Sweet Eyes | Remus Lupin |

Black-Lupin

Un rayo de sol, así describiría Remus a Vega, era el caos y la alegría que Remus necesitaba en su vida, aunque era la única que lo regresaba a la tranquilidad, así que también era su pequeño rayo de luna, era su perfecto eclipse solar, la combinación perfecta de sol con un poco de luna, que de alguna manera siempre tenía a Remus en la felicidad absoluta

A Vega le encantaría decir que Remus era solo su rayo de luna, porque era la paz que su agitada vida y personalidad siempre necesitaron, pero mentiría si dijera que el caos que le provoca y la alegría y luz con la que la llena no equivalen al sol, así que ella lo había denominado su eclipse lunar, donde detrás de esa paz inmensa hay un sol esperando el momento adecuado para salir y con la capacidad de regresar tras la luna como si de magia se tratara

Ambos eclipses se casarían ese día, nueve años después de conocerse y de amarse, serían un matrimonio y sus arboles familiares se unirían oficialmente, dejaban de ser novios y pasaban a ser esposos

La boda sería en Grecia, así Regulus podría ir, solo irían pocas personas. Los Potter, los Scamander, Lyall Lupin y sus amigos más cercanos, James, el matrimonio Black-Scamander, Peter no pudo ir, Marlenne, Andromeda, Ted y Dora, Lily y Robb junto a su esposa. Newt Scamander iba a ser el encargado de oficiar la boda

Vega se preparaba en su cuarto, junto a ella estaban Lily, Marlenne y Sam. Marlenne y Lily serían sus damas de honor, James y Sirius los padrinos de Remus

James y Sirius corrían de un cuarto al otro para acompañar a sus amigos y bajarles los nervios, ellos quienes habían sido testigos de las confesiones de amor de ambos chicos se sentían felices, y recordaban con alegría y nostalgia la primera vez que habían confirmado los sentimientos de sus amigos. Ese día James había leído una extensa carta de Remus y había corrido a contactarlo por chimenea; Sirius por su parte había arrastrado a su hermana a un rincón en el comedor y la había hecho contarle, le había dicho que estaba perdida por Remus y su hermana pareció aceptarlo. Ahora todos los presentes escucharían sus votos de amor

Finalmente, Vega se colocó el arreglo para el cabello que Hope Lupin le había regalado en la boda de Sirius, ahora entendía porqué le dijo que no se lo regresaría, cada día extrañaba a esa mujer

Salió y se encontró a sí misma cuestionandose si sería Sirius quién la llevaría al altar, pues era el padrino, o si sería Regulus, su hermano menor, cuando llegó a la enorme sala de la mansión, en la puerta se encontró a Fleamont Potter

—Lista hija? —Le preguntó con una sonrisa paternal, ella asintió y lo tomó del brazo

La música comenzó a sonar y la pequeña Nymphadora tiraba pequeños pétalos de rosa en el camino. Vega se aferró al brazo de Fleamont al ver a Remus, lucía espectacular. Su cabello castaño no estaba del todo peinado, estaba en la posición en la que parecía que era natural el look, pero también descuidado, al puro estilo Remus Lupin, sus ojos color café estaban brillando de una manera que Vega había visto brillar muchas veces, con amor. Su túnica negra le sentaba de maravilla, y no pudo evitar conmoverse al ver que llevaba zapatos formales y no sus viejas converse

Remus contuvo la respiración mientras veía a Vega caminar hasta el altar, sus hermosos ojos grises brillaban de amor, su sonrisa era ancha y a sus ojos perfecta, el vestido le daba aspecto angelical, su clásico flequillo tipo cortina que quedaba tan bien con su cabello negro adornaba su rostro y lo mejor de todo, llevaba con ella todas sus joyas más importantes, incluida la pulsera que compartían

—Se te va a caer la baba amigo —Le susurró James en tono bromista

—Sí, quieres que corra por una cubeta en lo que llega? —Cuestionó Sirius sumándose a la broma

Cuando llegaron, la pequeña Nymphadora se despidió con especial cariño de Remus, llamándolo novio, todos rieron un poco y Remus se puso rojo

Fleamont tomó la mano de Vega y con cuidado se la entregó a Remus, le dio un beso en la frente y se fue a sentar junto a Euphemia

