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Dos meses después Taehyung empezaba a sentirse frustrado.

No había mucho avance entre la relación que llevaba con Jungkook, y eso no era lo que principalmente le frustraba.

Lo que le frustraba era su apetito sexual. Estaba llegando a pensar que debía sentirse identificado con una sola sexualidad, cuando en realidad, eso no era lo que quería. No quería sentirse identificado ni mucho menos catalogado. Solo quería ser y vivir.

—Tae, ¿me ayudas a levantar esa bocina? —le preguntó Jin agachado, y sin pensarlo mucho fue a ayudarlo.

Sumido en sus pensamientos dejó la bocina encima de la mesa, porque según el mayor, Yoongi la necesitaba justo en ese lugar para repararla. Entonces, el menor mordió sus labios, dirigiéndose hacia el mayor que lo miraba con el ceño fruncido.

—¿Todo bien?

—¿Debería haber algo que no esté bien? —más que engañarlo, quería engañarse a sí mismo.

—Tú y Yoongi son iguales. ¿Todos los de Daegu son así?

—Supongo que es nuestra naturaleza.

—Pero algo te molesta, se te nota.

Giró su cabeza hacia la puerta, no quería hablar y que de pronto alguien entrara, así que caminó hacia esta y la cerró con seguro. Nuevamente, miró a Jin, quien esperaba pacientemente su pregunta.

—Es extraño tener que preguntarte esto, pero... ¿Cómo puedo tener relaciones sin mentalmente sentirme obligado?

Vaya, eres el último que habla conmigo sobre esto —eso desconcertó a Tae—. ¿Cuál es el problema? ¿No puedes mantener una erección con Jungkook?

Por un momento, dudó en si lo que estaba haciendo, era lo correcto. Nunca había dudado tanto en su vida como en ese entonces, ni siquiera dudó en admitir su amor por Jungkook aún después de conocer sus muchos defectos. Él siempre sabía lo que quería, y que algo lo hiciera dudar, no es que todo estaba realmente bien como quería hacer pasar.

—Es más que nada porque siento la necesidad, solo que algo me retiene.

—¿Algo psicológico con lo corporal? —el peliplata asintió rápido, asombrado que pudo entenderlo a la perfección—. Es normal, no serás el primero ni el último en tener una situación similar —sonrió, brindándole apoyo—. ¿Te sientes seguro cuando estás con él? —asintió—. ¿Se han intentado tocar?

—No mucho.

Recapacitó. Se le hacía un poco incómodo tener que hablar esos temas con él, porque se dijo: "es mi amigo, entre amigos, ¿es normal hablar de esto?" Hasta que se dio cuenta de que realmente estaba hablando con un sexólogo. Entonces, ¿por qué se avergonzaba tanto?

—Sabes —se recostó sobre la mesa—, muchas veces se nos hace difícil tener que expresarnos y más en lo carnal. Porque, se piensa que, al ser un tabú la masturbación, es algo que no debe hacerse. Tu pene no solo funciona para la reproducción, lo mismo que para una vagina, también es para darte placer. No te sientas mal en pedir si la otra persona quiere. Te recomiendo hacerle caso a tus deseos. No te cohibas en algo que realmente deseas hacer, y más si es consentido.

Parecía ser más una indirecta porque reconocía que Tae se cohibe en muchas cosas, entre ellas, desahogarse. Estaba consiente de que hablar resultaba ser difícil, y más cuando toda su vida, Tae tuvo la necesidad de no contar con nadie, a excepción de su familia cuando tenía un gran problema.

La conversación que tuvo con Jin le duró en la mente hasta que llegó a casa. No sabía el porqué, pero se sentía ansioso. Era como si quisiera probar un color nuevo que había comprado para su próxima obra.

Don't Leave Me; KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora