Sweet Eyes | Remus Lupin |

Tú y yo

Esa mañana las clases de los Gryffindors de quinto año estaban apagadas, sin vida. Sirius Black había decidido que iría a clases, no soportaba el silencio de sus amigos y no soportaba estar sin hacer nada, reviviendo una y otra vez el momento donde le dijo a Snape qué hacer

James, Peter y Vega estaban en la sala común, la cual a pesar de no estar vacía, también se sentía sin vida

Remus estaba en la habitación, castigandose a sí mismo

—No se qué pasa por la mente de Sirius —Dijo Vega con los ojos hinchados, ojeras y pálida; hablando por primera vez desde la noche— Pero tengo una idea de lo que pasa por la de Remus, se que nos pidió espacio, pero no puedo dejarlo solo chicos

James le dedicó un asentimiento de cabeza y una sonrisa triste, se veía igual de mal que Vega

Vega se levantó y camino hasta el cuarto de los chicos

—Remus? —Llamó Vega entrando al cuarto, Remus estaba ahí, viendo al techo con los ojos cristalizados— Rem

—Ahora no Vega —Pidió con la voz quebrada

—Sabes que no fue tu culpa y que nada pasó

—Ahora no Vega —Repitió

—Así que solo te vas a quedar ahí, mirando al techo, perdido en tus pensamientos torturandote a ti mismo?

Remus hizo un ruido afirmativo

—Se que siempre cantas en tu mente —Dijo dirigiéndose al tocadiscos— No te voy a dejar pensar estupideces

Puso música sabiendo que Remus cantaría en su cabeza en lugar de pensar, se acostó a su lado, en silencio, mirando al techo

—Vega, por qué estás aquí?

—Pues, porque me gusta este techo, me gusta esta habitación, me gusta esta música, me gusta esta cama y me gustas tú

Sintió como la mano de Remus se entrelazaba con la suya lentamente

—Gracias —Susurró Remus

Las horas pasaron, no supieron exactamente cuánto pero Remus ya se sentía listo para romper el silencio

—Ni siquiera estoy enojado con Sirius —Confesó— O sí, no se, se que lo que sea que siento no se compara al enojo que tengo conmigo mismo

—Cariño, tú no pediste ser un hombre lobo, y lo haz afrontado de una manera increíble. Preferiste lastimarte a ti mismo por años, torturandote, venciste a tus instintos al irte y no dañarnos

—Una vez me dijiste que te protegía, no te dañaba —Remus volteó a ver a Vega, con la mano libre tocó el moretón de la mejilla de Vega— Ayer no hice eso

—Sí lo hiciste, te fuiste y no nos lastimaste. Siempre haz protegido a los demás, eres un héroe Remus Lupin

—Y por qué no me siento como uno?

Vega no supó cómo contestar eso. Remus se enderezó y se paró, fue a su cajonera y sacó un tablero de ajedrez mágico

—Jugamos?

Vega sonrió

—Pues claro que sí

Se sentaron en el piso junto a la cama de Remus y comenzaron a jugar, la música a un volumen bajo les daba un poco de ambiente. Ambos estaban en pijama y encorvados, y no les podría importar menos

—A tu lado no me siento como un monstruo —Confesó Remus— Y me alegra que tú no me consideres uno, tal vez seas la única

—Muchas personas no te consideran un monstruo, pero aún si lo hicieran, si todo el mundo se pusiera en tu contra. Siempre estaré aquí, contigo, no tienes que luchar solo y nunca lo vas a hacer, siempre, siempre estaré contigo

—Tú y yo —Dijo Remus— Me gusta como suena, siempre tú y yo

—Tú y yo —Repitió Vega con una sonrisa

Regresaron a jugar. Rato después la puerta sonó, eran James y Peter, llevaban comida

—Hola chicos —Dijo James con voz suave— Quién va ganando? —Preguntó al ver el tablero de ajedrez mágico

—Vega —Dijo Remus con una sonrisa débil y los ojos llenandose de lágrimas poco a poco

—Remus —Dijo James con la voz quebrada, dejo la comida en la mesa de noche y corrió a abrazar a Remus— Te amo como no tienes una idea amigo

—También yo James —Contestó Remus apretándolo con fuerza hacía él— Gracias por estar aquí

—Siempre voy a estar aquí

Peter no tardó en unirse al abrazo y recalcarle a Remus lo mucho que lo amaba y siempre lo amaría

Tocaron la puerta y Vega abrió, era un niño de primer año

—Te buscan allá abajo —Le informó el niño— Fuera de la sala

—Quién?

—Tu hermano

Vega asomó la cabeza al cuarto dónde James ya tomaba su lugar en el ajedrez y Remus comenzaba a comer, con una expresión más calmada en el rostro

—Ya vengo chicos, Regulus esta fuera de la sala común

Ellos asintieron y le dedicaron una sonrisa

Pero cuando Vega salió por el retrato no se trataba de Regulus, sino de Sirius

—Podemos por favor hablar?

Vega asintió, se sentaron en un corredor casi desierto, con los hombros pegados y la espalda contra la pared

—No se qué otra cosa decir más que perdón, no pensé en lo que hacía y utilice a Remus como un animal de circo y no lo merece. Yo enserio lo amo y es mi hermano, hice mal y todo por darle más valor del que merecía a las palabras de Snape, así que, no se qué más decir. Si quieres gritarme como James, por favor hazlo

—James te gritó?

—Casi me dice de lo que me voy a morir

—Qué te dijo?

—Que fui un estúpido, insolente, arrogante y no respeté la confianza de mi amigo, que él mismo tenía mucho miedo cuando vio nuestros cuerpos en la casa de los gritos y sintió aún más cuando no encontrábamos a Remus, que debería de golpearme, pero solo le alegraba que estaba bien

—Imagina que te grite eso —Le dijo Vega sin ganas— Estoy cansada, no dormí y emocionalmente me siento terrible. Mi novio, la persona más buena del universo, dejó de sentirse un monstruo y de la nada lo siente de nuevo. No puedo verlo torturarse así, y me alegra que reconozcas tu error y sepas que todo eso fue tu culpa, pero también lo fue de Snape, qué idiota va a dónde tu peor enemigo te dice?

—Eso significa que me perdonas?

Vega negó, volteó a ver a Sirius y le dio una cachetada, con toda la fuerza que tuvo, luego lo abrazó fuerte

—Ahora sí te perdono —Murmuró en su oído, Sirius la apretó a él— Eres un idiota, pero eres mi hermano, mi hermano gemelo

Se separaron con lágrimas en los ojos

—Aún así no es conmigo con quien te tienes que disculpar

—Lo se

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