—Hola Moony —Saludó

—Hola Ly —Contestó él

Newt comenzó a hablar, a dar un discurso acerca de cómo la clave de que el mundo mejorara era el amor, y lo feliz y honrado que se sentía de estarlo celebrando ese día, se colocaron los anillos mientras Newt preguntaba si se aceptaban y ellos asentían, entonces pidieron los votos, comenzó Remus

—Vega Black —Dijo— Desde el primer momento en que te vi supe que eras especial, tus ojos grises brillaban de amabilidad cuando Peter y yo entramos en el vagón, de tu boca solo brotaba tu sincera opinión, de todo, y cuando me viste de verdad, no te fijaste en las cicatrices que me habían atormentado por años, te fijaste en mi, en mi alma y en mis ojos. No sabía que se podía amar de esta manera tan intensa, pero desde el primer momento algo despertó, sentí la necesidad de no perderte, de estar junto a ti, de compartir cada broma que tu cerebro ligeramente maquiavélico planeaba —Se dio un momento para admirar la risa de Vega ante el último comentario— Y ahora estamos aquí, nosotros no pasamos de ser mejores amigos a novios, nosotros siempre fuimos almas gemelas, y ahora mismo me encanta que seas mi mejor amiga, mi novia, mi confindente y mi razón de todo. Y ahora mismo te prometo que estaré contigo hasta el final, sin importar nada, y prometo que siempre seremos tú y yo, porque lo que sea que venga nunca va a ser malo mientras estemos juntos

Las lágrimas contenidas de Vega salieron un poco cuando recordó aquella promesa en la sala común

—Remus Lupin —Dijo ella y sonrió— Mi Moony, cada una de las mejores experiencias en la vida me la haz regalado tú y si tuviera que volver a ese día en el vagón, volvería a decirte lo mucho que amo tus ojos, y te diría que eres lo mejor que me pudo haber pasado y estoy eternamente agradecida de que hayas decidido entrar en ese vagón. Hubo tantas veces que me descubrí a mi misma en tu compañía, y para mi fue liberador tener a alguien a tu lado que no te limita y no te controla, tener a un compañero, ya fuera para largas horas de lectura junto a la chimenea o para dejar salir mi dolor y mis miedos. Remus Lupin eres la persona más asombrosa que alguna vez he conocido, y nunca me puedo cansar de ti, de ninguna cosa que hagas, cada pequeña manía, como la manera en la abres tus barras de chocolate, la manera en la que bajas la mirada antes de subirla con una sonrisa después de una estúpida broma, cada pequeña cosa de ti me hace amarte. Y hoy, te prometo que te amaré por toda la eternidad, que siempre seremos tú y yo no importa que pase y que al final de todo, siempre encontraremos la manera de estar juntos

—Y ahora, los declaro marido y mujer

Sus labios se encontraron como tantas veces lo habían hecho ya, el aroma a durazno de Vega embriagó a Remus y el aroma a chocolate de Remus embriago a Vega. Se habían besado tantas veces y de tantas formas, pero siempre sentían lo mismo, un amor capaz de vencer lo que fuera. Remus sintió entonces algo en la boca de Vega, era una hoja de mandrágora, la partió a la mitad y la otra mitad permaneció en la boca de Vega, tal como la primera vez

Al separse Remus y Vega tenían la hoja de mandrágora en los labios y una sonrisa, su propio chiste interno, después compartieron un abrazo donde se aferraron el uno al otro como si fueran el aire que necesitaban para respirar

Los aplausos de todos ahí que se habían hecho lejanos a sus oídos en cuanto se besaron comenzaban a retomar fuerza, y eso los hizo salir de su burbuja, voltearon a ver a sus amigos y sonrieron

La recepción fue de lo más linda, en la larga mesa de la mansión cabían todos, así que ahí estaban, riendo y compartiendo momentos de felicidad

Más tarde en los brindis prácticamente todo el mundo lloró, porque habían esperado mucho tiempo para eso, para ellos buscar en el diccionario la palabra amor era encontrar una foto de Remus y Vega y la manera en que se miraban

Cuando "Your song" de Elton John sonó, la pareja bailó a su ritmo como tantas veces, su primer baile como esposos. Sirius bailó con Vega, Regulus, James, Jon, Ted, Robb, Fleamont, Lyall y Newt también. Finalmente todos bailaban con todos, pero siempre y la mayoría de veces sin darse cuenta, Remus y Vega terminaban lado a lado, como si estuviera atraídos magnéticamente

—Te amo Moony

—Te amo Ly

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