Sweet Eyes | Remus Lupin |

Minerva McGonagall

Otro Halloween se aproximaba en la casa Black-Lupin

Remus había accedido a vestirse de Spiderman junto a Apolo y Artemisa, incluso habían convencido a Vega de vestirse de Spiderwoman y Sirius iría del duende verde

Cuando regresaron a la casa con un montón de dulces, recibieron un patronus de James. Al parecer Harry se había metido en problemas en Hogwarts y la mismísima Minerva McGonagall lo había mandado a llamar

No dudaron en ir a dejar a los niños con Regulus y correr a ver a Minerva McGonagall, sin duda su maestra favorita y sin duda de sus personas favoritas

Cuando llegaron, en la oficina de McGonagall estaban ella y Severus Snape, no lo habían visto en años, y la cara de Snape fue un completo poema cuando vio a Lily... Tomada de la mano de James Potter

—Vaya Halloween, terrorífico —Comenzó Sirius cuando vio a Snape

—Señor Black, qué hace usted aquí?

—Querida Minnie, no creería que me perdería la oportunidad de visitar a una de las mejores personas del mundo —Dijo él acercándose y dándole un abrazo

—Aunque seamos adultos sigue siendo de lo mejor que nos paso —Confirmó Vega— Siempre la admiraremos

McGonagall se vio abrumada por un segundo ante los abrazos de los Black, pero mentiría si no dijera que les tenía aprecio, a todos los merodeadores, claro, pero a los Black les reservaba un lugar especial

—También me alegra volver a verlos —Dijo— Pero, qué hacen ustedes aquí?

—Ahh, vinimos a felicitar a Bambi por su primer castigo —Dijo Sirius— Ya empezó con una larga lista de ellos, al fin parece hijo de su padre

—En realidad el Señor Potter no esta castigado —Los corrigió McGonagall

—No es que no se este esforzando por conseguirlo —Interrumpió Snape

—Callate Snivellus —Hablaron James, Sirius y Vega al unísono

McGonagall negó con la cabeza, no había extrañado esa parte de los merodeadores

—Entonces porqué nos mandó a llamar profesora? —Cuestionó Lily

—Era mi deber informarles que el señor Potter se enfrentó a un troll de montaña esta noche. Al parecer entró a las mazmorras y llegó hasta los baños de señoritas, donde Hermione Granger se encontraba. En una acción valiente, el señor Potter y el señor Weasley lo enfrentaron

Eso llenó de orgullo a todos los presentes

—Pero Harry esta bien, verdad? —Cuestionó James

—Esta en perfecto estado

—Entonces por qué nos esta diciendo esto en persona y no en una carta? —Cuestionó con curiosidad Lily

—Verás Lily —Comenzó Snape, pero fue cortado por Lily

—Señora Potter para ti, profesor Snape —Le dijo fríamente

Snape decidió que ya no hablaría, no pasaba un día sin arrepentirse de haber llamado a Lily sangre sucia

—Me pareció adecuado hacerlo, porque he notado que el señor Potter parece tener un imán para los problemas, no exactamente la misma clase de imán que tenías tú, James —Comenzó McGonagall— Harry no se mete en problemas que lo lleven a un castigo o una noche en la enfermería, Harry se mete en problemas que lo llevan directo al peligro, creo que deberían de hablar con él y hacerlo más consciente de que debe ser cuidadoso

—Claro —Aseguró James— Muchas gracias Profesora y muchas gracias por cuidarlo

—Creame señor Potter —Le dijo con una sonrisa— Para mi es todo un placer

Comenzó a salir de su oficina, dejando a los demás ahí, antes de salir se detuvo y volteó a ver a Vega y Remus

—También espero con ansias el placer de tener aquí a los gemelos Lupin, no mentiré si digo que espero que tengan más la actitud de su papá que de su mamá y su tío

Sirius y Vega sonrieron ampliamente ante lo que ellos consideraron un cumplido

—Admitalo Minnie —Le dijo Sirius— Le dábamos sabor a su vida

McGonagall soltó una pequeña casi imperceptible risa y continuó caminando

—Espero que esos niños no tengan problemas con la luna llena, Lupin —Dijo Snape con coraje

Remus lo volteó a ver con una sonrisa arrogante, se enderezó por completo y caminó hasta él

—Me sorprende que te puedas mover Snape, según recuerdo solías quedarte estático del miedo cada vez que me veías

Snape se quedó callado al recordar aquella noche de quinto año, a veces aún tenía pesadillas con esa noche, con el enorme hombre lobo apunto de matarlo y lo peor, James Potter salvándolo

Vega veía orgullosa a Remus, aún recordaba lo mal que la había pasado todo el día siguiente a esa estúpida broma de Sirius, recordaba todo el dolor en su mirada, en su voz, en sus expresiones y ahora ver a Remus tan seguro de sí mismo, tan seguro de que él era una gran persona, la llenaba de orgullo

Los merodeadores comenzaron a salir

—Adoro a esa señora —Comenzó Vega, claramente hablando de McGonagall

—También yo —Confirmó James— Ella debería de ser la directora, se imaginan lo genial que sería?

—Tú tienes influencias en el ministerio —Molestó Remus a Sirius— Soborna a alguien para que suceda

—Solo soborné a alguien en el ministerio UNA vez Lupin, ya superalo —Se quejó Sirius con diversión

—Además, fue idea de tu papá —Le recordó Lily

Todos se callaron por un momento al recordar que esa ocasión fue para la boda de Sirius y Jon. James que no quería que sus amigos se pusieran tristes de nuevo, habló

—Quieren ir a ver si el mapa sigue en la oficina de Filch? —Cuestionó con emoción

El mapa del merodeador, aquel que habían dejado ahí años atrás en esperanza de que algún espíritu travieso como ellos lo encontrara

—Lily, haz guardia —Ordenó Remus planeando todo meticulosamente— Si ves que Filch, Peeves o McGonagall se acercan, nos avisas

—De acuerdo —Aceptó Lily— Pero no se tarden

Entonces los merodeadores notaron que sus habilidades no se habían debilitado con el tiempo, ahí estaban ellos una vez más, escabullendose

—Usualmente era al revés —Observó Sirius una vez que estuvieron dentro— Nunca creí querer entrar aquí

—El lugar sigue escalofríante —Reconoció Vega

—Shh, a lo que venimos, Cornamenta, la caja de cosas confiscadas —Ordenó Remus

James la tomó y la colocó en el centro, llegaron hasta el final de la caja y notaron que el mapa no estaba ahí

—Alguien le esta causando problemas a McGonagall en nuestro lugar —Dijo James con nostalgia

Alguien tenía el mapa del merodeador, su legado había perdurado

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