A mano y en deuda

347 46 6
                                    

James y Lily Potter recibieron una carta esa mañana, en ella, Minerva McGonagall les explicaba a grandes rasgos lo que había ocurrido la noche anterior, sin dudarlo corrieron de inmediato a la chimenea para aparecer en Hogwarts, no sin antes enviar un patronus a sus amigos pidiendo que los vieran allá

Harry despertó pasado el medio día, estaba aturdido y cansado, frente a él había toda clase de dulces. Dumbledore entró saludando, le contó que todo eso era de sus admiradores, porque toda la escuela se había enterado de lo ocurrido

—Qué pasó con la piedra?

—Todo esta bien —Aseguró Dumbledore— La piedra fue destruida, mi amigo Nicolas Flamel y yo tuvimos una charla y acordamos que era lo mejor

—Pero Flamel morirá, no es así?

—Tiene suficiente elixir para dejar sus asuntos en orden, pero sí, morirá

—Cómo conseguí la piedra?

—Ohh verás, solo la persona que quisiera encontrar la piedra, pero no usarla, la conseguiría. Es una de mis ideas más brillantes y eso ya es mucho decir

—Eso significa que Voldemort no puede volver?

—Me temo que hay maneras en las que puede regresar. Harry, sabes por qué el profesor Quirrell no pudo tocarte?

Harry negó

—Fue por tu familia. Ellos estuvieron dispuestos a sacrificarse por ti y esa clase de acto, deja una marca, no puede ser vista, pero vive en ti

—Qué es? —Cuestionó Harry

—Amor, Harry, Amor

Dumbledore salió de ahí

Los merodeadores corrían por los corredores que estaban grabados en su memoria hasta la enfermería, cuando llegaron, Dumbledore estaba saliendo de ahí, no tardaron en acercarse furiosos a él

Harry escuchaba la voz de los adultos que lo criaron gritar una y otra vez, amor. Esos adultos afuera habían dado todo años atrás por cuidarlo, se prometió hacer lo mismo

Los merodeadores terminaron con una explicación detalle por detalle de lo que había ocurrido

James y Lily fueron los primeros en pasar a ver a Harry, lo envolvieron en un abrazo y después de mimarlo mucho, salieron de ahí buscando a Snape

Cuando lo encontraron en el que alguna vez fue el despacho del profesor Slughorn tocaron

—Potter —Habló con desprecio cuando vio a James, cambió totalmente cuando vio a Lily

—No venimos a pelear Snape —Comenzó Lily con tranquilidad

—Nunca me agradaste y nunca me vas a agradar Snape —Comenzó James Potter— Pero todo este año trataste de salvar a mi hijo. Eso es algo que nunca olvidaré. Gracias Severus, enserio, gracias. Considera la deuda de quinto año pagada y no solo eso, ayudaste a evitar que mi hijo cayera de su escoba, lo protegiste. Ahora yo estoy en deuda contigo Snape

Severus Snape no supo que decir, así que no dijo nada. Cerró la puerta en sus narices. Se preguntó si lo que James Potter le dijo hubiera cambiado si supiera que fue él quien en un inicio, en 1981, le contó a Voldemort sobre la profecía. Si James Potter supiera eso, Severus estaba seguro de que lo hubiera matado

Pero eso no importaba, Severus Snape protegía a Harry Potter porque se sentía culpable, no por Harry o por James, quiénes no habría tenido problema si hubieran muerto, por Lily. Porque nunca se iba a perdornar haber puesto la vida de Lily Potter en peligro. Por eso, no solo debía cuidar a Harry, debía asegurarse de que Lily jamás se enterara de que fue él

James y Lily caminaban de regreso a la enfermería abrazados

—Estoy muy orgullosa de ti —Confesó Lily— Fuiste lo suficientemente maduro como para hablar con Snape

—Ay mi Lilyflor, siempre lo odiaré con mi alma, jamás le perdonaré que te haya llamado...eso. Pero protegió a mi hijo, eso nunca se me va a olvidar. Harry es mi pequeño bebé, ese pequeño bebé al que sostuve hace años en San Mungo, que reía con las criaturas que Jon llevaba y sonreía con los besos en la mejilla que Marlenne le daba. Cualquiera que proteja a mi hijo tiene mi gratitud eterna

Lily le dio un beso en la mejilla a James, para ella Harry también seguía siendo ese pequeño. Lily había prometido hacer todo para hacer feliz a Harry y lo cumpliría hasta el final

Regresaron a la enfermería y vieron a Harry reír junto a Artemisa y Apolo, los merodeadores estaban un poco apartados, discutiendo algo

—Tuvo que ser lo que restaba de él en el guardapelo —Dijo Vega— No hay otra respuesta

—Así es —Se metió James un poco enojado— Solo había dos horrocruxes, cierto Regulus?

Regulus se sorprendió, siempre lo llamaba Mini Black, James se acercó y lo tomó por el cuello de su abrigo

—Cierto Regulus? Dime que sí

—James... Te juro que solo encontré esos dos, deduje que solo eran dos, hice lo que pude

James aflojó el agarre

—Tienes razón, lo siento, lo siento mucho mini Black, no desconfio de ti, pasaste años en la búsqueda de los horrocruxes, perdón. Tienes razón, si dices que son dos, son dos. Perdón, es solo que... Me asusté

Entonces soltó a Regulus por completo

—Me asusté porque aunque no tenga cuerpo, Voldemort sigue ahí asechando y esta asechando a mi hijo y aquí no puedo protegerlo

James se vio envuelto en los brazos de Vega

—Recuerdas la promesa que te hice hace años? —James asintió— Sigue en pie James, cada maldito mortifago que siga allá afuera y que intente ayudar a Voldemort nos va a temer. Vamos a detener a Voldemort una vez más

James asintió en medio del abrazo y luego se separaron. James observó a su alrededor, todos estaban asintiendo. Lo harían de nuevo, darían todo por proteger a sus hijos

—Canuto —Llamó Vega con la mirada fija en sus gemelos— Crees que tengas espacio para recibir a una aurora en el departamento de seguridad mágica?

—No lo se —Comenzó él— Lupin, cómo te caería una merodeadora en la oficina de aurores?

—Me vendría genial tener a una líder de equipo —Contestó él

—Aceptan a uno más? —Preguntó James— Algo me dice que serán necesarios más aurores

—Los merodeadores están de regreso en el ministerio —Sentenció Sirius con una sonrisa de lado

Hola!!! Espero que les este gustando. No olviden votar y comentar. Gracias por leer y nos vemos el miércoles

Sweet Eyes | Remus Lupin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora