Pero Flux no podía estar en la enfermería todo el día, las visitas tenían un horario. De hecho, nadie tenía permitido estar allí mucho tiempo, pero el afortunado de Tad se podía hacer invisible a voluntad. También estaba preocupado por Kiara y esperaba que todo saliera bien, sabía que un LIS de Stacey era algo peligrosísimo. Confiaba en los médicos y en Stacey misma que los estaban cuidando y curando, pero aún así, no podía evitar sentirse preocupado.

Estaba pensando en sus asuntos cuando volvió a ver pasar a Frost, esta vez acompañado de Dafs, caminando a paso muy ligero, casi que corrían. Qué extraño ver a ese par juntos, quizás se habían llevado muy bien siendo equipo en la penúltima prueba, pero era raro de todas formas. Decidió intervenir.

—¡Ey! –los llamó, apurándose para llegar a donde ellos estaban—. ¿Entrenando para la última prueba?

—No, ¿has visto a Toxia? –le preguntó Dafs con la mirada preocupada. Ah, así que eso era de lo que se trataba todo eso, un par de enamorados buscando a su chica. Flux negó con la cabeza, divertido.

—¿Quieres acompañarnos a buscar a Zed y a Toxia? –lo invitó Dafs.

—¡Uy! ¿Creen que están juntos en un amorío? –Flux sonrió por la aventura del chisme—. ¡Claro! ¡Vamos!

Frost rodó sus ojos.

—No tenemos tiempo para esto. Largo, Flux. No te necesitamos, estamos preocupados.

—¿Te preocupa alguien? –se burló Flux—. ¿Estás seguro de que eres Frost? ¿O eres Freeze disfrazado?

Frost no le respondió y siguió caminando a paso ligero. Dafs lo imitó. Flux se intrigó mucho por la actitud de sus compañeros, frunció el ceño mientras los miraba alejarse. Miró a sus alrededores, evaluó sus posibilidades y finalmente decidió seguirlos también. No tenía nada más que hacer que seguir caminando preocupado por el patio, no tenía sentido, le vendría bien distraerse siguiendo a ese par.

Zed llegó lo más rápido que pudo hasta el laboratorio abandonado, olfateó el ambiente: efectivamente, Toxia, Killcide y el chico extraño que copiaba poderes estaban ahí. Dio una gran bocanada de aire y se acercó decidido hacia la puerta del pequeño laboratorio, tenía miedo, sabía que su cuerpo no estaba en condiciones de luchar después del LIS, pero no podía dejar a Toxia en manos de esos malditos. Golpeó lo más fuerte que pudo.

—¡Abran! –gritó, con un gruñido intimidante—. ¡Sé que estás ahí, Killcide!

La puerta se abrió apenas, Zed pudo espiar el laboratorio abandonado, pero no vio mucho, Killcide salió a recibirlo camuflado. No lo veía, pero podía olerlo.

—Zed, que agradable sorpresa, te tardaste un poco, pero al fin decidiste venir a visitarnos por propia voluntad.

—Deja a Toxia en paz –gruñó Zed—, y no habrá problemas.