La nueva generación

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Era hora, los merodeadores irían de nuevo al Callejón Diagon, aquel que habían visitado incontables veces cuando eran niños y adolescentes, donde tuvieron batallas y risas

Pero esta vez quién compraría cosas para ir a Hogwarts era Harry, Harry Potter, el mayor de la nueva generación de los merodeadores

Su carta había llegado el día anterior y James no había tardado en enviar una a sus amigos invitándolos a ir con ellos a comprar, invitación que claro que los merodeadores no pudieron resistir

Esa tarde entraron al bar para entrar por el lado muggle y todos comenzaron a murmurar, Apolo y Artemisa se colgaron de las manos de Remus por instinto, no sabían qué estaba pasando

—Papá, mamá, por qué todos nos miran? —Cuestionó Harry

—Porque soy increíblemente atractivo hijo, por qué más sería? —Respondió James sin querer involucrar a los niños en una charla llena de tristezas

Pero conforme pasaban, los niños escuchaban una y otra vez, "Los Potter" "Los Black" "Lupin" "La familia que sobrevivió" "Derrotaron a ya sabes quién" "Y Lupin es un hombre lobo"

Remus apretó la mano de sus hijos y siguió caminando, pero supo que se había terminado, que no podían mantener a los niños en una burbuja por mucho tiempo más

—Estuve pensando —Comenzó Vega cuando ya estuvieron en el callejón— Que Moony y yo podríamos ir a comprar unos libros a Flourish & Blotts y podemos comprar los de Harry de paso

—Sí y yo quiero ir a la tienda de Quidditch —Dijo James

—Yo necesito comprar insumos para pociones —Dijo Lily— Y de paso compraré lo de Harry

—Y yo quiero más ropa —Dijo Sirius— Qué les parece si me llevo a los niños por las túnica y nos reunimos todos con Olivander para ver el épico momento en que bambi destruya la tienda hasta encontrar su varita

—Seguro que puedes con los 3? —Cuestionó Remus

—Obvio que sí Lunático y vi como te brillaron los ojitos cuando Lykos dijo libros, así que ustedes vayan a tener un tiempo de mamá y papá y yo cuido a los demonios

—TÍO CANUTO —Se quejaron los 3

—Shh, sin quejas, anden, marchando, un, dos, tres, y un, dos, tres

Los cuatro se alejaron entre risas y marchas

Vega tomó a Remus de la mano y se encaminaron a Flourish & Blotts, James le dio un beso casto a Lily y se alejó a la tienda de quidditch

Sirius tenía tomados de las manos a los gemelos, porque habían desarrollado la obsesión de huir y regresar después de hacer una travesura

Harry entró a la tienda riendo de algo que Artemisa dijo

—No puede ser —Murmuró Sirius en cuanto entró, había un niño rubio a quien le estaban tomando las medidas, era idéntico a Lucius Malfoy, Sirius supo de inmediato quién era

Draco Malfoy, aquel niño al que había conocido en la redada a la mansión Malfoy, aquel niño que era su sobrino. Estaba quejándose de algo, cuando apareció también su mamá, Narcissa, la prima de Sirius

El primer instinto de Sirius fue salir de ahí, pero era un Gryffindor, así que se quedó

Narcissa lo reconoció de inmediato, su primo apenas si había cambiado, la única diferencia notable era la cantidad de niños que llevaba a su cuidado

Sirius no se ocultó, pero tampoco habló con ella. Narcissa supo de inmediato de quién eran esos niños. El de lentes era idéntico a James Potter, los otros dos, ella había crecido con otras versiones de esos gemelos, con un par de gemelos así, pero en lugar de tener ojos cafés, tenían los ojos grises

Cuando salieron Sirius se encontraba con ropa nueva al igual que Harry, entraron a Olivander y esperaron a los demás

Vega y Remus entraron tomados de la mano, riendo, con la misma mirada de amor que habían llevado los últimos 18 años

James entró con un paquete de mantenimiento de escoba nuevo y sonreía como si la felicidad entera hubiera usurpado su cuerpo

—Aún recuerdo cuando todos ustedes vinieron por su varita —Les dijo Olivander en cuanto los vio— Siempre supe que estaban destinados a hacer cosas grandiosas con ellas. Aún no se sabe cuál fue la que terminó con ya saben quién? —Cuestionó

—Nunca quisimos investigarlo —Dijo Remus con tono cortante

Tono que Olivander entendió, porque de inmediato se fue y regresó con una varita para Harry, después de medirlo, como hacía con todos sus clientes y siempre había hecho

Harry comenzó a probar varitas, la primera rompió un jarrón

—No voy a pagar eso —Avisó James

La siguiente rompió un montón de cajas tras Olivander

—Será posible? —Preguntó para sí mismo Olivander

Los merodeadores compartieron miradas confundidas y luego se encogieron de hombros. Luego James notó que Harry parecía decepcionado

—No te preocupes hijo —Le dijo mientras ponía la mano en su hombro— Tu varita perfecta te encontrará

Olivander regresó con una varita, de inmediato lo incitó a probarla, esa varita funcionó

—Curioso, muy curioso —Afirmó Olivander

—Qué es curioso? —Preguntó Harry, James sonrió ante la curiosidad de su hijo

—El fénix que dio esta pluma, dio una pluma más, el mago que obtuvo la varita gemela a esta, es el mismo mago que casi destruye su vida

De inmediato la sonrisa de James se borró, todos ahí se llenaron de tensión, las pesadillas de Harry era un tema recurrente en ellos y ahora eso

—Esta destinado a grandes cosas Harry Potter, después de todo, el mago del que hablo hizo grandes cosas, terribles sí, pero grandes

—Ya basta —Ordenó James con voz seria, la clase de voz que cuando James Potter usaba daba terror

Oyeron un golpe en la ventana, Lily sostenía una lechuza blanca con una enorme sonrisa

Pagaron y salieron

—Para ti mi niño —Le entregó la jaula

—Gracias mamá —Dijo Harry abrazándola

James miró a Lily con seriedad, luego a sus amigos, parecía que todos pensaban lo mismo, era tiempo de destapar la caja, era tiempo de sacar a sus hijos de la burbuja donde los habían metido, era tiempo de que la nueva generación conociera sobre Lord Voldemort




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Sweet Eyes | Remus Lupin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora