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Esa misma noche, Tae le permitió a Jungkook quedarse en esa habitación, así que el mayor durmió en el sofá con algunas colchas y almohadas para que estuviera un poco más cómodo. En toda la noche, Jungkook no pudo cerrar los ojos porque pensaba que no tenía el derecho de dormir en la misma habitación que Tae, no lo merecía, tampoco podía estar ahí.

Cuando Taehyung empezó a sentirse mal, no dudó ni un momento en incorporarse a la cama e intentar calmarse. Su pecho le apretaba a tal punto de faltar le la respiración, su piel le picaba tanto que no paraba de rascarse y su corazón palpitaba a un ritmo anormal. Intentando levantarse de la cama, estuvo por caerse si no fuera porque se sostuvo de la mesita de noche, por otro lado, un vaso de vidrio que estaba en ese mismo lugar se cayó.

Los sentidos de Jungkook se encendieron y giró rápido hacia Tae. Por la poca luz del sol atravesando las gruesas cortinas, pudo ver que Tae estaba frunciendo sus cejas y cerrando los ojos con fuerza. Preocupado, caminó hacia él, viendo los cristales en el suelo y unas pequeñas partículas de sangre.

Efecto déjà vu.

—¿Estás bien?

—Lo siento, te desperté.

—Eso es lo de menos ahora.

Encendiendo las luces, observó mejor la planta del pie del más joven, la sangre no paraba de salir, eso le preocupaba. Fue a buscar al baño dos toallas, que, cuando volvió, envolvió una de las toallas alrededor del pie afectado y otro encima de los cristales.

Taehyung no paraba de sentirse mal, no creyó jamás en su vida sentirse tan mal como lo estaba en ese momento. Rascaba sus brazos en busca del alivio que nunca llegó.

Detestaba sentirse vulnerable.
Detestaba que no pudiera expresarse.

Él era un humano, como todo ser humano, solemos ser vulnerables en los momentos menos indicados; de este modo, odiamos todo aquello relacionado con la vulnerabilidad. Por otro lado, no todos pueden entendernos por más que nos expresemos.

¿Cuál era el sentido de hablar si nadie te entendía?

Jungkook lo agarró de los brazos para que se detuviera porque su piel estaba tan roja que si seguía la sangre no tardaría en salir.

—Detente, por favor...

—Me pica y duele.

—Lo sé, sé que te duele y te pica mucho, pero te vas a lastimar más. ¿Quieres ir a un hospital? —negó.

Debía calmarse, eso lo sabía. Sabía, también, que todo era a causa de sus emociones que no intentaba canalizar. Si nada llegaba a controlarse, sus emociones se verían afectadas y con ello su salud empeoraría. ¿Debía interponer su salud antes de cualquier cosa? Sí, debería, y justamente eso sería algo que jamás haría.

No quería preocupar a Jungkook más de lo que estaba, por lo tanto, lo intentó. Intentó tranquilizar su cuerpo, de no volver a entrar en ansiedad, de querer terminar con todo conflicto lo antes posible. Hasta que se dio cuenta de que aquello se debía a que le dolía.

Le dolía Jungkook. Le dolía tan solo verlo que probablemente esa sea la razón para no calmarse.

—Taehyung, no te ves bien. Incluso estás temblando y sudando frío.

—Estaré bien.

—Sé que estarás bien, pero ¿cuándo estaremos bien?

Era una pregunta de doble sentido, debido a que, mientras no se comprendieran, no volverían a estar bien.

Don't Leave Me; KookTaeWhere stories live. Discover now