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Recostándose sobre el espaldar, tomó las pastillas que Jungkook le había comprado, no estaba en disposición de discutir porque sabía que él perdería por más fuerte que fuera.

Jungkook entendió que tampoco era el momento para tener que hablar sobre lo sucedido, solo que sí estuvo dispuesto a hablar sobre su salud.

—¿Desde cuando no tienes pastillas?

—Cuatro días.

—Entonces, ¿por qué no fuiste al médico? Podrías haber recogido los medicamentos.

—Porque significaba ir a tu departamento a buscar mi plan médico, no quería eso.

En pocas palabras, significaba: "no quería verte".

Por más que le dolía su respuesta, debía aceptarla. Si fuera en un caso contrario, también estaría igual, no podía llevarle la contraria porque significaba perder cualquier oportunidad de arreglar algo.

Aunque el momento para hablar no era ese.

Taehyung se mantenía inmóvil en su lugar. No lo miraba, tampoco miraba algún otro punto que no fueran sus manos. No parpadeaba hasta que sentía sus ojos arder. Era como si estuviera en su mundo, no de una buena manera.

—Eres un masoquista y terco.

Aquello hizo traerlo en la realidad, una en donde Tae parecía querer desquitarse con él, y otra en donde veía que se contenía porque no quería ser un insensible. No otra vez.

—Te dije que no puedo estar con alguien que no confía en mí ni en mis capacidades. Si quieres escucharlo otra vez, no quiero volver a estar contigo porque me lastimas.

Lastimar, corromper y doler, era todo aquello que todos deberíamos de mantener en un límite.

¿Por qué lastimar? Porque sienten satisfacción, les es imposible no hacerlo, también porque deben y porque les divierte.

¿Por qué corromper? La corteza de las personas llegan a romperse cuando se crea un vínculo, ya sea de miedo, ansiedad, felicidad o pánico. Cualquier vínculo afectivo siempre tendrá como significado romper la barrera.

¿Y doler? El dolor nunca llegará a ser superficial. El dolor es lo que más se asemeja al ser humano: a ellos le duele, a eso le temen.

Por más que el límite significaba algo positivo, también era negativo. Positivo porque cuando sabías que algo era dañino, debías parar justo ahí. Negativo, porque no siempre eres capaz de conocer qué tanto puedes hacer por no superas tus límites.

—Fui un imbécil —murmura el tatuado.

—Fuiste no, lo eres.

—No quiero perderte, Taehyung...

Finalmente, decidió mirarlo. Los ojos de Jungkook brillaban más de lo normal. El sentimiento de no dejarlo ir, de persistir, de no rendirse con él seguía a flote en su pecho, pero debía.

Debía hacerlo.

Así que, tragándose el ardor de su garganta, dijo:

Es muy tarde. Ya me perdiste, Jungkook.

Escuchó a Jungkook sorber su nariz y limpiar las lágrimas que escapaban de sus ojos. Mientras más limpiaba, más lágrimas salían, hasta que se rindió.

Taehyung quería limpiarle las lágrimas, decirle que realmente quería estar con él porque nadie le había hecho sentir miles de cosas al mismo instante. Con Jungkook aprendió y conoció el verdadero mundo, no quería dejar atrás todo aquello que amó y anheló.

Don't Leave Me; KookTaeWhere stories live. Discover now