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Sus ojos picaron. Quería alejarse, vomitar, desaparecer, no volver a existir.

Sintió que quería morir.

Yeonjun había besado su mejilla, muy cerca de sus labios si no fuera porque lo esquivó. Tal vez, si alguien pasara y desde su ángulo, pensaría que se estaban besando.

Miró hacia al frente.

Nada estaba bien.

Todo estaba completamente mal.

Las náuseas incrementaron y fue entonces cuando alejó con una fuerza extraordinaria a Yeonjun.

Ese día, como nunca, había sentido mucho miedo. Miedo de perderlo todo, miedo de perderlo a él.

Jeon Jungkook los daba viendo.

—Aléjate... —dice primero, sintiendo el pánico carcomer su ser—. ¡Aléjate, no quiero que vuelvas a estar cerca de mí! —finalmente le grita.

Taehyung nunca le gritó a nadie porque aprendió que con gritar no resolvería nada. Sin embargo, entendió la razón principal del porqué las personas gritaban en un estado de desesperación:

Porque ese era la única manera que podían hacerse sentir bajo la presión.

Yeonjun jamás lo había visto tan alarmado. Giró su cabeza para ver hacia dónde estaba viendo. Lo entendió todo cuando vio a Jungkook.

Tal vez ese era su propósito inicial, que se enojara con él, utilizarlo, manipularlo, querer, tal vez, maltratarlo hasta el punto de que su pareja malinterprete todo y llegue a odiarlo. Tal vez quería que todo fuera así, si no hubiera sentido ese dolor punzando su corazón, uno que le decía que estaba mal lo que hacía, que no debía vengarse, no con él porque solo es un inocente.

Viendo que Tae de verdad iba a romper el cristal del auto con su codo, decidió dejarlo ir. Abrió las puertas.

Taehyung no perdió tiempo en abrirla y salir corriendo al exterior hacia Jungkook que lo miraba escéptico.

Primero, no podía saber lo que estaba pensando.

Segundo, lo vio apretar la bolsa que llevaba en su mano con tanta fuerza que podía ver sus nudillos rojos.

Y tercero, sabía que ese era el fin.

—Jungkook...

—Hablamos arriba.

Fue lo único que le dijo en ese entonces, dándole la espalda para caminar hacia el interior del edificio, Taehyung en todo momento lo siguió con los pensamientos dispersos. Entrando al ascensor, ambos podían sentir la tensión, pero Jungkook mantenía un semblante serio.

Era justo a cuando lo conoció. Ya nada volvería a ser igual.

Entrando al departamento, Taehyung lo vio dejar sus cosas encima de la mesa, dar varias vueltas y mirarlo.

—Jungkook, no es lo que piensas. Él...

—Sí, él te besó.

Frunció las cejas.

—No, no lo hizo. Solo me besó en la mejilla porque lo impedí.

Jungkook ya estaba harto de las mentiras, siempre lo estuvo. Siempre de sintió traicionado hasta de su propia familia, pensó que tener una relación con Tae sería diferente, que lo haría sentir vivo como fue hasta ahora. Lo pensó tanto que nunca se dio cuenta de que su principal error fue compararlo con los demás, porque incluso así, estaba acostumbrado a escuchar excusas baratas.

¿Piensas que voy a creer en esa mentira, Kim Taehyung?

Sí. Ese era el verdadero Jeon Jungkook, aquel chico frío, testarudo, arrogante, y vanidoso. Taehyung sabía que esa era su verdadera personalidad, desde el inicio la había tratado así. Por tal razón, se acostumbró a él como Jungkook se acostumbró a Tae.

Don't Leave Me; KookTaeWhere stories live. Discover now