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Por un lado, Jimin, Hoseok y Nam estaban sentados en el sofá largo. Por otro, Jin, Yoongi y Jungkook estaban sentados en sofás diferentes, mientras que Taehyung estaba en la cocina preparando un té para todos. Una vez el té fue servido en tazas diferentes al estar listos, Taehyung pasó con una bandeja en cada uno de sus amigos hasta acabar con Jungkook. Taehyung dejó la bandeja en la encimera y dando pequeños sorbos observó a Yoongi quien empezó a hablar.

—Este día es el peor de toda mi vida —sinceró.

—¿Seguro de que es el peor de tu vida?

Era clara la tensión entre Jimin y Yoongi, salvo que Jimin no hacía nada para impedirlo y solo añadía más leña al fuego cuando ya estaba en llamas.

Taehyung no le dio tanta importancia, estaba absorto en su propio mundo. Jungkook se acercó más a él, con su hombro golpeó suavecito el suyo.

—¿Estás bien? —asintió—. ¿De verdad?

El tatuado había corrido uno de sus cabellos detrás de la oreja. No lo iba a admitir abiertamente, pero de verdad que estaba abrumado con la situación. No, había ocurrido demasiadas cosas en tan solo dos horas y sentía un vuelco tanto mental como estomacal.

Con Jungkook era igual, la única diferencia es que él es más expresivo por más que intente ocultar las cosas, mientras que Taehyung es todo lo contrario.

Siempre fue reservado incluso en lo que comía.

—Perdón por no informarte antes, me tenían restringido al teléfono, y...

—Jungkook, entiendo. No te preocupes en darme mucha información cuando sé lo que ocurre.

Jungkook no sabía cómo tomarse ese comentario. Taehyung se veía tranquilo, pero era difícil descifrar el sentimiento de lo que había dicho. No sabía si era un comentario de enojo o qué.

Intentó darle una sonrisa, y ni siquiera pudo hacer el intento porque muy por dentro de Tae sabía que mentiría haciendo tal acción.

¿Celoso? ¿Enfadado? ¿Abrumado?

No sabía lo que estaba sintiendo, jamás lo había sintió. Decir exactamente una cosa, sería otra mentira por su parte, y él no es un mentiroso de primera.

Namjoon decidió encender la televisión, justamente estaban presentando el caso de Taehyung, incluso su red social. No se tomó la molestia de revisar su teléfono que estaba en silencio y verificar sus notificaciones.

Si lo hacía, era como si volviera a entrara en ansiedad.

—¿Qué sigue? ¿Qué revelen el color de nuestra ropa interior, aunque lo hicieron una vez? —preguntó Jin con el ceño fruncido—. Mira nada más esos seguidores. ¡Tienes más de cinco millones de seguidores, Taehyung!

Lo único que quería era no escuchar más sobre el tema. De tanto escuchar y escuchar, su cabeza empezaba a mandarle señales de dolor y eso no le gustaba.

Se sentó en la silla del comedor y dejó su té a un lado, tomó la valentía suficiente de tomar su teléfono y revisar toda la manada de notificaciones que tenía y que seguía recibiendo.

¿Qué es esa situación anormal?

Tan solo era un chico de veintitrés años, graduado de la universidad en la carrera de Bellas Artes, y que no le gustaba para nada sentirse visto por otros y ser el centro de atención. Por lo tanto, era seguro que si salía de casa sin camuflarse, sería el centro de todo el mundo mientras se paseaba por las calles.

Comenzaba a entender poco a poco a Jungkook y su odio hacia la farándula.

—Bueno... Podemos decir que oficialmente los siete estamos en el mismo hoyo, ¿no? —dijo Hoseok, que parecía más nervioso que con su intención de sonar bromista.

Don't Leave Me; KookTaeWhere stories live. Discover now