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Kim Taehyung pensó que tenía migraña. Quizá exageraba, pero el dolor de cabeza que tenía durante esa semana era demasiado punzante. Cada vez era peor. La picazón de su cuerpo no disminuía, ni siquiera traía sus pastillas de repuesto consigo porque se le habían acabado.

Creía que iba a morir del dolor y picazón.

Deseaba salir, aunque sea al balcón, lo deseaba con toda su alma, solo sentía que no debía hacerlo.

No debía, o él no quería por lo mal que se sentía.

No quería que aquel malestar reinara en su ser. Odiaba sentirse así, odiaba, sobre todo, que fuera por otros que se sintiera así.

¿Lo peor? Que el único responsable en volver a sentirse mejor es Kim Taehyung.

Acostado en la cama, cubierto por las colchas, releía una y otra vez el mensaje que Jin le había enviado. Debía disculparse con él porque solo se preocupaba por si no estaba bien.

Por supuesto que no estaba bien, tampoco lo estaría por un buen tiempo.

Su corazón dolía, dolía tanto que cuando pensaba en las palabras bruscas de Jungkook, llegó a pensar que aquel dolor nunca llegaría a desaparecer. Estaba dolido, tan dolido como el momento en el que decidió llorar frente a él.

Sus labios volvieron a temblar. Sus ojos continuaron ardiendo.

Estaba decidido a dar diez pasos hacia atrás, ser como solía ser antes y no querer relacionarse con ninguna persona.

El ser humano era incomprensible.

Sus acciones lograban lastimar a otros.

¿Cuál era el beneficio de lastimar si solo salían perdiendo?

Rechazo.
Amor.
Compasión.
Alegría.
Respirar.
Vida.

Porque, al momento que alguien respiraba, tenía una vida, era sentenciado a ser lastimado. Nadie salía libre, todos lastimamos y otros nos lastiman. Parecido a un círculo vicioso.

Jungkook también lo tenía muy en claro porque era a él a quien más lo lastimaban, logrando así lastimar a una de sus personas más preciadas. No intencionada lastimar a Taehyung, sin embargo, lo hizo.

Lo lastimó de la peor manera.

Lastimó a la persona que más adoraba.

Lastimó a la única persona que llenó su corazón de calor.

Exactamente, no sabía en dónde se quedaba Tae. Pensó que seguramente estaba hospedándose en algún hotel no tan lejos de su apartamento, ya que muy cerca de ahí habían muchos hoteles, solo que la mayoría eran de lujo; muy caros.

Se estaba cansando, sus pocas energías se desvanecían como las personas entrar y salir de los establecimientos. Por cada momento añoraba a Tae, sus recuerdos volvían a devolverlo al momento en que su relación cayó.

¿Era tóxico querer volver con la persona a quien ofendió?

O

¿Era tóxico tener que llorar porque realmente se arrepiente?

Limpió sus lágrimas, no valía de nada tener que llorar si no podía encontrarlo ni buscar una solución a todo, llegó a decirse.

Arreglando su mascarilla, visualizó a un señor no tan mayor de edad, observaba un edificio sin mucho interés. También, pudo visualizar un destello inusual en esa persona.

Bastian Levarne.

Sin un claro disimulo, se detuvo a su lado. No deseaba llamar la atención, pero su presencia ahí lo dejaba pensando al respecto. Sospechaba de todo, y al mismo tiempo, no podía encontrar una respuesta al misterio envuelto sobre aquel señor.

Don't Leave Me; KookTaeWhere stories live. Discover now